Fernando Atria: "La idea de representación ha ido deviniendo vacía en la experiencia de los ciudadanos"

"Yo concurro a esta convención con la convicción de que Chile necesita —y, de hecho, ha necesitado por mucho tiempo— una nueva Constitución", asegura el abogado constitucionalista y constituyente electo por el Distrito 10, Fernando Atria, una de las voces que ha venido repitiendo con más fuerza ese mensaje en los últimos años. "Siento personalmente esa responsabilidad por que esto salga bien, que la nueva Constitución le dé a Chile una institucionalidad política legitimada ante la ciudadanía", agrega.

En conversación con EmolTV, Atria reconoce que ha sido una "voz relevante en la discusión sobre una nueva Constitución". "Yo asumo que he defendido ciertas posiciones, que esas posiciones han tenido cierto respaldo y que eso me da, en algunas materias, una voz un poco más autorizada que lo normal", comenta. "Espero estar a la altura de las expectativas", agrega.

En la discusión previa a la elección de convencionales, el abogado fue uno de los que más cuestionó el quórum fijado al inicio del proceso, que estableció el requisito de 2/3 para las normas y el reglamento de la nueva Carta Magna. Hoy, Atria ya no está tan preocupado. "Antes de la elección, esta discusión siempre se daba en el entendido de que lo que estaba en discusión era la posibilidad de bloquear de la derecha, pero ahora ya no es esa la discusión", menciona. "Yo creo que hoy día ese es un tema que no es urgente, no es relevante".

Sí le parece prioritario hablar sobre participación ciudadana, un tópico que gana fuerza a medida que se empiezan a dibujar las discusiones que podrían aparecer al inicio de la convención. Hay quienes han planteado que se establezcan mecanismos de democracia directa y vinculante para el proceso mismo del debate constitucional, mientras hay otros que dicen que es suficiente con el poder conferido por la ciudadanía a los representantes mediante su voto. Para Atria, la discusión comienza en un punto más amplio.

"Yo no creo que sea útil oponer la democracia directa o participativa a la democracia representativa. Creo que el problema que tenemos nosotros, al cual la nueva Constitución pretende ser una solución, es que la idea de representación ha ido deviniendo vacía en la experiencia de los ciudadanos, es decir, en realidad representación significa lo contrario: cuando se habla de representación, lo que se está diciendo es no hay representación y que son otros los que deciden con independencia de tus intereses o voluntades. Esa es la manera en que yo creo que se vive lo que se llama representación", dice.

Para él, "una de las cuestiones fundamentales del proceso constituyente es que funcione y que entonces sea capaz de crear una política distinta, que le dé realidad a la representación". "Para darle realidad a la representación, para demostrar que la representación no es simplemente una excusa para dejar afuera a los ciudadanos y ciudadanas —que es como yo creo que se vive hoy día—, la participación es importante", agrega.

"Yo no entiendo la participación como opuesta a la representación. Yo creo que la participación es condición para la realidad de la representación. ¿Significa eso modos vinculantes? Yo creo que esa es una discusión que vamos a tener", expuso. "Mi opinión va a ser: es necesario que los convencionales rindan cuenta, que vuelvan a sus distritos, que participen de la discusión social que va a haber sobre una Constitución; es necesario que la convención sesione en regiones y no solamente encerrada en un palacio en Santiago. De ese modo, esa discusión que va a estar habiendo en la sociedad sobre una nueva Constitución se verá reflejada en una discusión institucional que va a estar ocurriendo en la convención".