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Expertos analizan idea de "carnet verde": Fomentaría la vacunación, pero también el desapego a las normas

La medida fue mencionada por el ministro Paris este jueves, aunque todavía no se han comunicado sus detalles. En la comunidad médica no existe consenso sobre la pertinencia de su puesta en marcha.

30 de Abril de 2021 | 17:14 | Por Consuelo Ferrer, Emol
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La idea, según explicó este jueves el ministro de Salud, Enrique Paris, provino del Presidente Sebastián Piñera: crear un "carnet verde" y un "pasaporte verde" para quienes tengan las dos dosis de la vacuna contra el covid-19 y 14 días desde la segunda. "Lo estamos estudiando", anunció el ministro. "Debería ser un estímulo bastante importante para que la gente se vacune", añadió.

A priori, la iniciativa se asemeja a la tarjeta sanitaria que implementará Europa: un pase que pruebe la inmunidad y que sirva para movilizarse entre distintos lugares. Algo así se planteó al inicio de la pandemia, cuando se pensaba que recuperarse de la enfermedad podía generar anticuerpos, una idea que fue desechada antes de ponerse en marcha. Hoy, a diferencia de entonces, empieza a existir evidencia sobre la inmunidad que genera cada tipo de vacuna.

Según explica la doctora Marisa Torres, epidemióloga de la Red de Salud UC Christus, la idea "no es una cosa extraña, nueva ni rara". "Los programas de inmunización a nivel mundial tradicionalmente empezaron con niños y en algunos lugares se usaron estos carnets o registros, que sin duda son un aporte. Posteriormente también surgió la necesidad de hacer una especie de pasaporte para vacunas internacionales, como la de la fiebre amarilla. Dentro de lo que uno podría llamar el reglamento sanitario internacional, los registros de programas de vacunación son deseables", dice a Emol.

Para ella, lo ideal hubiera sido hacer un proyecto piloto antes de poner en ejecución un programa así, "pero como estamos en medio del desastre de la pandemia, probablemente no existe esa posibilidad", reflexiona. "Yo creo que cualquier estímulo que pueda motivar a vacunarse es bienvenido. Me parece que es una muy buena medida que además permite visibilizar el proceso en la comunidad: la gente puede mostrar su carnet y eso pudiera generar una cierta ola de motivación externa para que la gente se vacune más rápido", apunta.

Pero las opiniones al respecto no son unánimes. Hay voces que consideran que la iniciativa podría resultar contraproducente, fomentar la discriminación e incluso entregar un mensaje que repercuta en un menor apego a las medidas de autocuidado, como la distancia social, el lavado de manos frecuente y el uso de mascarilla. En ese sentido, Torres advierte: "El cuidado vamos a tener que mantenerlo hasta fin de año, o al menos hasta que estemos 'al otro lado'".

Un iniciativa controversial

"Creo que es una medida que no se puede implementar en este momento en Chile", opina la académica de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile y presidenta del Colmed Santiago, Francisca Crispi. La negativa, para ella, se debe "principalmente a que la efectividad de la vacuna Sinovac ha demostrado en el estudio chileno ser de un 67% para transmisión. Eso quiere decir que las personas, cuando están vacunadas, aún pueden transmitir y contagiarse. Implementar medidas que lleven a poder hacer actividades de mayor riesgo no tiene sentido", dice.

Para la doctora Crispi, se trata además de "un signo equivocado comunicacionalmente". "El mensaje tiene que ser claro: aún con la vacunación, las personas pueden enfermar y morir por la enfermedad. Por eso tenemos que mantener las precauciones a nivel individual hasta que alcancemos una inmunidad más colectiva", asegura. Sobre un pasaporte que permita la movilidad, Crispi recuerda que "la vacunación ha dependido mucho del nivel socioeconómico del país, por lo que condicionar que la población de ciertos países pueda viajar y otros no es un argumento que la OMS ha referido en contra".

"Las personas, cuando están vacunadas, aún pueden transmitir y contagiarse. Implementar medidas que lleven a poder hacer actividades de mayor riesgo no tiene sentido"

Francisca Crispi
A la infectóloga y académica de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, Claudia Cortés, la primera duda que le surge es el objetivo de la medida. "Con la información que tenemos disponible no sabemos cuánto dura la inmunidad. Dar un carnet que va a expirar en tres, seis o nueve meses ¿para qué sirve?", plantea. "Por otro lado es discriminatorio, porque si empezamos a entregarlo hoy, ¿qué pasa con la gente menor de 45 años que no es que no quiera vacunarse, sino que todavía no le toca? Van a estar impedidas de hacer o no hacer ciertas cosas siendo que ellos no están negándose a la vacuna", expone.

Otro punto que plantea es más ético. "Este Gobierno determinó que la vacunación fuera voluntaria, no obligatoria, por lo tanto si yo determino que algo es voluntario, no puedo castigar a quienes toman la determinación de no vacunarse", dice. "Israel lo está utilizando, pero hay una diferencia: están usando prioritariamente Pfizer, que en términos de contagio es bastante más eficiente que las vacunas de Sinovac, por lo tanto podría hacer un poquito más de sentido, aunque para mí ni siquiera. Con una vacuna que da una protección no muy alta para el contagio, no sé para qué sirve ese carnet", agrega.

Por último, Cortés hace hincapié en que "puede dar una falsa sensación de seguridad a la gente que lo tiene". "Esa persona puede decir: 'Tengo mi carnet y estoy listo. Ahora no me lavo las manos, no me pongo mascarilla, me junto con mucha gente'. Esa sensación de permiso me parece que es nuevamente ir en contra de la recomendación general de que la vacuna es un elemento más de la prevención, pero no es toda la prevención por sí misma", cierra.
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