SANTIAGO.- "Puede que a algunos les parezca secundario, pero no abordar correctamente y a tiempo los efectos de la crisis en salud mental de la población puede tener efectos desastrosos a corto plazo", advierte el rector de la U. de Chile, Ennio Vivaldi. Desde su puesto, el médico hoy fue el encargado de entregar a la Mesa Social covid-19 una propuesta concreta para abordar los efectos psicológicos de la pandemia en la población y las estrategias para enfrentarlos a tiempo.
Y es que las condiciones actuales en las que funciona el mundo en general y Chile en específico no tienen precedentes en las últimas décadas: largo aislamiento social, suspensión de las actividades cotidianas, cambio en las rutinas, miedo ante el avance del virus e incertidumbre ante un coletazo económico que todavía no se vislumbra con certeza.
"El impacto que tiene esta pandemia debe ser analizado y gestionado, identificando la magnitud de los problemas psicológicos que se presentan y, a la vez, potenciando las capacidades de desarrollo y bienestar", explicó el rector a los integrantes de la instancia, al dar a conocer las propuestas que un grupo de expertos en salud mental del establecimiento elaboró recientemente.
Entre ellos se cuenta a la directora de la Escuela de Salud Pública, Verónica Iglesias; la psiquiatra e investigadora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), Vania Martínez; y el decano de la Facultad de Ciencias Sociales y psicólogo, Roberto Aceituno. Los criterios de la política son la articulación territorial, la intersectorialidad y la participación.
El plan busca "favorecer los estilos de afrontamiento adaptativos, a través de la prevención, la atención y el fortalecimiento de la resiliencia" y se propone reducir tanto los riesgos que vuelven más vulnerables a la población como las barreras de acceso y calidad a los beneficios y atenciones, además de "generar capacidades sociales resilientes, de adaptación y mejora de las nuevas condiciones de vida".
Los grupos de riesgo
El documento identifica a los grupos de riesgo más susceptibles a problemas de salud mental, como el personal sanitario, los familiares de pacientes contagiados de covid-19 o víctimas mortales del virus, quienes hayan padecido y sobrevivido la enfermedad, las personas con trastornos psiquiátricos previos, las mujeres, quienes estén en situación de dependencia o discapacidad, personas mayores y niños, además de aquellos privados de libertad.
La primera recomendación es garantizar la atención de pacientes en salud mental sin dejar de lado la prevención del contagio, asegurando la continuidad de los controles y medicamentos también en las personas institucionalizadas en hogares y residencias protegidas. "Un tema pendiente a resolver es cómo asegurar la provisión de medicamentos en el caso de las recetas retenidas", puntualizó Vivaldi.
Se identifica como grupo de riesgo en términos de salud mental al personal sanitario, las familias de pacientes y víctimas, y las personas con trastornos psiquiátricos previos, entre otros
El trabajo implica la creación de planes y programas de apoyo e intervención psicosocial que busquen intervenir oportunamente en los problemas de salud mental y sugiere asegurar el flujo de derivación, los controles profesionales y la continuidad de la atención utilizando llamadas telefónicas, correos electrónicos y videollamadas. Otro punto es garantizar la atención de pacientes crónicos, agudos en reciente tratamiento, y a aquellos que emerjan como secundarios a la crisis.
En cuanto al personal de salud que maneja la crisis a diario, además de capacitarlos en principios esenciales del apoyo psicosocial, el rector resaltó la relevancia de elaborar programas de apoyo para "cuidar a los que cuidan", que además de incluir a los funcionarios médicos abarcaría a personas cuidadoras de enfermos dependientes, tercera edad, y niños y niñas.
Uno de los puntos centrales la "flexibilización de confinamiento", es decir, considerar mecanismos flexibles para autorizar a las personas con discapacidad psicosocial y otros grupos que lo requieran a que puedan abandonar sus hogares, por períodos cortos y de manera segura, cuando experimenten dificultades particulares con el confinamiento en el hogar.
Teletrabajo y educación online
Otra arista abarcada por el documento es el del desarrollo de actividades cotidianas, como empleo o estudio, a través de plataformas virtuales. En el caso del teletrabajo, Vivaldi aseguró que si bien tuvo "inicialmente una gran acogida", después de algunas semanas surgen "dificultades y riesgos".
"Se requiere un ajuste de las cargas exigibles según las condiciones de trabajo entregadas por el empleador y vividas por cada persona de acuerdo a su realidad familiar", señaló el rector. Entre ellas se cuenta la disponibilidad de tecnología, la adecuación de espacios y la compatibilidad con tareas de crianza y cuidado.
"Puede que a algunos les parezca secundario, pero no abordar correctamente y a tiempo los efectos de la crisis en salud mental de la población puede tener efectos desastrosos a corto plazo"
Ennio Vivaldi
Respecto a la educación escolar y superior en casa, recomendó "regular las cargas de contenidos y tareas" y "acotar las expectativas respecto a una supuesta normalidad que no es tal". La posibilidad de implementar programas de televisión de apoyo al trabajo escolar surge como "una oportunidad importante".
También se aborda el rol de los medios de comunicación en prevenir el "estrés por saturación" y la "desconfianza de veracidad" que se aumenta por los contenidos que circulan en redes sociales. En eso, recomienda desarrollar herramientas de verificación en mecanismos con gran difusión. Recomendó, además, que las vocerías oficiales "se esfuercen en transmitir empatía, transparencia y confianza" y que los medios eviten el sensacionalismo.
Adicionalmente, la propuesta aborda la necesidad de elaborar propuestas y medidas específicas para prevenir la violencia de género y el maltrato infantil durante el periodo de encierro. En este punto, se llamó al trabajo intersectorial de los organismos de Gobierno.
