Panorámica de Santiago tomada esta pasada.
Aton
La disminución de las actividades en las grandes urbes de China por el coronavirus le dio un respiro a sus habitantes, que en los últimos meses debieron lidiar con el esmog. Un escenario similar se repitió al otro lado del planeta, específicamente, en la Región Metropolitana.
De acuerdo a los registros de la autoridad sanitaria, la sexta ciudad más contaminada de Latinoamérica, según Greenpeace, Santiago, y sus alrededores han arrojado índices de calidad de aire considerados buenos durante esta semana.
La suspensión de las clases hace ya dos semanas, que redundó en menores viajes en la capital, y el llamado a permanecer en casa y a implementar el teletrabajo, serían factores que han ayudado a que los cielos hoy luzcan más limpios.
En cuanto a la menor cantidad de viajes, el
Ministerio de Transportes confirmó que se ha disminuido en un 80% la cantidad de pasajeros en los servicios del transporte público.
A ello se suma los cálculos del Automóvil Club de Chile, cuyo gerente de movilidad y políticas públicas, Alberto Escobar, dijo a La Segunda que ocho de cada 10 autos se encuentran estacionados en las casas.
A raíz de esto el experto en contaminación y calidad del aire del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus), Héctor Jorquera señaló que "si tú miras la calidad del aire y comparas estos tres primeros meses con los de 2019, hay lugares en el sector oriente donde se ha notado considerablemente la baja, también en la zona céntrica como Parque O'Higgins".
"Lo que se notó primero es que como se cancelaron las clases hubo menos viajes de vehículos, y eso se está notando ahora en los promedios mensuales, a medida que avance se va a seguir notando más la caída. Normalmente en esta época del año empiezan a subir las concentraciones de material particulado, porque baja el viento y es más difícil que se ventile la ciudad"
Héctor Jorquera
"Como ha bajado la actividad en la ciudad se ve una disminución, a medida que empiecen a intensificarse las medidas se vean sus efectos
ese tipo de situaciones ocurrirá", añadió.
"Dada la cancelación de las clases, lo primero que se notó primero fue que hubo menos viajes de vehículos. Normalmente en esta época del año empiezan a subir las concentraciones de material particulado, porque baja el viento y es más difícil que se ventile la ciudad", explicó Jorquera.
Sobre cuáles son las principales fuentes de contaminación en la capital el ingeniero civil sostuvo que son la industria, el transporte de pasajeros y privado, aunque también hay un factor residencial importante a considerar en invierno.
"Esto último no se ve todavía, porque fundamentalmente no hace frío, pero cuando comience el invierno usarán las personas más calefacción. Esto se verá más contaminado en el sur, porque el combustible más barato es la leña, y la situación económica llevará a que los que no tengan recursos la usen", advirtió.
"Una vez que se acabe la situación de la pandemia la economía no volverá instantáneamente a la situación que tenía, no rebotará inmediatamente. Por ello esto indica que vamos a tener un año 2020 con menos contaminación en general en la ciudad", señaló el experto en contaminación.