Esta semana se conoció la información de que otro emblemático local de la ciudad de Valparaíso cierra sus puertas. Se trata del
bar "La Playa", que tras 113 años dejará de funcionar.
"Informamos a nuestra distinguida clientela que estamos próximos a cerrar,
desde 1908 encantando a los porteños. Nos importa, por eso queremos agradecer su preferencia y todos estos bellos años compartidos junto a ustedes, tristes pero en permanente cambio", escribió en sus redes sociales.
Así, se suma a otros históricos locales de Valparaíso que también desaparecieron, como el
"Cinzano" y el restaurante "Hamburgo".
Raúl Rojas, presidente de la Cámara de Comercio Emprendedores de Chile y presidente de los Locatarios Nocturnos de Valparaíso, lamentó el hecho y reflexionó sobre la ciudad.
"Tuve la oportunidad de conversar con Cecilia, su dueña, y está afectada por la situación que tomó. Nosotros, como Cámara, lo anunciamos con anterioridad: varios locales emblemáticos cerrarán sus puertas. Lo que nos preocupa es que
están desapareciendo estos grandes e históricos restaurantes de Valparaíso, arrastrando a los más pequeños a cerrar sus cortinas también", señaló a La Estrella de Valparaíso.
Agregó que "no permitiremos que el comercio siga desapareciendo, acarreando una cesantía importante, 26 mil personas solo en Valparaíso están sin empleo. La ciudad está agonizando".
Mientras que Víctor Ramírez, de la Asociación de Locatarios Nocturnos de Valparaíso (Alnoval), señaló que "lo del bar La Playa, un lugar emblemático, es una tónica de locales que
demuestran que Valparaíso dejó de ser la capital turística bohemia de Chile, es ver apagarse una luz día a día".
Adiós a "Les Assassins"
Mientras que en Santiago, y mediante una
carta a El Mercurio, se anuncia el cierre del restaurante
"Les Assassins", ubicado en el Barrio Lastarria.Juan Carlos Cheyre, dueño del local, señala que "le escribo, ya que después de
55 años de popular historial y de mucho prestigio, tanto en el extranjero como en Chile, voy a tener que vender mi derecho de llaves por edad, pandemia y soledad, incluyendo el éxodo de mis queridos hijos que trabajaban conmigo. Es increíble. Sigo en el mismo lugar, calle Merced con Lastarria, trabajando al pie del cañón y con una fiel clientela. En el intertanto, continúo cumpliendo años con una velocidad increíble".
Agrega que "los vecinos no dan crédito a sus ojos al verme llegar en moto al restaurante con bolsas con mercaderías, todo a los 77 años. Es por eso que me atrevo a escribir al menos
para despedirme de los cientos de miles que han tenido la oportunidad de conocer Les Assassins. Bon appétit".