, la decisión de la farmacéutica china Sinovac de instalar dos plantas en Chile. La primera, en etapa inicial de relleno y envasado de vacunas en la Región Metropolitana, y la segunda, correspondiente a un centro de Investigación y Desarrollo en Antofagasta.
"Chile anuncia la vuelta a la producción de vacunas.
Chile inició su producción nacional el año 1867, y hace 18 años atrás perdimos esa posibilidad", complementó el secretario de Estado, enfatizando en la importancia del trabajo público-privado y académico que logró sacar adelante esta iniciativa de inversión extranjera en el país.
¿Qué cambios se produjeron para que Chile avanzara a esta instancia y qué caminos se abren? Lo coyuntural, dice a Emol el director (s) del ISP, Heriberto García, fue la crisis sanitaria por el covid-19. "La pandemia efectivamente es una crisis, pero si la miramos desde el vaso medio lleno, genera oportunidades; todas las instituciones vimos una oportunidad desde el punto de vista de poder desarrollar nuevamente este polo, y en esta generación del nuevo polo, promover las vacunas en Chile", enfatizó.
Para el ministro de Ciencias, Andrés Couve, "esta pandemia nos encontró preparados como país. El desarrollo de un país no se restringe a indicadores, sino que debe ponerse a prueba frente a desafíos complejos. Esta pandemia está demostrando que estamos pasando la prueba".
"Sinergia" y "oportunidades"
Según el estudio "Fabricación de vacunas en Chile, una historia de producción local poco (re)conocida", de Mirtha Parada, del ISP y Cecilia Ibarra, de la U. de Chile, en el término del proceso de producción de vacunas varios factores. Entre ellos, los ocurridos hacia fines del '70, "por pensamientos divergentes que valoraban el rol social de la salud pública y el Estado y los que promulgaban visiones económicas neoliberales, que priorizaban la rentabilidad económica y la privatización de la producción", y el rol de estado subsidiario que instauró la Constitución de 1980, "lo que provocó el desplome de la fabricación estatal de medicamentos". Finalmente, el ISP, cerró su planta en el 2002.
"Ahora tenemos mayor inversión, mayor oportunidades, que por entonces tampoco teníamos", esto, porque las vacunas que se producían eran contra la rabia, "y ésta no es una enfermedad de una magnitud como la pandemia o que generara la necesidad de seguir produciéndolas, porque se podían conseguir a mejor precio", destacó García.
"El modelo que se está implementando es similar a los que se están desarrollando en el mundo, donde la empresa se encarga de la producción, y la academia, de la frontera del conocimiento. Ese es el vínculo que han demostrado tener las iniciativas exitosas de vacunas covid-19, como AstraZeneca y la Universidad de Oxford, Pfizer y BioNtech y en este caso, Sinovac y la UC".
Ministro de Ciencias, Andrés Couve
En segundo lugar, explica que antes el organismo regulaba pero también producía vacunas, por lo que hoy, en honor al proceso de transparencia que requieren estas prácticas, "
es bueno que la producción emane de una institución externa".
En tercer punto, destaca la gestión de todos los entes públicos, privados y académicos que participaron desde distintos frentes: ministerios de Economía, Ciencias, Salud, Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales, IvestChile, laboratorios y universidades, los que "generaron una sinergia importante que permite avanzar en un proyecto tan relevante como éste, que nos da la posibilidad investigar, desarrollar y comercializar vacunas".
Couve lo explica así: "el modelo que se está implementando es similar a los que se están desarrollando en el mundo, donde la empresa se encarga de la producción, y la academia, de la frontera del conocimiento. Ese es el vínculo que han demostrado tener las iniciativas exitosas de vacunas covid-19, como AstraZeneca y la Universidad de Oxford, Pfizer y BioNtech y en este caso, Sinovac y la UC".
El nuevo escenario que se abre para Chile
Los involucrados en el proceso apuntan a que retomar la manufactura de vacunas generará un impacto casi transversal para el país, el que también se reflejará en más acceso de vacunas en la región.
"Por un lado, podremos contar con un acceso más expedito a dosis de vacunas desarrolladas en esta planta (...) sino que también permitirá además ajustar las formulaciones de vacunas a las cepas y variantes de virus circulantes en nuestro país, de manera que la inmunidad sea más específica y efectiva",
señala a este medio el doctor
Alexis Kalergis, director del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia.
El director (s) del ISP agrega que gracias a las investigaciones que hoy han desarrollado distintos planteles universitarios —entre ellas, la UFRO, de Antofagasta, de Chile y Católica— "se ha podido constatar de otros virus que circulan en Chile, y "probablemente será necesario trabajar en el desarrollo de vacunas contra éstos, incluyendo el sincicial y el hanta".
En definitiva, dice Kalergis, "los cambios no sólo serán un aporte en materia de transferencia de conocimiento científico y tecnológico, sino que además tendrá un impacto positivo en la salud ciudadana, y por ende, en la educación y la economía".
La colaboración con otros países también será clave, pues el proyecto de red de plantas también podrán aportar dosis a aquellos que así lo requieran, "sumado a ello se generarán nuevos empleos en las distintas áreas de proceso productivo de esta planta, siendo además un aporte a la descentralización de nuestro país, con el centro de I+D+i que se instalará en Antofagasta", zanjó el investigador UC.