El pasado jueves 29 de abril, Vanessa Araya no llegó a trabajar. A sus 29 años de edad, la enfermera se desempeñaba en la unidad UCI covid del Hospital Clínico de Viña del Mar. Llegó ahí a reemplazar a Florencia Elgueta (25), quien en agosto del año pasado y de forma repentina se quitó la vida. Ese jueves, cuando Araya no llegó a la clínica, se confirmó que la historia se repetía. Hoy la fiscalía y la Brigada de Homicidios de la PDI de Viña del Mar investigan las causas detrás del suicidio de la joven enfermera.
El caso de Araya recordó de inmediato al de Elgueta y ha generado conmoción tanto en la ciudad como en el mundo de la salud, sobre todo porque las familias de ambas aseguran que detrás de las muertes habría un persistente bullying y acoso por parte de sus pares en el trabajo. "Las compañeras decidieron hacerle la ley del hielo con procedimientos súper complicados en la UCI covid, no le explicaban los procedimientos y la sobrecargaban laboralmente", contó a El Mercurio de Valparaíso Javiera Araya, hermana de Vanessa.
"Ellos se sacaban pacientes y se los asignaban a Vanessa. Se ponían a conversar sobre qué hacer para mejorar el ambiente y decían que iban a organizar un desayuno, delante de ella, y no la invitaban. Era bullying, se lo dije en más de una ocasión. Con su dinero, de su sueldo, se pagaba capacitaciones para poder aprender a usar las máquinas de la UCI, porque las compañeras no le querían decir", relató.
La hermana de Vanessa recuerda con dolor las cosas que le contaba en su última semana de vida. "La hostigaban tanto las compañeras que ella tenía que ir a almorzar en el estacionamiento, en su auto, encerrada, y eso era sabido. A mí me mandaba fotos de WhatsApp cuando estaba ahí sola, porque era tanto el hostigamiento de las compañeras que ella las prefería evitar", dijo.
Es lo mismo que tiene en su recuerdo Claudia Escobar, madre de Florencia Elgueta. La mujer rememora que la última vez que habló con su hija, ella venía saliendo de un turno de 24 horas y estaba cansada. Después de dos días sin recibir respuesta de su parte, llamó a un cerrajero para que fuera a ver a su hija. Él encontró a Elgueta sin vida en su pieza. "Creo que nada de eso hubiera pasado si Florencia no hubiera llegado a la UCI covid", dijo a Chilevisión.
En el testimonio de ambas familias se precisa que los problemas laborales eran con personas de igual rango, no con superiores. La responsabilidad que le asignan a las jefaturas es la de no haber intervenido. "Ella hablaba con el jefe de la UCI y no se hacía nada", contó Javiera. "Ella habló con su supervisor y también con la administración. Lo de Florencia es muy similar (...) se daba exactamente la misma dinámica: Florencia tenía turnos de 24 horas y las compañeras no la dejaban sentarse. Y el nombre de la jefa, la subgerenta de procesos clínicos, se repite".
La versión de la clínica
El Hospital Clínico Viña del Mar se refirió al caso este lunes. Según el recinto, "ha sido un gran impacto y motivo de profundo pesar la pérdida de una de nuestras profesionales" quien "desarrolló una destacada labor en la atención de pacientes críticos durante un largo año, demostrando su vocación profesional al igual que todo el equipo al cual pertenecía".
"Conocemos y vivimos como profesionales la compleja y difícil labor que involucra la atención de salud, más aún en este prolongado periodo de pandemia", dijeron. Además de señalar que cuentan con un programa de apoyo psicológico, la clínica aseguró que tienen "reglamentación explícita que prohíbe y sanciona todo tipo de acoso y malas prácticas en las relaciones interpersonales (...) hasta la total aclaración de los hechos" y su respectiva sanción.
"Solicitamos no hacer juicios precipitados o solo basados en rumores o suposiciones, porque ello causa un gran daño y caen en acciones de acoso y bullying que, según señalan, pretenden o intentan a su vez condenar"
Hospital clínico Viña del Mar
En el comunicado se informó que se ha dispuesto una investigación y se solicitó "no hacer juicios precipitados o solo basados en rumores o suposiciones, porque ello causa un gran daño y caen en acciones de acoso y bullying que, según señalan, pretenden o intentan a su vez condenar".
También respaldaron al equipo de UCI, "integrado por más de 50 profesionales que se han destacado y han hecho un marcado esfuerzo, mucho más allá de sus deberes esenciales". "Sentimos una profunda tristeza y dolor, en especial el equipo que trabajó directamente con Vanessa, pero es imperativo continuar atendiendo a nuestros pacientes", dijeron.
Un problema sistémico
Del caso se ha hecho parte el Colegio de Enfermeras, desde donde la presidenta regional, Andrea Rastello, tomó contacto con las familias y recordó que "estamos en un tiempo de pandemia en que se han acentuado las vulnerabilidades del sistema". "Se puede estar en un mundo en el que hay mucho estrés, se pueden abarcar muchas causas multifactoriales, pero hay elementos que generan el cansancio, el agotamiento físico y mental, y el acoso y maltrato laboral no solamente jerárquico, sino también transversal", dijo a El Mercurio de Valparaíso.
La muerte de las dos profesionales pone de manifiesto un fenómeno más grande, aseguran otras enfermeras. "Hay todo un trasfondo histórico-cultural de la carrera de Enfermería. Desde que estamos en formación en la universidad, nuestras profesoras siempre nos inculcan que nos cuidemos de nuestras colegas porque el peor enemigo es tu colega, entonces hay un paradigma obsoleto que queremos cambiar y que viene mal desde la formación", contó la enfermera de la Unidad de Pacientes Críticos del Hospital Van Buren, Marcela Nieto.
"Nuestras profesoras siempre nos inculcan que nos cuidemos de nuestras colegas porque el peor enemigo es tu colega, entonces hay un paradigma obsoleto que queremos cambiar y que viene mal desde la formación"
Marcela Nieto, enfermera UPC
Ella misma intentó denunciar maltrato en 2016, pero su superior le dijo que "era algo normal". "Una compañera, que era 'muy seca', me pidió que me quedara porque a ella cuando llegó a la unidad le pasó algo similar, me contó que lloraba todos los días", relató. "Es una cultura del maltrato que viene de años. Todo el mundo le baja el perfil y lo hemos normalizado".
Por lo mismo este jueves un grupo de 20 enfermeras y enfermeros llegaron hasta las afueras de la clínica para protestar por los hechos, en una manifestación liderada por la Federación Nacional de Asociaciones de Enfermeras y Enfermeros de Chile (Fenasenf). "Desde conocida esta noticia, varias nos han contactado para contarnos de sus vivencias", contó al periódico la directora de comunicaciones de la Fenasenf, Gloria Díaz. "Es una tema que se repite. Hay mucha gente que tiene temor, y no solo en este hospital clínico".
Así se ha dejado ver también en redes sociales, donde circulan comentarios que apuntan a que "se abrió la caja de pandora". Basta una búsqueda rápida en Twitter para encontrar más testimonios: "El acoso entre enfermeras y esas ganas de hacerte la vida imposible es tan verdad. Miren lo que están consiguiendo en esta oportunidad: que las colegas se maten", "lo sufrí en carne propia", "soy enfermera y son muy pocas las colegas que te acompañan en el aprendizaje y que se dan el tiempo de explicarte todo", "el desenlace fatal es inusual, pero el acoso laboral en salud es estructural y lamentablemente muy generalizado, y se ha visto agudizado por la pandemia".