"Las áreas verdes dentro del establecimiento generan efectos positivos, por lo que deja en poder de los sostenedores cambiar la realidad de los niños", afirma uno de los autores del estudio.
El Mercurio (Imagen referencial)
SANTIAGO.- Es sabido que el nivel socioeconómico, el género y el acceso a la tecnología son variables que influyen directamente en el desempeño académico de los estudiantes, produciendo brechas entre ellos. Pero no sería lo único: Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Mayor mostró que factores ambientales, como la contaminación atmosférica y la vegetación en las escuelas, también inciden en el rendimiento escolar.
Los investigadores utilizaron los resultados del Simce (los test de Lectura y Matemáticas de 4° básico entre 2010 y 2018), georreferenciaron las escuelas del Gran Santiago y cruzaron esos datos con información espacial de dichas variables ambientales.
Así, encontraron que la contaminación atmosférica influye negativamente en el rendimiento de los estudiantes, ya que cada microgramo de PM2.5/m3 genera una reducción de entre 0,154 y 0,0811 puntos en la prueba de Matemáticas. De hecho, el efecto de la contaminación en los puntajes en Matemáticas equivale a entre el 4 y 5% de la brecha que existe actualmente entre los colegios más ricos y más pobres de la capital, y entre el 8 y el 11% de la brecha entre las escuelas más pobres y una escuela promedio.
"Si eliminamos las diferencias ambientales, los niños de escuelas más pobres reducirían las diferencias en rendimiento en 11% respecto de una escuela promedio de la capital", explica Rodrigo Pérez, del Centro de Economía y Políticas Sociales de la U. Mayor, uno de los autores del estudio. Ignacio Fernández, también autor, del Centro de Modelación y Monitoreo de Ecosistemas, apunta que "la fecha y hora en que se da la prueba modifica los niveles de contaminación atmosférica, lo que podría generar diferencias en el rendimiento de los niños".
El impacto positivo del pasto y la vegetación al interior de las escuelas
Los investigadores también estimaron que el nivel de vegetación al interior de las escuelas genera brechas de más de 14 puntos en la prueba de Matemáticas y de casi 11 puntos en Lectura. "Encontramos que las áreas verdes dentro del establecimiento son las que generan efectos positivos, por lo que deja en poder de los sostenedores cambiar la realidad de los niños. Incluso en comunas donde no hay muchas áreas verdes, tener pasto y especialmente vegetación siempre verde al interior del colegio genera efectos positivos y eso es muy interesante, porque el colegio podría revertir esta desigualdad territorial", comenta Pérez.
De esta forma, el trabajo –titulado "La desigualdad no es solo de ingresos", que es parte del proyecto "Chile Out of The Box" del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Universidad de Chile– concluye que parte de las diferencias que se encuentran en el Simce tienen que ver con las condiciones medioambientales en que los niños vulnerables crecen y se educan.
El economista Rodrigo Pérez detalla que con esta investigación "se abre una oportunidad para que se mejoren y equiparen las condiciones ambientales en la ciudad", ya que "hacerlo no solo tiene efectos sobre el bienestar emocional de la población, sino que además tiene efectos sobre el rendimiento. No abordar esto significará, en el largo plazo, mayores disparidades socioeconómicas entre los sectores de menores y mayores ingresos".
Por su parte, Ignacio Fernández afirma que "este estudio demuestra que invertir en calidad ambiental urbana no solo es beneficioso en términos de calidad de vida, sino que puede repercutir positivamente en otros aspectos, como el rendimiento académico. En ese sentido, es necesario desarrollar estrategias que no solo busquen reducir la desigualdad de ingresos, sino también reducir la desigualdad de acceso a una buena calidad ambiental urbana, la que actualmente es muy desigual en Santiago y otras ciudades de Chile".