Fueron más de mil los archivos de pornografía infantil que la Policía de Investigaciones (PDI) encontró durante esta madrugada posesión de un joven de 22 años en la comuna de Maipú.
Su detención, y la de otro hombre de la misma edad, ocurrió en el marco de un operativo entre la Brigada del Cibercrimen Metropolitana y su par en España.
"Esto partió con una cooperación internacional con la Policía Nacional. Ellos detectaron un sitio en internet donde se estaba compartiendo material de abuso infantil. Cuando hacen la incautación del servidor, detectan que dentro de los usuarios hay chilenos que visitaban la página", explicó a Emol el subprefecto Luis Orellana, jefe de la brigada .
Los detectives recibieron así datos que pudieron asociar a diez domicilios en distintas comunas de la región Metropolitana, los que allanaron durante esta mañana.
"Logramos determinar de dónde se conectaban los usuarios que accedieron a este sitio, ya sea para visualizar material, lo cual no es delito en Chile, o descargarlo y almacenarlo para luego incluso llegar a distribuirlo. En esos casos sí se configura un delito", añadió.
Ya en los operativos, detalló el subprefecto, se constataron distintos casos: algunos supuestos usuarios habían cambiado de domicilio, otros no registraban descargas o almacenamiento. También se percataron que había un computador formateado.
"Hay personas a las que les da ansiedad por consumir estos archivos y luego sienten culpa. Borran todo y formatean el computador", dice Orellana a raíz de este último, señalando que al ocurrir aquello, solo se obtiene el nombre y extensión del archivo eliminado, sin poder constatar con seguridad cuál era su contenido.
Tras analizar pendrives, computadores y teléfonos, se concretaron, en Lo Prado y Maipú, dos detenciones por almacenamiento de imágenes y videos de menores edad siendo agredidos sexualmente. Ambos capturados son jóvenes de 22 años, estudiantes de las carreras de ingeniería en construcción y animación digital.
Por orden del Ministerio Público, el sujeto sorprendido con la menor cantidad de archivos quedó posteriormente apercibido, mientras que el otro a la espera del control de aprehensión. En su poder, detalló la PDI, habían más de 1.600 fotografías y 89 videos.
Desde la policía civil indican que, por lo general, este tipo de archivos no suelen estar a simple vista en los equipos: se almacenan tras archivos ocultos a fin de no ser detectados. La PDI, por su parte, utiliza un software especial para la extracción de las imágenes.
"Lo bueno de atrapar a alguien que almacena, es que cortamos la cadena, porque esa persona que ya guarda cientos de archivo en algún momento puede convertirse en distribuidor", zanjó el subprefecto.
