SANTIAGO.- La madrugada de este jueves comenzó la limpieza y recuperación del monumento al general Baquedano, un ícono del sector de Plaza Italia que ha visto modificada su imagen tras el inicio de la crisis social el pasado 18 de octubre.
La estructura de la escultura fue rayada en varias ocasiones e incluso, a fines de diciembre, un grupo de manifestantes intentó arrancarla con cuerdas, lo que llevó al
Consejo de Monumentos a evaluar si es que permanecería o no en el sector que se convirtió en un punto de encuentro habitual de
marchas y protestas.
La resolución de los miembros del Consejo fue mantenerla en su lugar y construir un equipo técnico que velara por la integridad de la obra del escultor Virginio Arias.
Ahora, en medio del estado de excepción de catástrofe nacional por la pandemia del Covid-19, una cuadrilla de pintura e higienización decidió iniciar algunos trabajos de restauración de la pieza, lo que ha despertado opiniones contrapuestas respecto a si es o no el momento indicado para realizar esta recuperación.
Francisco Brugnoli, director del Museo de Arte Contemporáneo, comenta a Emol que la primera reacción que tuvo frente al daño que comenzó a presentar la obra durante la crisis social fue de "molestia", porque se trata de "una obra importante de Arias", pero con el tiempo comprendió que se fue "construyendo en otro monumento, en una acción cultural que hay que entender" y que "había que estudiar y analizar".
"Creo que no es oportuno (el arreglo). A la larga seguramente había que recuperar el monumento, pero es un hecho reciente que tiene que ser suficientemente administrado por quienes tienen la capacidad de hacer estos análisis antropológicos, culturales, etc.", sostiene.
Una visión diferente guarda Iván Poduje, arquitecto magister en Desarrollo Urbano, quien considera esta limpieza como "una buena noticia" y que "cualquier momento era el oportuno" considerando la importancia del monumento. "En este caso había menos violencia, así que se podía trabajar en el sector y creo que hay que avanzar en la recuperación de otros monumentos destruidos", indica.
Para Poduje, el estado de catástrofe y esta iniciativa de restauración son cosas que "coincidieron", y que por ahora, ante la crisis sanitaria, hay que comenzar a "normalizar". "Los semáforos que habían sido destruidos y vandalizados una y otra vez, que el metro pueda recuperar su habitual afluencia. Entonces más que reconstruir, creo que hay que normalizar lo que la violencia ha impedido normalizar, y una vez que superemos la crisis sanitaria, hay que iniciar la reconstrucción".
En relación a la situación país en que se produce esta remoción de rayados, Carolina Aguilera, doctora en Arquitectura y Estudios Urbanos, considera que es una "provocación" en medio de "una necesidad país de colaborar entre diferentes sectores".
"Entiendo la lógica desde el punto de vista del hermoseamiento urbano y la intención de la municipalidad probablemente o la intendencia para recuperar los espacios públicos para los vecinos, pero desde el punto de vista del conflicto político es una provocación y va a ser entendido así por los manifestantes y no me extrañaría que ya hubieran rayados nuevamente", reflexiona.
