SANTIAGO.- Solo el 19,6% de las personas habilitadas sufragaron en la segunda vuelta de gobernadores ayer domingo, lo que representa 2.555.990 de los 13.040.819 ciudadanos que formaban el padrón. La cifra es menos de la mitad del 42% que votó en las elecciones del pasado 15 y 16 de mayo.
De hecho, solo tres regiones superaron la mitad de los votantes que participaron en la primera vuelta: Arica y Parinacota, la Metropolitana y Los Ríos. En el resto los números son peores.
La situación, para los expertos, obedece a varios factores. Al menos así lo cree el decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma, Tomás Duval, quien señaló a Emol que la "participación es muy baja y se asemeja en algo a las primarias presidenciales del 2017, solo votan los electores más politizados".
"Las causas son variadas; elecciones poco o nada conocidas por la ciudadanía, menos costumbre de segundas vueltas, poco clima campaña política, las consideraciones de la pandemia y el clima y la baja importancia del cargo, por tanto, sólo primó la capacidad de movilizar de los y las candidaturas", agregó.
En la misma línea, el director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central, Marco Moreno, comentó que "la baja participación nos habla de la persistencia de un abstencionismo estructural, fuertemente instalado en nuestro sistema político, lo cual es algo que hay que abordar seriamente".
Para él, los factores son múltiples, desde "las restricciones sanitarias en alguna parte del electorado, el sector más adulto, jugó a favor de que se abstuvieran de participar", sumado a que se trató de "una elección nueva y las autoridades en disputa no estaban muy claro en el inconsciente de las personas cuál eran sus funciones".
"La gente no veía en esta elección algo muy definitivo, no era una elección en dónde se jugara la vida el país, ese era un factor que conspiró para una baja participación", añadió.
Asimismo, el académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, coincidió en que influyó "el desconocimiento del cargo por parte de la ciudadanía, en segundo lugar, la poca información que había sobre la realización de una segunda vuelta y en tercer lugar, porque fue una elección de segundo orden. Adicionalmente influye lo que se denomina como fatiga electoral, tener tantas elecciones seguidas termina por cansar a la gente y eso explica por qué tuvimos una participación de sólo el 20%, siendo la Región Metropolitana la que más votó con cerca del 26%".
Efectos de la baja participación
En ese contexto, Morales cree que en el caso de la Región Metropolitana (RM), "(Claudio) Orrego ganó en gran parte debido al voto donde fue mayor la participación en las comunas más ricas de la capital, particularmente en Lo Barnechea, Vitacura y Las Condes, la derecha se volcó a votar por Orrego, aunque quizás de manera no tan masiva. Pero lo que más sorprendió fue la baja participación en las comunas donde (Karina) Oliva se suponía que era más fuerte, esa participación quedó al debe y eso explica por qué perdió".
"Orrego podía ganar solamente con la siguiente combinación; que el voto de derecha se movilizara en su favor, en segundo lugar, que no hubiese un traspaso tan directo desde las candidaturas de izquierda hacia Oliva y en tercer lugar, que los sectores fuertes de Oliva participaran menos", describió Morales.
"En el caso de Chile Vamos, el resultado es catastrófico. Recuperó La Araucanía, había perdido la comuna de Temuco a manos del PPD, en circunstancias de que había sido un reducto tradicionalmente de RN, pero es una derrota absoluta considerando que solamente se quedó con una de las 16 regiones, es un resultado muy desfavorable", apuntó Morales.
En la misma línea Moreno comentó que "evidentemente el oficialismo tenía pocas posibilidades de imponerse en las 13 regiones en disputa, a lo menos en siete era donde tenía algún nivel de posibilidad (...) esos elementos también conspiraron de alguna manera para que el electorado de derecha no se movilizara, esta segunda vuelta se dio por perdida hace varios días, desde que se conocieron los resultados de la primera vuelta".
En cambio, el docente de la Universidad Central apuntó que en la RM habría un poco más de incentivo, "la campaña de Karina Oliva con los planteamientos que había hecho en los últimos días probablemente generaron un cierto temor en alguna parte del electorado más informado (...) por eso que probablemente en algunas comunas, como pasó en el sector oriente, concurrieron a votar en un número mayor de lo que hubiera sido previsible", añadiendo que una interrogante a considerar es por qué en esta oportunidad una parte de los jóvenes se restó de apoyar a la candidata de Comunes.
Para Duval, en tanto, "la coalición ganadora es sin duda Unidad Constituyente que obtienen un gran resultado a lo largo del país demostrando estructuras territoriales. En ese sentido, la DC revive en esta elecciones triunfando en la regiones Metropolitana, Biobío, Los Lagos, Maule y Arica, ello puede constituirse no solo en una base de apoyo, sino también en una plataforma a las posibles aspiraciones de la senadora Provoste".
A su juicio, "la presidencialización de Jadue de la elección Metropolitana fue sin duda un error político que terminó por hacer perder a Oliva, esa es una lección para el Frente Amplio y también para Unidad Constituyente, porque pareciera que muchos electores de Chile Vamos salieron a votar por un DC. En términos contemporáneos la derecha produjo un 'Orregazo'. Esto último es muy complicado y complejo para Chile Vamos que tuvo una derrota estrepitosa en esta oportunidad, solo ganó una Región la Araucanía igual que Pinochet el año 1989".
¿Voto obligatorio?
Los analistas coinciden en que la baja participación da mayor fuerza al debate sobre el regreso del voto obligatorio, tema que ya hace unos días está sobre la mesa. "Es indudable que que reinstala la necesidad de contar con el voto obligatorio. pero ello sino tiene alguna sanción se comportará igual que el voluntario, además la obligatoriedad tampoco asegurará el 100%, un ejemplo de ello es la reciente elección en Perú con un 75% de participación", opinó Duval.
Y si bien Morales concuerda en que "el debate va a cobrar fuerza", aseveró que "lo más probable es que no sea definido ni en este gobierno, ni el próximo, lo más probable es que esto sea definido por la próxima Convención Constitucional. Lo más seguro es que se mantenga la inscripción automática y que se restituya el voto obligatorio, porque las autoridades que llegan a gobernar tienen una escasa base de apoyo político".
Asimismo, Moreno precisó que "en general el tema de la participación es una cuestión de lo que hay que hacerse cargo, por eso que cobra fuerza la discusión del voto obligatorio, es una cuestión que hay que revertir y el Gobierno que había estado con vacilaciones en los últimos días, creo que debería tomar con fuerza esta discusión. Pero además se requieren un conjunto de medidas complementarias para poder hacerlo efectivo, porque sino vamos a tener un voto obligatorio en la letra, pero que en la práctica va a seguir siendo voluntario, la gente podría estar dispuesta a pagar las multas con tal de no ir a votar, hay que colocar incentivos".
Entre los incentivos que considera Morales, por ejemplo, están el explorar opciones como el voto anticipado, por correo electrónico o incluso el sufragio en dos días. En ese escenario, advirtió que la "próxima elección presidencial la definirán los abstencionistas (80%) que se restaron de esta disputa. Ahí deberán concentrar sus esfuerzos los comandos y candidatos presidenciales".