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Lisa Zanotti: "La Lista del Pueblo es un tentativo para canalizar el malestar, pero hay que ver hasta qué punto representa a los chilenos"

La investigadora postdoctoral de la UDP experta en populismos analiza el fenómeno electoral que consiguió 27 escaños en la Convención Constitucional. Además, advierte sobre la abstención del 15 y 16 de mayo y la necesidad de que se fortalezcan los partidos políticos.

29 de Mayo de 2021 | 05:43 | Por Benjamín Blanco, Emol
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La irrupción de la Lista del Pueblo fue una de las principales sorpresas que dejó la noche del 16 de mayo, instante en que los partidos políticos tradicionales recibieron uno de los mayores golpes electorales de su trayectoria.

La agrupación -que reúne distintas motivaciones y miradas que incentivaron las protestas post estallido- consiguió 27 escaños en la convención que redactará la Constitución. Sin embargo, más allá del actuar que tendrán sus miembros en el Palacio Pereira, es todavía una incógnita el devenir que tendrá en el mediano plazo.

Para Lisa Zanotti, investigadora postdoctoral de la Universidad Diego Portales y experta en populismo, el fenómeno posee los dos elementos que definen esta corriente: "La reivindicación de un pueblo que se percibe moralmente puro y un discurso antielitista". Pero agrega que no está del todo claro si será capaz de canalizar el malestar que surgió tras el 18 de octubre de 2019 debido a la alta abstención registrada.

"En la elección más importante de la historia Chile hemos visto que menos del 50% del padrón fue a votar (...) la Lista del Pueblo es un tentativo para canalizar institucionalmente el malestar, pero hay que ver hasta qué punto representa la actitud e intereses de los chilenos", sostiene.

Considerando que se distancian de los partidos políticos y algunos voceros plantean una dicotomía de excluidos versus no excluidos. ¿Se puede considerar la Lista del Pueblo como un movimiento populista?

—Seguramente la retórica de los integrantes de la Lista del Pueblo, porque por ahora no es un movimiento político en sí, es más bien un vehículo electoral, sea populista en el sentido que posee los dos elementos que definen el populismo: la reivindicación de un pueblo que se percibe moralmente puro y un discurso anti establishment, en contra del Gobierno del Sebastián Piñera, y también crítico de la existencia de una elite. La Lista del Pueblo tiene una particularidad con otros populismos que vimos en Chile, como José Antonio Kast, que es un líder de un partido en construcción, o Pamela Jiles que intentó canalizar el descontento, pero si miramos el resultado de Pablo Maltés, no logró movilizar. En el fondo, puede considerarse populista, pero no sé si aún es un movimiento, pues no tiene organización. Hay que ver qué camino toma, pero tiene un discurso que puede considerarse populista.

También podría ocurrir que los 27 convencionales electos no actúen como bloque y voten dependiendo de sus miradas e intereses. ¿Si fuera así perdería fuerza el populismo que eventualmente encarna?

—Hay muchos caminos. Depende hasta qué punto logran actuar como bloque, como movimiento o si al final entre comillas se ven cooptados por partidos tradicionales o no tradicionales. Si algún miembro viene cooptado, puede bajar el discurso populista una vez que satisfaga su demanda, pero a su vez puede que ese discurso se haga más fuerte en la medida que las demandas quedan insatisfechas. Al menos que no exista una Constitución muy maximalista, no todas las demandas podrán estar incluidas. Nunca se sabe, pero hay buenas posibilidades de que no estén todas incluidas. Ellos no se definen como partido y eso es muy normal, ellos se definen como colectivo. Al ver cuán colectivo serán o si tomarán caminos diferentes por sus intereses, es parte de lo que hay que mirar.

Históricamente los populismos en América Latina se encarnan en un líder, pero este no sería el caso.

—En Chile es algo nuevo. Por ejemplo, Pamela Jiles demostró que no puede movilizar a un pueblo, los llamados "nietitos" son gente que la apoya en redes sociales, pero no hay un ejército, no se sabe quiénes son, no logra construir un movimiento desde abajo que es lo que apunta hacer. Pero si miramos la experiencia comprada existe un ejemplo que es un movimiento que nace del populismo y es el MAS en Bolivia. Tiene las tres características organizacionales que puede tener el populismo: Nace de un movimiento social, de un movimiento campesino, tiene una figura carismática, que es Evo Morales, y tiene una organización intermedia, que es lo que permite que sea duradero en el tiempo. Y vuelvo a la pregunta anterior: hasta ahora la Lista del Pueblo es sólo una lista electoral ¿Qué harán? ¿Formarán un partido? ¿Se dividirían? Eso está muy abierto. Pero si no logran desarrollar una organización más allá de las demandas será difícil que compitan en otras elecciones y se mantengan en el tiempo.

La Lista del Pueblo consiguió 27 escaños en la Convención. Foto: El Mercurio

En marzo, en entrevista con Emol, señalabas que "había una alta demanda populista que no fue canalizada tras el 18-O" y que "ese momento se anduvo perdiendo". ¿Hasta qué punto esa demanda se canalizó con los resultados de la elección de constituyente?

—Sí, me refería a que después de la protesta no hubo un líder que se haya tomado la representación del malestar. Un populismo necesita demanda ciudadana, pero también necesita un componente de oferta: alguien que se encargue de canalizar eso. Vimos el tentativo de Pamela Jiles que no se ha concretado, se quedó con los temas de los retiros del 10% sin una plataforma. La Lista del Pueblo es un tentativo para canalizar las expectativas populistas en la sociedad, pero hay que ver si esas demandas serán satisfechas en la escritura de la Constitución. Hay un gran tema que es la alta abstención: en la elección más importante de la historia Chile hemos visto que menos del 50% del padrón fue a votar. Sí, la Lista del Pueblo es un tentativo para canalizar institucionalmente el malestar, pero hay que ver hasta qué punto representa la actitud e intereses de los chilenos.

"Aventurarse por el camino de una democracia sin partidos es complicado y hay un riesgo muy grande de caer en caudillismos y fragmentación"

Lisa Zanotti
En los resultados de la mega elección hubo dos hitos que grafican la crisis de los partidos tradicionales: el surgimiento de la Lista del Pueblo y la llegada de independientes a la Convención, pero también la gran cantidad de alcaldes independientes que resultaron electos. ¿Son fenómenos distintos?

—Es complejo. Habitualmente en termino generales te diría que hay que tener cuidado con interpretar las elecciones subnacionales, como es la municipal, como si fuera predictor de resultados de una de carácter nacional, como fue la elección de constituyentes. La gente que vota por alcaldes lo hace por la capacidad y el manejo, por una administración, vota menos por la ideología que en una elección general. Pero en este caso no se puede negar que el país atraviesa un momento singular por la desconexión de las elites que viene hace tiempo. Esto se manifestaba con los impresionantes niveles de abstención y luego con las protestas de 2019. Ahora, un tercer factor para entender cuánta desconexión hay y cómo la gente valora poco o mal a los partidos políticos son los resultados de la elección de constituciones y surgimiento de la Lista del Pueblo, pero también el número de alcaldes independientes. Creo que en este momento particular ambas cosas sí van de la mano.

¿Por qué sería importante que el descontento que originó el estallido social esté, en parte, ahora institucionalizado?

—Sí, seguramente. En términos generales cuando un sistema logra procesar demandas insatisfechas y las canalizas en instituciones, que son reglas del juego, es mucho más fácil y menos problemático. Ahora, para que se canalicen totalmente diría que es importante ver dos factores que no tenemos aún claros, que son el grado de legitimidad que tendrá la nueva Constitución, considerando que no va a satisfacer a todo el mundo, pero debe tener un grado de legitimidad; y el marco institucional. Es importante que las demandas no solo queden en la Constitución, sino que también se traduzcan en una legislación y un diseño institucional, donde actúan los actores políticos.

"Los partidos en las democracia modernas cumplen un rol que es fundamental, de representación de ciudadanía, de traducción de demandas políticas públicas"

Lisa Zanotti
A propósito de actores políticos, hay un intento del PC y el FA de atraer a la Lista del Pueblo y sin ir más lejos parlamentarios de esos partidos presentaron un proyecto de ley para favorecer la participación de independientes en la próxima elección parlamentaria.

—Hay que estar muy atentos con eso, lo veo problemático. No es un tema de reivindicaciones de la Lista del Pueblo, es un tema institucional. Aventurarse por el camino de una democracia sin partidos es complicado y hay un riesgo muy grande de caer en caudillismos y fragmentación. Tenemos experiencia comparada con lo que pasa en Perú, donde los partidos en realidad son vehículos electorales para caudillos. Los partidos en las democracia modernas cumplen un rol que es fundamental, de representación de ciudadanía, de traducción de demandas políticas públicas. Comparto la idea de incluir y canalizar demandas que la ciudadanía quiere y necesita, pero hay que tener un cuidado especial y hay otras formas de incluir a independientes u organizaciones no partidarias, diferentes de lo que se ha propuesto. Los problemas no son los partidos políticos, sino estos partidos políticos. El problema no es el partido en sí, sino que no ha existido la voluntad de traducir estas demandas políticas, de escuchar más, de abajo hacia arriba.

¿Qué deben hacer los partidos políticos chilenos para reconectar con la ciudadanía considerando el año cargado de elecciones?

—La única manera de recuperar la conexión con sus votantes, con el pueblo en general, es implementar una políticas inclusivas, desde abajo, que sea más en la calle. No es retórica, es lo que se tiene hacer para no llegar a situaciones extremas, donde pueda haber un colapso del sistema y que se instale la idea del que se vayan todos. Lo que veo necesario es cerrar esa brecha de representación, los partidos anti establishment nacen porque hay un problema de representación. Se interrumpe el flujo que va desde la sociedad hacia la elite que los gobierna. Los partidos están al medio: la ciudadanía por un lado, el partido que cumple un rol de traducción y la elite que los gobierna. Si el partido no cumple el rol de traducción, los ciudadanos buscarán a otros, que pueden ser caudillos o movimientos.
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