"Reconocemos el excesivo centralismo que aqueja al Estado de Chile, lo que ha producido un rezago cultural, económico y social de las regiones de nuestro país, por lo que resulta inevitable caminar hacia un Estado regional, que permita igualar la cancha entre los territorios de Chile y la metrópolis".
Ese fragmento es parte de la "Declaración de Humberstone" que un grupo de constituyentes de la comisión de Forma de Estado y Descentralización, liderados por Wilfredo Bacian (quechua), está preparando para presentar ante el tercer encuentro de gobernadores regionales que se realizará este 1 de diciembre en Pozo Almonte, comuna donde estuvo sesionando esa instancia durante el martes.
El texto incluye algunas definiciones y compromisos que hacen los constituyentes, como impulsar la figura del gobernador regional y la posibilidad de que el delegado presidencial desaparezca, además de dotar a los gobiernos regionales de instituciones que releven la plurinacionalidad -como escaños reservados- y crear mecanismos de autonomía fiscal que permitan a las regiones vivir con independencia presupuestaria.
"El Presidente gobernará lo nacional, pero ya no será un monarca: habrá gobiernos regionales y locales, incluso autogobiernos indígenas que harán contrapeso y justo equilibrio", propone Bacian.
Hasta el cierre de este artículo, el texto estaba firmado por él, Claudio Gómez (Colectivo Socialista), Bastián Labbé (MSC), Eric Chinga (Diaguita), Adolfo Millabur (mapuche), Hernán Velásquez (FRVS), Adriana Ampuero (Ind) y Helmuth Martínez (Independientes por la nueva Constitución), y se sumaron luego Amaya Alvez, Yarela Gómez y Jeniffer Mella, del Frente Amplio.
Pero no son los únicos dentro de la Comisión de Forma de Estado que tienen la intención de avanzar en aquello. Hay una coincidencia transversal, en toda la Convención, de que es necesario descentralizar el país y darle mayor poder a las regiones. Una de las alternativas, que es la que baraja la declaración, es avanzar hacia un Estado regional. Las dudas están en si se debería o no mantener el Estado unitario, con un solo foco de poder político.
"El federalismo en el plano teórico es lo ideal, sin embargo no se adapta a la realidad chilena, por tanto tenemos una posibilidad intermedia de generar un nuevo pacto territorial para darle a Chile una forma de estado regionalista, con unidades territoriales con autonomía política, administrativa y fiscal, con asambleas regionales y verdaderos gobiernos locales", opina el convencional Claudio Gómez ante la consulta de Emol.
Con presupuesto y asambleas regionales
Los constituyentes de Independientes no Neutrales, Tammy Pustilnick, Helmuth Martínez y Mauricio Daza tienen ya nueve páginas de normas que apuntan al establecimiento de esa forma de estado. Están en la fase de socializarlas con los demás colectivos, pues ya hay otros que están trabajando en lo mismo, como los socialistas.
"Como habitantes de diferentes zonas de nuestro país, hemos vivido en primera persona la latente negligencia y el excesivo centralismo en la toma de decisiones a nivel central, sin siquiera considerar las realidades propias de cada zona, lo que implica que no busquen soluciones idóneas para los problemas que existen en los diversos territorios", argumenta Pustilnick en conversación con este medio.
Según propone, las regiones, provincias y comunas deberían asumir un rol "clave", pasando de ser administradores a "verdaderos gobiernos locales".
"Lo que nosotros planteamos es que sean las distintas unidades territoriales las que puedan proponer y definir su vocación de futuro, lo cual señala un marco a partir del cual los gobiernos locales y regionales de forma coordinada puedan diseñar e implementar políticas públicas. Y esto además contando con un marco presupuestario que le entrega la seguridad suficiente a los gobiernos regionales para poder realizar esa labor", explica Daza a Emol.
Por ejemplo: que la Provincia de Última Esperanza pueda debatir y definir una vocación de futuro, como turismo y conservación. A partir de aquello, explica Daza, la autoridad municipal en conjunto con la autoridad regional podrían determinar medidas y políticas públicas compatibles con esa definición.
La propuesta incluye una "asamblea territorial", órgano encargado de la elaboración y aprobación del estatuto propio que tendrá cada región.
"Es importante que se dé autonomía a las regiones, que se haga justicia territorial, que se hagan plebiscitos comunales, en donde también la comunidad pueda decidir lo que quiere para su comuna y los alcaldes que no sean solamente tipos de administradores, sino que sean gobernadores de su comuna: gobiernos locales", coincide Cristóbal Andrade (La Lista del Pueblo).
En ese marco, otros constituyentes ya están impulsando la creación de nuevas regiones a través de iniciativas populares de norma, presentadas por la ciudadanía. En los próximos días estará disponible la
iniciativa que establece la Región de Aconcagua y la de Chiloé, demandas de los ciudadanos y los constituyentes de esas zonas.
"Es crucial también reconocer las diversidades territoriales, como las zonas extremas y de difícil acceso, poniendo especial énfasis o atención a criterios geográficos, culturales, económicos y por qué no, socioambientales, para garantizar de esta manera los derechos de sus habitantes y que no tengamos nunca más en Chile zonas de sacrificio", agrega Yarela Gómez (Frente Amplio), también impulsora de un Estado con características regionales.
¿Unitario o federal?
Una clave de la propuesta que le permita avanzar en el debate constitucional: que mantenga lo unitario del Estado actual, pues un Estado Federal -que implica múltiples focos de poder político- no contaría con el respaldo suficiente para llegar al cuórum de 2/3. La convencional Pollyana Rivera (Unidos por Chile), por ejemplo, comparte la necesidad de avanzar en descentralización, pero resguardando precisamente el carácter unitario del Estado.
"Debemos potenciar y propender a la descentralización desde los gobiernos locales hacia el gobierno central, sin embargo creo que la incitativa legislativa debe estar en manos del Congreso. Creo que las regiones deben tener cierta autonomía para fijar objetivos políticos y políticas públicas, aplicar recursos económicos, humanos e institucionales a su concreción, sin perder la unidad de nuestro país, que tanto queremos", contesta Rivera.
"Este proceso de descentralización debería ser liderado por los municipios: ellos deberían ser los protagonistas", opina Felipe Mena (Un Chile Unido). No obstante, asegura que "deberíamos trabajar fuertemente en aspectos más detallados la descentralización fiscal, administrativa y política, pero siempre dentro del mismo Estado, uno unitario".
"El Estado regional es una experiencia que ya tiene trayectoria, es el caso de Italia, de España, de Portugal. Pero esto en el contexto de un Estado unitario, porque en lo personal considero que un Estado federal en Chile es más bien inviable en términos económicos pero también serviría para mantener y profundizar las desigualdades entre las regiones", suma Daza.