El balance anual de Carabineros sobre la labor desplegada en 2021 dedica un capítulo a los accidentes de tránsito: fueron 79.520 incidentes viales a lo largo del país que provocaron la muerte de 1.687 personas, siendo el peor registro de decesos en 13 años.
El número ha alertado a los especialistas, pues corresponde a un aumento del 13% respecto de 2020, y donde la principal causa fue el exceso de velocidad y la conducción imprudente.
El doctor en Logística y Transportes,
Franco Basso, señaló que "la principal razón (del aumento de siniestros viales) se debe, en parte, a la cantidad de vehículos que dejaron las grandes urbes y se movieron para celebrar con sus familias en otras regiones, debido a una mejor situación respecto en términos del covid con respecto al año pasado".
Mientras que el gerente de Movilidad de Automóvil Club de Chile, Alberto Escobar afirmó: "En Chile, los automovilistas están convencidos de que manejan bien y les gusta hacerlo notar conduciendo rápido y tomando riesgos, continuamente desafían las normas del tránsito y muestran un perfil cuando tienen que trasladarse por zonas urbanas o carreteras".
Por su parte, el investigador del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, Ricardo Hurtubia sostuvo que otra posible explicación tendría que ver con el progresivo deterioro del respeto a la normas de tránsito. "Uno ve cada vez más frecuente que la gente se pasa la luz roja, cada vez más frecuente ver a conductores a exceso de velocidad y cada vez hay menos fiscalización", alertó.
A ello, Basso suma una nueva hipótesis que tendría relación con el ingreso de nuevos conductores con falta de experiencia al escenario automotriz, resultado del temor a contaminarse con covid-19 en espacios públicos.
"Analfabetismo vial"
Según las estadísticas generales presentadas en la página web de Conaset, de un total de 64.707 siniestros, un 52% serían producto de la imprudencia del conductor, seguido por la pérdida de control del vehículo con un 9,52% y desobediencia a la señalización con un 9,48%.
Sobre esta situación, Escobar explica: "Actualmente prevalece el acatamiento voluntario a las normas del tránsito, donde hay una suerte de analfabetismo vial que les impide conocer a todos, ya sea conductores, ciclistas y peatones, cuáles son sus deberes y obligaciones en las vías".
Una solución que asoma para enfrentar este drama, además de la prudencia, la responsabilidad y el acatamiento de las normas el tránsito, se remite a la tecnología con la aprobación del
Centro Automatizado de Tratamiento de Infracciones (CATI).
Según los especialistas, de ser aprobados los radares electrónicos de velocidad, se alcanzaría una baja de al menos un 30% en el número de fallecidos por siniestros viales.
El proyecto CATI corresponde a una iniciativa del Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones que funcionaría como un sistema disuasivo, a partir de cámaras en los puntos donde se registran las mayores probabilidades de accidentes de tránsito en Chile.
"Estos dispositivos tienen el virtuoso resultado de cambiar el comportamiento de los conductores infractores, y es la única opción que existe para generar un cambio cultural en las calles para que todos los usuarios puedan convivir armónicamente dentro del espacio público", concluye Escobar.