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Las cuarentenas pierden adeptos: Cómo contener el avance del virus sin implementar confinamientos comunitarios

La OMS señaló que esta medida debe ser "el último recurso" y pidió priorizar otras herramientas para frenar la pandemia. El Minsal dijo esta semana que son "dificultosas y dolorosas" y que está en evaluación que sean "eficientes".

07 de Octubre de 2020 | 08:15 | Por Consuelo Ferrer, Emol
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El Mercurio
Son 40 las comunas que, a lo largo de Chile, hoy están en confinamiento, y ninguna de ellas se encuentra en la Región Metropolitana. Hasta ahora, es allí donde se registraron las cuarentenas más largas: 171 días en Puente Alto, 157 en El Bosque, Independencia y Quinta Normal, 150 en San Bernardo y La Pintana, 143 en Santiago. Hoy todas las comunas de la capital están en Fase 2 o 3 y el confinamiento, poco a poco, pierde su estatus de llave mágica para frenar el virus.

"Hay que aumentar el ritmo, presionarnos para estabilizar la situación y controlar la transmisión. En muchos casos se han hecho las cosas muy bien, por lo que es importante que los confinamientos sean el último recurso", dijo a fines de septiembre el director ejecutivo del programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, Michael Ryan. La autoridad hizo notar que hay países que no han recurrido a la estrategia de las cuarentenas y han tenido un mejor control de la epidemia que otros que sí la han usado.

En el vecindario, un ejemplo lo constituyen los países que separa el Río de la Plata: Uruguay y Argentina. El primero nunca decretó cuarentena obligatoria y hasta el momento registra solamente 48 decesos, con 245 casos activos. Argentina, en tanto cumplió 200 días en confinamiento esta semana y lleva más de 21 mil muertes por causa del virus, con más de 810 mil contagios en total.

"Estamos de acuerdo con la OMS. La cuarentena es un arma de ultima ratio y creo que muchas veces las cuarentenas prolongadas no dan un resultado positivo, como lo hemos visto en otros países que han pasado a la delantera en la cantidad de contagiados y fallecidos", dijo este lunes el ministro de Salud, Enrique Paris, sobre este debate. "Llegar a la cuarentena para nosotros también es dificultoso y doloroso".

Lo mismo dijo la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, ante la comisión que investiga en la Cámara de Diputados una eventual "reducción injustificada" de los fallecimientos por covid-19. "Vamos a tener que ver si las cuarentenas son, en verdad, una de las medidas más eficientes para contener la pandemia", aseguró. "Las cuarentenas a la población es una medida extrema que tiene que tomarse como última medida".

Ante la amenaza de un virus desconocido, la estrategia para enfrentarlo ha cambiado con el paso de los meses y la aparición de nuevos antecedentes. Aunque en marzo eran muchas las voces de expertos y autoridades locales que abogaban por las cuarentenas comunitarias como la mejor forma de controlar el avance del SARS-CoV-2, hoy la herramienta parece haber perdido su reputación de infalibilidad.

Convivir con el virus


En total, Punta Arenas ha pasado 77 días en confinamiento: la primera cuarentena fueron 36 días a comienzos de abril, y la segunda está en curso desde el pasado 21 de agosto. Hoy la ciudad tiene 1.308 casos activos y en la región han fallecido 96 personas por causa del virus. En total se han contagiado más de 8 mil habitantes. "Lo que está pasando en Magallanes demuestra algo que nosotros sabemos desde el principio: la cuarentena, por sí sola, no es la solución a la epidemia", dice el subdirector de la Fundación Ciencia y Vida, Tomás Pérez-Acle.

"Lo que nos demuestra es que, estando en una cuarentena muy férrea, la cuarentena no se respeta", señala el investigador, según Radio Pauta. "Tenemos miles de empresas declaradas como servicios esenciales, decenas de miles de permisos diarios en la región, que hacen que la cuarentena efectivamente no funcione. Nosotros estamos agotados de la cuarentena, todos están igualmente cansados, con pérdidas económicas, de trabajo, familiares y psicológicas", acota.

"Si vamos a estar conviviendo con el virus, tenemos que ser capaces de trazar de ocho a diez contactos en las últimas 48 horas por cada persona contagiada. Hoy día no estamos siendo capaces de trazar ni siquiera a dos personas por cada diagnóstico"

Tomás Pérez-Acle
Para el doctor en Biotecnología, lo que se debe hacer es adquirir la costumbre de convivir con el virus, porque "llegó para quedarse". "Tenemos que salir a la calle, seguir haciendo nuestra vida cotidiana, pero entendiendo que estamos en una normalidad completamente distinta. Ya no nos vamos a poder abrazar, besar, vamos a tener que mantener distanciamiento físico, lavarnos las manos, usar mascarilla. Es la única alternativa", dice, o lo será, al menos, hasta que más de un 60% de la población esté vacunada.

Sin embargo, no descarta que, de descontrolarse nuevamente la situación, haya que volver a una situación de cuarentena. "La capacidad hospitalaria está, la de testeo está, lo que hay que hacer hoy día es tratar de cortar el contagio lo máximo posible. ¿Qué es lo único que nos queda en este minuto? Salir a testear masivamente a la población, aprovechar las capacidades que tenemos y hacer los 40 mil tests diarios, ojalá todos los días, de manera lo más extendida posible a lo largo de la población", apunta.

"Lo otro que tenemos que hacer es ponerle mucho énfasis a la trazabilidad, porque en esta situación, donde vamos a estar conviviendo con el virus, tenemos que ser capaces de trazar del orden de ocho a diez contactos en las últimas 48 horas por cada persona contagiada. Hoy día no estamos siendo capaces de trazar ni siquiera a dos personas por cada diagnóstico", añade.

La cuarentena como último recurso


"Lo que hay que hacer es no llegar a la cuarentena", opina por su parte la epidemióloga y académica de la U. Andrés Bello, Annabella Arredondo. "¿Cómo no llegamos a eso? Con un buen, adecuado sistema de testeo, trazabilidad y aislamiento. Eso es clave. No sacamos nada con solo hacer exámenes si no va acompañado de lo otro. Tenemos que hacer el testeo, pero hay que hacer la trazabilidad y llegar a aislar a los casos y poner en cuarentena a los contactos. Si eso se hace bien, la cadena se interrumpe y no tenemos transmisión comunitaria".

Para el médico del Centro de Epidemiología y Políticas de Salud de la U. del Desarrollo, Manuel Nájera, la principal medida no farmacológica para enfrentar una epidemia tiene que ser precisamente la del aislamiento. "Lo que está diciendo la OMS es que los países, para contener la epidemia, deberían enfocarse en contener los brotes a tiempo: detectar la enfermedad con hartos tests, aislar los casos, sacarlos de la comunidad para evitar que sigan infectando y buscar a todos sus contactos, todo a tiempo", dice a Emol. "Es mucho más fácil cuarentenar a un grupo pequeño de personas que a toda una comunidad".

"Lo que hay que hacer es no llegar a la cuarentena ¿Cómo no llegamos a eso? Con un buen sistema de testeo, trazabilidad y aislamiento. Si eso se hace bien, la cadena se interrumpe y no tenemos transmisión comunitaria"

Annabella Arredondo
No es que el confinamiento no sirva, aclara Nájera, sino que es una de muchas medidas que se pueden tomar, y suele ser una que se adopta cuando la situación se sale de control. "Evidentemente un sistema de trazabilidad se va a ver superado en algún momento si tienes un descontrol. Es imposible trazar y aislar a todos los casos si tienes 10, 15 o 20 mil casos activos. No hay sistema de trazabilidad que aguante", añade.

Por eso, explican los expertos, lo ideal es mantener los contagios bajo control y monitoreados para evitar llegar a la situación en que una cuarentena general será la única manera de frenar el virus, y en caso de que el escenario se vuelva inevitable, la ventana que provee el confinamiento debe utilizarse para robustecer el testeo. Incluso se podría realizar, proponen, una especie de censo sanitario.

El riesgo que aparece con este nuevo matiz es que la autoridad pierda el parámetro de gravedad del confinamiento para fomentar el cumplimiento de las normas. Hasta ahora, el Minsal ha usado figuras como decir que la población se ha "no se ha portado bien" para advertir que podrían ser necesarias medidas como las cuarentenas, como ocurrió en Punta Arenas. "No hay mucha gente en el mundo académico que esté de acuerdo en que se use una estrategia de asustar a la gente con lo que va a venir si no se cuidan", comenta Nájera. "Debería ser al revés. Lo que uno espera es que digan: juguémonos porque no pase nada y no necesitemos esto".
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