"No es fácil trabajar en la nueva Constitución con manifestaciones permanentes como esta", decía en Twitter el convencional Bernardo de la Maza (ind. en cupo Evópoli), el pasado 17 de agosto. Acompañaba el mensaje con un video grabado desde el interior del ex-Congreso, desde donde se veía en la calle un grupo con banderas y entonando cánticos.
Trabajar al son de pitos, gritos y tambores es algo a lo que se están habituando los convencionales. Si bien las protestas no son masivas ni se extienden por largos períodos—generalmente, no sobrepasan los 30 minutos—, se ha hecho común que casi todos los días llegue al menos una organización a exponer sus demandas.
El lugar de la protesta al que aludía De la Maza ha sido ocupado por sindicatos de empresas, vecinos de Lo Hermida, familiares de los llamados "presos de la revuelta", científicos, trabajadores de la cultura, grupos cristianos, animalistas, la agrupación de profesores de Tiltil, entre otros.
La explanada que se forma en calle Compañía entre el ex-Congreso y el Palacio de Tribunales es el lugar privilegiado para las manifestaciones. Generalmente, los grupos movilizados parten marchando desde Plaza de Armas y llegan por las vías aledañas a instalarse afuera de la sede de la Convención para exponer sus demandas.
Así, no es extraño que en algún momento del día se interrumpa el tránsito vehicular en el sector. Los posteos en Twitter de Transporte Informa Región Metropolitana, plataforma del Ministerio de Transportes que da cuenta del estado de movilidad de la capital, lo constatan.
El jueves 26 de agosto, la cuenta señalaba "(12:47) Compañía al oriente es desviada por Morandé al norte, debido a manifestaciones frente al ex Congreso Nacional". El mensaje era similar al publicado el día anterior, a las 13:34: "tránsito de Compañía se encuentra interrumpido entre Morandé y Bandera, por manifestaciones frente a Tribunales de Justicia y ex Congreso Nacional".
Esos dos días fueron a manifestarse al lugar el gremio de matronas, para mostrar su oposición a los cambios al Código Sanitario que se discuten en el Congreso; el Colegio de Profesores, en rechazo a la implementación de los servicios locales de educación, y dirigentes y ex dirigentes estudiantiles que recordaron la "Marcha de los paraguas" de 2011, entre los cuales estaban los diputados Giorgio Jackson y Camila Vallejo, quienes pedían respetar el derecho a la educación de calidad en la nueva Constitución.
Caja de resonancia
El viernes 27 de agosto, pasadas las 11:00 horas, uno de los carabineros al interior del ex Congreso recibió por radio el aviso de que iba en camino una marcha de trabajadores de Codelco. Media hora después llegaron alrededor de 100 personas, con banderas negras, protestaron durante 10 minutos y se retiraron.
"Yo creo que todos los días por lo menos hay algún tipo de manifestación de distintos gremios pidiendo cosas muy misceláneas, no necesariamente temas constitucionales. Muchas veces vienen a pedir respaldo para sus causas", asegura la convencional Cristina Dorador (Independientes del Norte).
Juan Pablo Rodríguez, académico de la U. de Chile y miembro del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES), afirma que la atracción que genera el espacio de la Convención para las distintas manifestaciones y protestas ciudadanas tiene varias dimensiones: "Una estratégica-política, donde organizaciones con y sin representantes en la Convención buscan posicionar ciertos temas de su agenda, (...); una de denuncia, donde distintos grupos buscan llamar la atención sobre una situación de injusticia que los aqueja (...), y otra más concreta y práctica, que se relaciona con la estrategia comunicacional de algunas organizaciones, que aprovechan la cobertura mediática que tiene el trabajo de la Convención para reunirse, contactarse con periodistas, hacer lives y, eventualmente, establecer o reforzar vínculos con convencionales".
Expectativas ciudadanas
Las manifestaciones generan reacciones diversas entre los constituyentes que van desde pedir un ambiente más tranquilo, como De la Maza, hasta salir del ex-Congreso a conversar y fotografiarse con los manifestantes.
Según trabajadores del ex-Congreso, incluso algunos convencionales son notificados por teléfono de las manifestaciones y, luego, salen a reunirse con quienes protestan.
"Hace un tiempo vinieron distintas organizaciones pidiendo una comisión de cultura en la Convención y hace poco vinieron las organizaciones relacionadas con la investigación, ciencia, tecnología, artes y humanidades donde también participamos de un punto de prensa, nos sacamos unas fotos y más que nada dimos algunas declaraciones", relata Dorador.
Otra forma de canalizar las demandas ciudadanas por parte de los convencionales ha sido recoger algunos de sus carteles de los manifestantes e instalarlos en su puesto de trabajo o realizar publicaciones en redes sociales.
"La Convención se ha planteado como un órgano que quiere escuchar a la ciudadanía, entonces las marchas son un vehículo de canalización de las demandas de la gente", comenta Roberto González, doctor en psicología social y académico de la Escuela de Psicología de la U. Católica. Pero añade que hay un riesgo de que esto "se transforme en un boomerang. La Convención tiene que ser capaz de canalizar, pero tener cuidado con que se llegue a pensar que ese es el espacio en que se discuten y dirimen todas las cosas. Si no se cumplen las expectativas puede haber frustración. Esto puede atentar contra la Convención, los puede sobrecargar de manera tal que no les va a permitir trabajar en forma focalizada en lo que tienen que hacer".
Al respecto, Dorador asegura que "la gente se siente escuchada si es que hay contacto con algunos constituyentes, sienten que sus solicitudes por lo menos están siendo escuchadas. De alguna forma tratamos de relacionarlo con nuestro trabajo porque no somos quiénes para solucionar los problemas directamente".
La convencional Carol Bown (UDI), por su parte, dice que "ellos (los manifestantes) están cumpliendo con su rol de mostrarle a la Convención cuáles son los problemas. Nosotros no vamos a solucionar la huelga del Tottus, pero tal vez cuando estemos mirando el tema de los derechos laborales vamos a tener conciencia de algo que vimos".
Mientras, Carolina Videla (PC) plantea que lo importante es hacer "pedagogía política, en el sentido de explicar cuáles son los alcances y los tiempos de la nueva Constitución (...). Claramente, aquí no estamos generando leyes. Yo soy muy clara respecto de las expectativas que se puedan generar".
Los convencionales coinciden en que es importante escuchar este tipo de manifestaciones, distintas a las funas o actos violentos que han sufrido constituyentes. "Esas acciones no se pueden tolerar", recalca Videla.