SANTIAGO.- El pasado 27 de julio los rectores de todas universidades con sede en La Araucanía, encabezados por el obispo de Temuco, Héctor Vargas, llamaron a instalar con "urgencia" un proceso de diálogo en la zona, "que permita reparar y reconstruir las relaciones entre el pueblo mapuche, la sociedad chilena y sus instituciones". Y para que ese diálogo cumpliera "con estándares apropiados de talentotransparencia, inclusión, imparcialidad y experiencia", sugirieron que fuera el Centro Nansen para la Paz y el Diálogo el encargado de facilitar ese proceso, convocando "en forma independiente y neutral" a los distintos actores.
"Aceptamos la invitación y agradecemos la confianza depositada en nosotros", fue la respuesta que recibió, ese mismo día, el rector de la UC de Temuco, Aliro Bórquez, por parte de la fundación internacional, que tiene su sede en Noruega y se encarga de promover el diálogo para la transformación pacífica de los conflictos.
Desde ese enfoque, el Centro Nansen ha facilitado procesos de diálogo en distintos lugares del mundo, como los Balcanes, Irak, Colombia, Noruega y Polonia, entre otros, utilizando una metodología propia que han desarrollado para ese propósito. Su objetivo no es "negociar o mediar", sino que "escuchar y entender". "A diferencia de la negociación y la mediación, que ponen énfasis en los resultados, el diálogo se enfoca en el proceso. Creemos que escuchar atentamente requiere tiempo, para dar espacio a lo sucedido, entender su impacto en el presente y encontrar posibilidades para el futuro", es su planteamiento.
En el caso de La Araucanía, han señalado que sus "esfuerzos para el proceso de diálogo buscarán ser participativos y culturalmente pertinentes".
Reunión con el Presidente y halagos a la Convención Constitucional
Tres semanas después de acceder a la petición de los rectores, el director ejecutivo del Centro Nansen se encontraba en Chile para iniciar las primeras reuniones exploratorias. Alfredo Zamudio es chileno y está radicado en Noruega hace más de 40 años. Allí ha sido nombrado en dos oportunidades uno de los inmigrantes más influyentes. Ha sido director de la Casa de Derechos Humanos de Oslo, jefe de gabinete del Comité de Contacto entre los Inmigrantes y las Autoridades Noruegas, y delegado de la Cruz Roja Noruega. Tiene, además, una vasta experiencia en derechos humanos, emergencias humanitarias y transformación de conflictos en países como Sudán, Timor Oriental y Colombia –donde fue consejero de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur)–.
Zamudio –quien estará a cargo de la misión en La Araucanía, junto a un equipo multidisciplinario– ha sostenido una serie de reuniones, tanto en la capital como en La Araucanía. El primer encuentro público fue con el Presidente de la República, quien lo recibió el 19 de agosto en el salón azul del Palacio de La Moneda, donde también estuvo el ministro de la Segpres, Jaime Bellolio, y su par de Desarrollo Social, Karla Rubilar.
Esa misma jornada estuvo en la comisión de Comunicaciones de la Convención Constitucional, donde hizo una intervención pública en que destacó el proceso constituyente y también dio algunos consejos a los convencionales en base a los principios de diálogo que promueve la fundación. "(La Convención) es, de alguna forma, un rencuentro de los pueblos de Chile", afirmó.
Dijo que para transformar el "quiebre profundo de confianza –que algunos han descrito en Chile– se necesitan tres pilares: capacidad institucional, conocimiento y voluntad política. Y Chile tiene capacidades, instituciones, mucha gente capaz, pero falta tal vez reconstruir la voluntad política, que es un fruto de un proceso de reconstrucción de confianza".
También llamó a "creer en este proceso" constituyente, ya que "es de transformación pacífica y reencuentro de país". "Ésta es una oportunidad en nuestra historia para escuchar y para crear esos puntos de conexión, para salir más resilientes como sociedad, pero se necesita voluntad para atreverse a cruzar a espacios donde no se ha ido hace mucho tiempo o nunca", afirmó.
El primer paso: Capacitar en el método Nansen
Alfredo Zamudio se trasladó luego hasta la Región de La Araucanía, donde el fin de semana antepasado mantuvo distintas reuniones con los rectores que hicieron el nexo con el Centro Nansen. Sobre el tenor de esos encuentros, el rector de la UC de Temuco, Aliro Bórquez, comentó a Emol que "habíamos estado todo el tiempo trabajando en línea, entonces fueron reuniones más de conocimiento personal del equipo de Nansen con los rectores; y estuvimos conversando de varias cosas, que básicamente tienen que ver con cómo vamos a avanzar en el camino de construir un espacio para el diálogo".
El 23 de agosto, desde la UC de Temuco, Zamudio anunció las primeras acciones que realizarán para preparar el terreno para un proceso de diálogo en la región. Partió recordando que su rol no será mediar ni negociar, sino que facilitar conversaciones, "para identificar los problemas y las posibilidades". "Para eso, lo que hacemos es escuchar; (identificar) cuáles son las conversaciones posibles, con quiénes es posible", explicó.
En la práctica, dijo que para eso deben cumplirse una serie de etapas: "Se inicia con una inducción al diálogo; luego viene la planificación de cómo hacerlo, qué tipo de conversaciones se pueden organizar, a quiénes invitar...". Sobre esto último, afirmó que "la invitación es para todos y todas; es para la región, el país, para todos los componentes del Estado, a todo el pueblo mapuche, a las instituciones y líderes tradicionales y religiosos".
Para concretar la primera etapa, dijo que aprovecharán "la enorme capacidad de las universidades de la región", las cuales organizarán capacitaciones y talleres de "inducción intensiva en los conocimientos esenciales para el diálogo", empleando el "Manual Nansen para el diálogo, que está traducido al castellano". "Cada universidad invitará abiertamente a personas de la región de todos los sectores que deseen participar", explicó Zamudio.
El rector Bórquez entregó más detalles sobre esta etapa y de las que vienen. Explicó que la idea de la inducción al diálogo es poder "generar un lenguaje común" en torno al proceso. "Las siete universidades vamos a convocar a diferentes actores de la sociedad civil y del mundo académico a esta 'pedagogía del diálogo'. En el fondo, es ponernos de acuerdo de qué estamos hablando cuando decimos diálogo, y dejar claros algunos conceptos básicos".
En la práctica, invitarán a distintas personas a que postulen a estos talleres y luego seleccionarán a quiénes finalmente participen, ya que "la idea es que haya una diversidad muy amplia y equidad de género", explicó. Se estima que estas inducciones podrían partir a fines de septiembre, aunque aún no hay una fecha exacta.
El rector detalló que luego viene una segunda etapa –probablemente en noviembre–, que es "capacitar, de manera más intensiva", a personas para que actúen como facilitadores de diálogo. Indicó que éstos provendrán "de todos los sectores de la sociedad civil" y que en las mismas inducciones "pueden ir surgiendo algunos talentos especiales" para cumplir ese rol.
Pero mientras las universidades se enfocan en organizar las capacitaciones, el rector señala que "paralelamente, el Centro Nansen también está en muchas conversaciones, que son de carácter reservado, que tienen que ver más con el tema de la voluntad política de ir avanzando en este proceso".
Sobre cuándo podrían comenzar a producirse los diálogos propiamente tales, Bórquez no se atreve a dar una fecha estimada: "Estamos en esta primera etapa y vamos a ir viendo cómo va funcionando el tema de las capacitaciones para ir avanzando". Comenta que en otros países esos procesos han durado años. "Son procesos muy largos, así que uno tiene que tener la esperanza de que va por un buen camino, pero es difícil dar fechas (...) una vez que la gente esté preparada las conversaciones van a ir ocurriendo, y no van a ocurrir como a lo mejor se piensa: que vamos a poner una lista de conversaciones; van a ir ocurriendo a medida que se generen las voluntades y las confianzas", explicó.
Las expectativas de Nansen sobre las posibilidades en La Araucanía
Si el objetivo no está puesto en el resultado, sino que en el proceso mismo, ¿qué se puede esperar que ocurra en La Araucanía con estos diálogos? El rector Bórquez dice a Emol que "más que expectativas, yo tengo esperanza, de que estamos en el camino correcto y que los problemas, si los logramos conversar, vamos a ir encontrando los caminos de solución". "Yo estoy muy esperanzado en esto, y por eso estoy comprometido en este proyecto, porque tengo la fuerte convicción que es el camino del encuentro el que nos va a permitir transitar por un camino de soluciones", indicó.
"Que esté el Centro Nansen acá y que haya acogido el llamado, es que ellos tienen la confianza que pueden provocar un cambio (...) Yo creo que tienen un diagnóstico claro del problema que hay en La Araucanía y si aceptan, es porque tienen la confianza que es posible avanzar en un proceso de diálogo"
Aliro Bórquez, rector UC de Temuco
En términos más tangibles, dice que "la esperanza es lograr que todos en algún minuto vayan generando estas conversaciones, que gente que tiene posiciones muy distantes se sienten a escuchar con humildad al otro, eso va a ir marcando al diferencia (...) es como tirar una piedra en una fuente de agua y esperar que estos círculos concéntricos empiecen a avanzar". Comenta que, hasta ahora, se ha visto "mucha disposición" en la gente a participar, lo que atribuye a que "se está explorando una forma distinta, con un facilitador independiente neutral y que tiene mucha experiencia en estos procesos en el mundo".
Desde el Centro Nansen, en tanto, la semana pasada Alfredo Zamudio manifestó que "nuestra impresión es que hay un gran interés por hacer algo constructivo y colaborativo" en La Araucanía. Ante la posibilidad de que haya actores reacios a participar, dijo que "las confianzas no se consiguen en forma instantánea; por eso se debe ir un paso a la vez, aclarando dudas, estar dispuesto a sostener conversaciones difíciles, incómodas, donde quienes estén participando tendrán muchas dudas, mucho recelo. No es rápido, pero es posible y es necesario".
A juicio del rector Bórquez, "el que esté el Centro Nansen acá y que haya acogido el llamado, es que ellos tienen la confianza que pueden provocar un cambio. Porque si no la tuvieran yo creo que no estarían. Entonces, yo tengo la certeza de que ellos están acá por eso, porque les ha tocado trabajar en conflictos en otras partes del mundo y a lo mejor mucho más complejos de lo que se vive acá". "Yo creo que ellos tienen un diagnóstico claro del problema que hay en La Araucanía y, por lo tanto, si aceptan es porque tienen la confianza que es posible avanzar en un proceso de diálogo", señaló.