"Hay que tratar de que, ojalá, este nuevo trato signifique un nuevo Estado más fuerte. Hoy el Estado no es capaz de resguardar el orden público, no es capaz de combatir el narcotráfico como debería, no es capaz de controlar la delincuencia como debería. En unas áreas sí y en otras no. Si me dices que el Estado debe garantizar derechos sociales, sí".
Fueron parte de las ideas que el alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín (UDI), compartió en una entrevista que publicó La Tercera, donde también aseguró que "el Chile del futuro no debe pensarse en términos de derecha e izquierda", que la discusión constitucional es "una gran oportunidad para la educación pública" y que el Estado debe pensar en "el fin de la focalización".
Su discurso llevó a que, la noche del domingo, la periodista Mónica Rincón le hiciera una pregunta concreta en Tolerancia Cero: "¿Me equivoco si usted se define hoy día como socialdemócrata?". "No te equivocas", respondió Lavín. "Creo que Chile necesita un gobierno de centro, que incorpore muchos conceptos de la socialdemocracia, sí".
Este domingo, Lavín no fue el único en recurrir a la misma corriente para definir el momento político actual. "No cabe duda de que nuestro país se ha ido moviendo y se va a mover cada vez más hacia una lógica más socialdemócrata y eso creo que es un dato de la causa, pero en ese diálogo y recorrido tenemos que tener apertura a dialogar, a encontrarnos", había asegurado más temprano el ministro de Hacienda, Ignacio Briones (Evópoli).
El término comenzó a provocar inquietud entre políticos y en redes sociales. Se dijo que el alcalde de Las Condes estaba "corriendo el cerco", también surgió la duda con respecto a si podía un militante de la UDI identificarse con un término político tradicionalmente asociado a la izquierda. La pregunta que aparece remite a los conceptos más básicos de la discusión política: ¿qué significa, entonces, ser socialdemócrata?
¿Quiénes pueden ser socialdemócratas?
"Él ha corrido el cerco hacia ideas completamente distintas: al Estado de Bienestar, que está más cerca del Estado Social de Derecho que del Estado Subsidiario, y por tanto bienvenido sea", afirmó este lunes el presidente del Partido Socialista, Álvaro Elizalde, quien consideró que la definición de Lavín "fortalece" las ideas de su sector.
"Si el abanderado de la derecha va a plantear parte importante de nuestras ideas, después yo espero que la derecha apoye esas ideas. En caso contrario, ¿cómo va a ser su abanderado? Yo creo que esa es la contradicción principal: Joaquín Lavín va a ser el candidato de la UDI, si es candidato, o del piñerismo, entonces la pregunta es: ¿su sector lo va a apoyar en estos planteamientos?", añadió en Tele13 Radio.
Por su parte, el presidente del PR, Carlos Maldonado, manifestó que "Lavín, sin pudor alguno, se comporta como un camaleón de la política, mimetizándose con las corrientes de cada momento. Este vano intento de camuflaje político es también una ofensa para quienes, como el Partido Radical, hemos impulsado durante décadas una verdadera concepción socialdemócrata, así como luchamos por recuperar la democracia, mientras él apoyaba la dictadura con entusiasmo".
"Si el abanderado de la derecha va a plantear parte importante de nuestras ideas, después yo espero que la derecha apoye esas ideas. En caso contrario, ¿cómo va a ser su abanderado?"
Álvaro Elizalde (PS)
En tanto, la propia presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe, abordó la discusión y aseguró que su partido "se define como popular". "Hoy día la socialdemocracia está asociada a la centroizquierda, pero nosotros nos sentimos como y nos definimos con un fuerte componente... de hecho la UDI nació como un proyecto político para enfrentar la extrema pobreza. Lo que pasa es que cuando tú le pones el nombre de socialdemócrata es como bacheletista-aliancista, pero no existe superioridad moral de unos u otros", dijo a radio Pauta.
En contrapartida, la opinión de la presidenta de Convergencia Social, Gael Yeomans, fue lapidaria: "No se puede ser socialdemócrata y ser de la UDI", dijo en su cuenta de Twitter. En la misma red social se expresó el diputado Marcelo Díaz (PS): "Lavín se ha declarado seguidor de Pinochet, bacheletista-aliancista y ahora socialdemócrata pero gobernaría con la UDI. En fin...".
Otra entidad que se pronunció fue la Fundación Socialdemócrata, que expresó que "ser socialdemócrata no es un eslogan, es creer en derecho sostenible, cargas tributarias redistributivas, pisos sociales éticos, respeto a los Derechos Humanos, estar en contra del negacionismo, en fin, trabajar en coherencia en la construcción de una sociedad tolerante, diversa y justa", expresaron.
Un concepto amplio, pero acotado
En concreto, la Real Academia Española de la Lengua define "socialdemocracia" como un "movimiento político que propugna un socialismo democrático y reformista". Se trata de una ideología política, social y económica que apoya la intervención económica y social para promover la justicia social dentro del marco de un sistema económico capitalista. Se asocia con el conjunto de políticas socioeconómicas que tomaron fuerza en el norte y el oeste de Europa durante la segunda mitad del siglo XX.
Para los cientistas políticos, la socialdemocracia es un concepto amplio que tiene muchas corrientes internas, pero que cuenta con algunos mínimos claros. "Ser socialdemócrata consiste en una idea en que se mezcla socialismo y democracia, y lo que hace es tratar de expandir el tamaño del Estado tratando de buscar bienestar", explica a Emol la académica de la U. de Valparaíso, Javiera Arce.
"Un socialdemócrata no cree en la autorregulación del mercado y mucho menos en el principio de subsidiariedad como base fundamental del funcionamiento del Estado"
Mauricio Morales
Dentro del abanico de posibilidades, hay algunas, como la socialdemocracia alemana, que se acerca al liberalismo —incluso gobierna con partidos conservadores— pero aún así "es mucho más socialdemócrata que Chile". "Chile nunca ha tenido una socialdemocracia, ni con Lagos, ni con Bachelet, ni con ninguno de los presidentes, porque ellos hacían políticas públicas súper neoliberales", apunta. "Esto es otra cosa: es concebir salud y educación como un derecho humano, no como un bien público. Es una diferencia muy sustantiva", dice.
Para el director del Centro de Análisis Político de la U. de Talca, Mauricio Morales, ser socialdemócrata es incompatible con ser gremialista. "Un socialdemócrata promueve la intervención directa del Estado en la economía con el fin de avanzar hacia la justicia social a través de la reducción de la pobreza y la desigualdad; no cree en la autorregulación del mercado y mucho menos en el principio de subsidiariedad como base fundamental del funcionamiento del Estado", dice. Se considera, explica que "el Estado no solo está para cubrir las áreas en que los privados no pueden ejercer, sino que principalmente para ser un actor más dentro del modelo económico".
El académico de la U. Adolfo Ibáñez, Cristóbal Bellolio, considera por su parte que el hecho de que Lavín se defina como socialdemócrata "no es tan relevante". "Son conceptos que aguantan estiramientos. Más relevante es su diagnóstico 'pueblo vs. élite' y la crítica a la intermediación política, característica del populismo. Lavín entiende que esa es la ola a surfear", dice.