"La evidencia que tenemos demuestra que (suspender las clases) fue un grave error, que dejó a los niños sin vacuna, sin educación, sin comida, sin protección", dijo ayer el
ministro de Salud, Jaime Mañalich, reflotando las diferencias que hubo al interior del Gobierno a la hora de tomar la decisión de cerrar los colegios ante el avance del coronavirus.
El secretario de Estado abordó el tema durante la sesión especial que se realizó este martes en la Cámara de Diputados, lo cual motivó la respuesta de su par de Educación, Raúl Figueroa, quien defendió la determinación recordando que el Gobierno tomó la decisión "teniendo todas las cartas sobre la mesa y escuchando a todos los actores".
La situación recordó las dificultades internas que se vivieron al interior del Ejecutivo al momento de decretar la suspensión de clases. De hecho,
en solo tres días, las autoridades pasaron de anunciar el cierre solo en los recintos en que se detectaran casos de covid-19 a extender esa medida a nivel nacional.
Desde que se detectó el primer caso de coronavirus en Chile, el pasado 3 de marzo en Talca, se instalaron las dudas sobre la conveniencia de seguir enviando a niños y jóvenes a clases. De hecho, los dos días siguientes a la aparición del contagiado se suspendieron las actividades en San Javier y Hualañé, por su proximidad con el contagiado.
El 5 de marzo se restablecieron las clases en esas comunas, pero pronto aparecieron los primeros afectados en Santiago. De hecho, el 10 de marzo, luego de la aparición de casos en el Colegio San Benito de Vitacura, el Gobierno recordó que el protocolo establece que la suspensión no era una medida que debía tomarse en esos momentos.
"Por el contrario, las medidas apuntan precisamente a identificar casos sospechosos y aislarlos, eso es precisamente lo que ha ocurrido en todos aquellos casos donde se han visto involucrados establecimientos educacionales en el país", dijo en esa oportunidad el titular del Mineduc, descartando el cierre de establecimientos.
En ese momento, las autoridades ya contaban con las facultades para tomar la decisión, luego de la publicación en el Diario Oficial el 8 de febrero del decreto que estableció alerta sanitaria en el país por el coronavirus durante un año, el cual permite entre otras medidas suspender las clases.
Sin embargo, tres días después, el 13 de marzo, y luego de una serie de reuniones de coordinación, el Presidente Sebastián Piñera, anunció el endurecimiento de medidas para enfrentar la pandemia, ratificando lo expuesto por Figueroa: Aislamiento y suspensión de clases solo en los colegios donde se detecten contagiados.
Los días del debate
El Mandatario planteó tres medidas en esa ocasión. La primera, aislamiento de 14 días para cualquier miembro de una comunidad educativa que tenga un familiar directo con contagio confirmado. En segundo lugar, suspensión automática de clases por 14 días del curso completo si un estudiante tiene contagio confirmado.
Y, en tercer lugar, suspensión de clases en todo el establecimiento educacional, también por 14 días, si se detectan dos o más casos de contagio acreditado. El jefe de Estado aclaró que esas medidas podían extenderse a territorios específicos, como comunas y regiones, según sea necesario.
Sin embargo, pese al anuncio presidencial,
alcaldes de distintos partidos políticos cuestionaron la gradualidad de la medida y comenzaron a presionar al Ejecutivo para que determinara el cierre total de colegios hasta nuevo aviso. Ante ello, el ministro de Salud hizo pública su posición al respecto.
Al día siguiente del mensaje de Piñera, el sábado 14, Mañalich utilizó su cuenta de Twitter para exponer sus razones. "¿Realmente se cree que cerrar los centros de educación que dan comida, protección, seguridad a la mayoría de los niños y enviarlos solos a sus hogares es una medida razonable?", preguntó.
Un día después, el debate se daría en los salones de La Moneda. En medio de las reuniones de análisis del avance de la enfermedad, la doctora María Teresa Valenzuela, miembro del comité de expertos convocado por el Gobierno, ratificó la postura del titular del Minsal sobre la suspensión, señalando que "la recomendación que hicimos al Presidente es que al día de hoy (...) no es una medida que corresponda".
"En los colegios los niños tendrían la posibilidad de estar más seguros que en sus propias casas", añadió la académica. Sin embargo, una hora después, el propio gobernante -acompañado de un grupo transversal de alcaldes- anunció la suspensión de clases a nivel nacional por dos semanas.
Tras hacerse pública la decisión, Mañalich aceptó la medida aludiendo a la recomendación realizada por la mesa de expertos, señalando que "tenemos un consejo, tenemos una solicitud, tenemos que tomar decisiones y esto es lo que el Presidente y el suscrito hemos decidido".
El giro del Ejecutivo se dio luego de que en la mañana de ese domingo ediles de comunas como Providencia, La Florida y Las Condes, todas lideradas por ediles de Chile Vamos, decidieran suspender las clases en recintos municipales sin esperar la determinación del Gobierno, lo cual fue respaldado por la Asociación Chilena de Municipalidades y la Asociación de Municipalidades de Chile.
En ese marco, Piñera citó a los jefes comunales a La Moneda en la cual los ministros de Salud, Educación e Interior les explicaron las razones para no interrumpir el desarrollo normal de las clases, argumentando que, desde el punto de vista epidemiológico, no se justificaba una medida de esa naturaleza.
Sin embargo, los alcaldes insistieron recordando que varios apoderados ya habían tomado la decisión de no enviar a sus hijos a los colegios por temor al contagio, lo cual afectaría igual la normalidad del trabajo en las escuelas. Asimismo, exigieron una decisión a nivel nacional y no determinaciones aisladas para los colegios con casos de covid-19.
