SANTIAGO.- No solo se registraron filas afuera de los supermercados y las farmacias. Tras conocerse que siete comunas de la capital entrarían en cuarentena a partir del jueves, el fenómeno también se repitió en botillerías del sector, hasta donde llegaron numerosas personas para abastecerse de alcohol para los días de aislamiento.
Así se observa, por ejemplo, en un video que grabó una persona desde la ventana de un departamento, mostrando lo que ocurre en la calle, mientras comenta: "Mañana empieza la cuarentena total en Ñuñoa; desde mi casa se alcanzan a ver tres farmacias, la Ahumada, tránsito normal, piola; segunda farmacia Salcobrand, no se ve nadie afuera, piola; y tenemos la botillería, ¡fila hasta la esquina siguiente, y da la vuelta!".
Más allá de lo anecdótica que pueda parecer la escena, surgen algunas preguntas: ¿Existe el riesgo de que el aislamiento potencie el consumo de alcohol?, ¿Es recomendable beber durante un tiempo de encierro?
Expertos coinciden que las circunstancias de una cuarentena pueden contribuir a incrementar el consumo de esta droga por parte de las personas.
"El hecho de estar encerrados, tener restricción a las actividades sociales, hace que aumente el aburrimiento, la sensación de inutilidad, el agobio, la angustia, y si le sumamos la incertidumbre laboral y económica, son todos factores de riesgo; y el alcohol siempre ha aparecido como un aliviador, especialmente en nuestra cultura, que tenemos muy asociado relajarnos con comer y beber", señala la Dra. Constanza Caneo, psiquiatra y académica de la Facultad de Medicina UC.
Dice que otro factor que puede fomentar el consumo es que el confinamiento hace que se pierda el "límite social". "Cuando las personas toman, hay un espacio (social) que los controla, les recuerda cómo hay que comportarse en relación a ciertas normas, como no llegar borracho al trabajo (...) cuál es el ritmo en que está tomando todo el grupo, que las otras personas hagan algún comentario; y como no vamos a estar expuestos a este límite social, puede ser que una persona no se logre dar cuenta que está pasando a un consumo más preocupante", explica.
El Dr. Miguel Prieto, jefe de Psiquiatría de la Clínica Universidad de los Andes, explica además que el alcohol "es una estrategia que las personas usan para poder sobrellevar situaciones difíciles de la vida, entonces lo más probable es que aumente". "En este contexto, la gente usa el alcohol como un medicamento, como un tranquilizante, para poder sobrellevar situaciones de estrés o de ansiedad, o como si fuera un medicamento para dormir, que además es relativamente fácil de adquirir", señala.
Altera el sueño e intensifica las emociones
Entre los problemas que puede acarrear el consumo de alcohol en estas circunstancias, los expertos describen impactos en lo emocional, psicológico y cognitivo. "Es un potenciador de emociones, es algo que nos pone más eufóricos, más intensos. Por eso preocupa que una persona que, por estar en cuarentena no estuviera teniendo emociones que sean sanas, puede potenciarse esa emoción", explica la Dra. Caneo.
"El peligro de tener personas encerradas que estén con un consumo elevado de alcohol y que puedan tener desajustes conductuales o un cuadro de intoxicación, en este momento de crisis sanitaria sería crítico. Lo que no puede pasar ahora es que, además, tengamos que empezar a recibir (en las urgencias) a personas con intoxicaciones"
Dra. Constanza Caneo, psiquiatra y académica UC
El especialista de la Clínica de la U. Andes comenta que además el alcohol "altera la estructura del sueño", y que "si todo el mundo ya está muy estresado y nervioso por la situación que estamos viviendo, y además la calidad del sueño empeora por estar tomando alcohol, eso va a favorecer más es el estrés, más la ansiedad, y va a hacer que la persona se sienta más mal".
También puede provocar alteraciones cognitivas, falta de energía e irritabilidad. "Es como una bola de nieve, van apareciendo una serie de cosas que van unas concatenadas con las otras", advierte el médico.
A todo lo anterior, se suma "el peligro de tener personas encerradas que estén con un consumo elevado de alcohol y que puedan tener desajustes conductuales o un cuadro de intoxicación, que en este momento de crisis sanitaria sería crítico". "Lo que no puede pasar ahora es que además tengamos que empezar a recibir (en las urgencias) a personas con intoxicaciones, sería absurdo", señala la Dra. Caneo.
Consumir nada o en dosis bajas, y tragos con baja graduación
Con todos estos antecedentes, el psiquiatra de la Clínica U. de los Andes dice que en esta época de aislamiento social "es mejor evitar" el alcohol, ya que si bien tiene "un efecto tranquilizante, trae otros problemas que a la larga hace que no sea recomendable usarlo para poder aguantar más estar en cuarentena".
Agrega que "si una persona está usando el alcohol como un tranquilizante o para dormir mejor", debiera consultar a un profesional, ya que "hay medicamentos que son más seguros que el alcohol que pueden tener un efecto bastante similar".
La misma postura tiene el director del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), Carlos Charme, quien subraya que "nunca es recomendable consumir cualquier tipo de droga, menos si vamos a estar tiempo en familia" y que "sobre todo delante de los menores de edad (hay que) evitar siempre el consumo de alcohol, más si vamos a estar compartiendo más tiempo con ellos".
"Nunca es recomendable consumir cualquier tipo de droga, menos si vamos a estar tiempo en familia (...) Sobre todo delante de los menores de edad, (hay que) evitar siempre el consumo de alcohol, más si vamos a estar compartiendo más tiempo con ellos"
Carlos Charme, director Senda
Charme llama a "canalizar las angustias y el encierro de manera positiva y tener espacios sanos de convivencia".
La psiquiatra de la UC hace un matiz y dice que, en el caso de "quienes consumen de manera sana y que no tienen ningún antecedente de riesgo, no habría una indicación médica de decir no hay que consumir nada".
Para ellos, señala que "lo mejor sería ceñirse lo que se asume como normal y no peligroso", que –según explica– corresponde una dosis –equivalente a 300 cc de cerveza, 200 cc de vino o una copa de espumante– en mujeres y dos dosis en hombres, de manera ocasional, es decir, no más de dos veces a la semana. Lo que sí sugiere es que quienes tengan el hábito de beber una copa de vino al día lo suspendan por este tiempo.
También recomienda reemplazar los licores que son típicos del "happy hour", como pisco sour, aperol o piscola, por aquéllos que son de más baja graduación alcohólica, ya que "eso permite que la dosis en sangre vaya siendo más lenta".
No obstante, en el caso de las personas que tengan consumo problemático de alcohol o antecedentes de patologías psiquiátricas, como depresión, bipolaridad o trastornos psicóticos, dice que "la familia debería estar atenta a que no consuma nada".