"Vale la pena destacar el impacto de la movilidad en los contagios que encontramos", explica el académico de la U. de Chile y secretario técnico del Colegio Médico, Cristóbal Cuadrado, sobre los resultados que mostró la sexta entrega del Monitoreo Nacional de Síntomas y Prácticas covid-19 en Chile (Movid-19): que la movilidad, en sus distintas modalidades, incide sobre los contagios.
"Lo que hicimos fue analizar qué impacto tenía la frecuencia de las salidas del hogar durante la semana previa en el desarrollo, en una semana posterior, de síntomas que pudieran ser compatibles con un caso sospechoso de covid-19", explica Cuadrado. Gracias a un análisis de los datos longitudinales de los participantes de Movid-19, se observó que sí hay relación entre las salidas desde el hogar y el desarrollo de síntomas.
Según el estudio, el mayor efecto se observó en el uso del transporte público. Entre quienes lo utilizan, la probabilidad de desarrollar síntomas compatibles con un caso sospechoso de covid-19 a la semana siguiente suben en un 14% en términos relativos. En tanto, cada salida a comprar lo incrementa en un 9% y cada ida a trabajar lo eleva en un 4%. "A medida que aumentan los días en que se sale del hogar, se incrementa el riesgo", explica la epidemióloga de la U. de Chile, María Paz Bertoglia.
También se reveló que el mayor efecto no lo tiene la salida propia, sino la recepción de personas en el hogar, lo que sube en un 18% las probabilidades de que aparezcan síntomas en la semana posterior. "Las personas que reciben visitas, ya sean amigos, familiares o conocidos, en su domicilios incrementan de manera importante el riesgo de desarrollar síntomas", agrega Cuadrado.
La evolución de las salidas
El estudio también muestra cómo ha evolucionado la movilidad a lo largo de la pandemia. Dentro de todo el periodo comprendido en el informe, que va desde el 6 de abril al 21 de junio, los participantes reportan salir en promedio 2,7 veces por semanas, pero se ven variaciones claras con el paso de las semanas.
En la semana del 27 de abril, por ejemplo, el promedio de salidas entre personas con educación profesional —que salen menos que aquellos que no la tienen— era de 3,2 salidas por persona, cifra que cayó a 2,2 a mediados de junio, una reducción de un 31,2%. El aumento se asocia temporalmente al uso del concepto "nueva normalidad" por parte de las autoridades sanitarias. En contraste, la reducción coincide con las cuarentenas implementadas en las regiones Metropolitana y de Valparaíso.
66% de las salidas se hacen para comprar insumos o realizar trámites
En efecto, los resultados han sido más acentuados en la RM, donde la reducción en junio ha sido de un 40,9% con respecto a lo observado a fines de abril. En tanto, entre la población con educación media o inferior la reducción es mayor: pasaron de 4 salidas a comienzos de abril, pasando por 3,8 a fines de ese mes, a un promedio de 2,5 a mediados de junio. El estudio refuerza que hay "mayor precariedad laboral", "asimetrías de negociación laboral para poder ejercer funciones no presenciales" y "diversas barreras para disminuir su movilidad".
Sobre las razones para salir de la casa, el estudio muestra que la principal sigue siendo el trabajo: casi 16 mil personas de una muestra de más de 48 mil siguen saliendo al trabajo, y un tercio de ellos usa el transporte público para ello. El promedio de salidas a trabajar por semana es de 2,3 días, con una "discreta disminución" en el periodo de mayo-junio en relación a abril.
Por último, el estudio muestra que 2 de cada 3 salidas tienen como móvil la compra de insumos y realización de trámites, que representan un 66% del total de salidas reportadas. Le sigue un 18% para trabajar y un 8% para visitar a otras personas, que incluye en un 4% de los casos el uso del transporte público. En todos los casos, quienes más salen son las personas con nivel educacional más bajo, utilizado en el estudio como indicador socioeconómico: el uso del transporte público es 166% mayor dentro de este grupo, las salidas a recrearse un 50% y a trabajar un 23%.