"Yo he señalado esto desde mi época en la que fui dirigente estudiantil y hoy como jefe de Estado lo sostengo con más convicción aún. La violencia no es el camino, quién crea que a través de la violencia puede lograr avanzar en sus reivindicaciones, está equivocado y le hace un daño a su causa (...) nosotros desde nuestro Gobierno tenemos las puertas abiertas para abordar conflictos que hemos heredado".
Así, el Presidente Gabriel Boric se refirió a las últimas manifestaciones realizadas por los estudiantes de los principales colegios emblemáticos de la Región Metropolitana, los cuales en los últimos nueve días se han movilizado exigiendo la solución a una serie de demandas, entre las cuales se encuentran, por ejemplo, la mejora de la infraestructura, mayor dotación de profesores, una educación no sexista, entre otras.
Sin embargos, estas manifestaciones que han sido protagonizadas, principalmente, por el Instituto Nacional, el Internado Nacional Barros Arana (INBA), el Liceo de Aplicación y el Barros Borgoño se han registrado una serie de hechos de violencia, tales como la quema de buses, el enfrentamiento con carabineros y el lanzamiento de bombas molotov.
Ante aquellos actos, el Mandatario advirtió que "los que quieran quemar buses o utilizar medios violentos para defender sus reivindicaciones, tendrán que responder ante la ley como corresponde". No obstante, el jefe de Estado aseguró estar abierto al diálogo y la Municipalidad de Santiago -comuna que concentra la mayor cantidad de estos colegios- comunicó que ya se está trabajando en mesas para resolver las demandas.
Sin embargo, algunos expertos consultados por Emol sostienen que estos actos de violencia registrados en medio de manifestaciones responden más a una cultura y casi que a una "tradición", en vez de a demandas reales mantenidas por las diversas comunidades estudiantiles.
Demandas de cada establecimiento y manifestaciones
Este lunes, un grupo de estudiantes del Instituto Nacional y otros sujetos con overoles blancos, se manifestaron en el centro de Santiago, específicamente a la altura de Arturo Prat, generando el corte de tránsito en la Alameda. En ese contexto, y acorde con lo informado por carabineros, un encapuchado habría lanzado artefactos incendiarios y uno de ellos habría alcanzado a un estudiante -participante de la manifestación- provocándole quemaduras.
Al otro día, un nuevo grupo de alumnos del Instituto Nacional marchó desde el establecimiento educacional hasta la Municipalidad de Santiago con el fin de exigir mejorías en la infraestructura en el recinto y un aumento de la dotación del personal, principalmente. Ellos fueron recibidos por las autoridades, quienes acordaron iniciar una mesa de trabajo para buscar soluciones a las demandas.
Pese a ello, durante este miércoles se registraron nuevas manifestaciones a las afueras del emblemático colegio, en las cuales se evidenció la realización de barricadas y diversos enfrentamientos con carabineros. Frente a ello, el presidente del centro de alumnos del Instituto Nacional, Diego Jaque señaló que las protestas eran en respuesta a una falta de acciones y a "rabia" contenida que la comunidad.
El miércoles mismos, se registró la quema de un bus de transporte público a las afueras del Liceo Barros Borgoño. Los estudiantes acusaban problemas de infraestructura, de falta de profesores y en los alimentos que se entregan en el colegio. Si bien este hecho fue unos de los principales que causó la reacción del Presidente Boric, el director del establecimiento aseveró que se trata de un hecho puntual y no cotidiano de manifestaciones.
No obstante, en conversación con Radio ADN, el director Sebastián Carretero respondió al estudiantado que las demandas "están descontextualizadas a la realidad del liceo en la actualidad", y además de condenar la quema de este bus, el profesor anunció que se realizará una investigación interna y que se aplicará el manual de convivencia.
Una situación similar se vivió en las afueras del Internado Nacional Barros Arana (INBA), en Quinta Normal, el pasado martes 19 de abril cuando un grupo indeterminado de personas quemó un bus de transporte público. Este hecho se dio en medio de manifestaciones, cuando obligaron con cuchillos al conductor y los pasajeros a descender de la máquina, para posteriormente rociarla con acelerante y prenderle fuego.
Este episodio de violencia no es el único de tal magnitud registrado en ese establecimiento, pues en varias ocasiones se han reportado a estudiantes encapuchados lanzando bombas molotov en medio de movilizaciones. Es más, el mismo rector del internado, Gonzalo Saavedra, reconoció que al interior del colegio "estamos todos amenazados, a mí me golpearon hoy, era un grupo de 8 cabros, entre ellos infiltrados".
"Yo he señalado esto desde mi época en la que fui dirigente estudiantil y hoy como jefe de Estado lo sostengo con más convicción aún. La violencia no es el camino, quién crea que a través de la violencia puede lograr avanzar en sus reivindicaciones, está equivocado y le hace un daño a su causa (...) nosotros desde nuestro Gobierno tenemos las puertas abiertas para abordar conflictos que hemos heredado".
Presidente Boric
"Tenemos una comunidad quebrada, tengo mis trabajadores reventados, 16 profesores con licencia por todas estas expresiones de violencia", agregó en aquella ocasión.
Actualmente, el Internado Nacional Barros Arana se encuentra en "toma" y según el estudiantado, esto es "debido al contexto que se nos ha venido dando, tanto hace un par de días, semanas y meses. Si vemos los petitorios del año pasado, podemos decir que esto se viene dando desde décadas, gobiernos y direcciones anteriores".
De acuerdo con lo expuesto por uno de los voceros de la toma, Bruno Aguilera, el petitorio dado a conocer el día miércoles "levanta tres grandes puntos que va desde la alimentación, por la mala calidad en la que se nos entregan los platos (...) el tema de la infraestructura, ya que el internado se quedó durante los dos años de pandemia en total abandono, donde se produjeron robos (...) otro tema por el que nos hemos levantado, es el punto fijo de carabineros a las afuera de nuestro internado".
De igual forma, el Liceo de Aplicación también se encuentra en toma en estos momentos, pues los estudiantes reclaman que existe una "persecución política" en contra de algunos alumnos al interior del establecimiento. Además exigen un plan de educación no sexista y la creación de protocolos eficaces que "prevengan y sepan mediar con casos abusivos".
La toma de este establecimiento se extiende desde la semana pasada, y en varias ocasiones se han registrado manifestaciones a las afueras del recinto lo que ha provocado el enfrentamiento de los alumnos con carabineros, generando cortes de tránsito. A estas movilizaciones se ha sumado el 'centro general de padres y apoderados' del Liceo de Aplicación, quienes por redes sociales señalaron "apoyar el petitorio por las condiciones mínimas" solicitadas por los estudiantes.
Una "tradición"
Al ser consultado por el fenómeno de violencia en medio de las manifestaciones realizadas por los estudiantes de estos establecimientos, Daniel Rodríguez, director ejecutivo de Acción Educar menciona que se debe distinguir entre lo que son las "demandas legítimas" y "conductas que son aprendidas".
"Cuando uno habla del fenómeno de violencia que tiene que ver con los establecimientos educacionales o con estudiantes, uno tiene que distinguir. Hay mayor visibilidad sobre ciertos hechos que violencia al interior de los colegios que pueden tener que ver con políticas insuficientes, con problemas de infraestructura, pero normalmente con demandas en algún grado legítimas", plantea.
"Ahí la respuesta debe ser el diálogo, la convivencia escolar y que este tipo de problemas que pueden ocurrir en cualquier comunidad educativa, se pueden ver aumentadas por el estrés que todo el mundo está viviendo producto de la pandemia, ese es un fenómeno. Pero cuando hablamos de resurgir, lo que estamos diciendo es que la violencia de tipo delictual, los atentados contra la propiedad pública viene ocurriendo en el país hace mucho tiempo, por lo menos hace 10 años, especialmente en liceo de la Región Metropolitana denominados emblemáticos", agrega Rodríguez.
Bajo ese contexto, el director ejecutivo de Acción Educar establece que los actos de violencia ya mencionados "obedecen a prácticas aprendidas que vimos todos de forma bastante fuerte durante el estallido social. Son conductas aprendidas, son patrones de violencia callejera y no parece que obedezcan a alguna circunstancia en especial, como la pandemia o la vuelta a clases. Tiene que ver con una modalidad de protesta y de desorden social que existe hace mucho tiempo".
Ante las medidas adquiridas por las autoridades municipales y el propio gobierno ante estos casos, Rodríguez acota que, actualmente, el "sistema escolar no tiene las herramientas para solucionarlo, no es un problema de diálogo" y que el recurso del "diálogo" no es la solución para "para enfrentar a personas con bombas molotov. Por lo tanto, para estos casos en específico lo que corresponde es la acción del Estado, de las policías y de inteligencia del Ministerio del Interior".
En esa línea, advierte que este tipo de manifestaciones "obedece a una cultura, casi que a una tradición, y por eso las generaciones que van pasando lo siguen repitiendo. Lo que dijo el Presidente para mí fue leer el Código Penal, está diciendo lo mínimo como autoridad (…) y no contribuye en el absoluto al problema, porque no es nada nuevo, pero quizás como el gobierno aún está en instalación hay que esperar cuál es la propuesta".
"Es claro que lo que hemos hecho como país hasta el minuto no ha sido efectivo, que ha faltado voluntad política, ha faltado autoridad para resolver este tipo de problemas y sobre todo para distinguir entre lo que puede ser la exaltación de jóvenes descontentos por políticas públicas mal ejecutadas, por colegios que no responden a sus expectativas; y del anarquismo y violencia política", concluyó.
"Son conductas aprendidas, son patrones de violencia callejera y no parece que obedezcan a alguna circunstancia en especial, como la pandemia o la vuelta a clases. Tiene que ver con una modalidad de protesta y de desorden social que existe hace mucho tiempo".
Daniel Rodríguez, director ejecutivo Acción Educar
El director del Centro UC para la Transformación Educativa (Centre), Ernesto Treviño, plantea una opinión un tanto distinta a los motivos de este tipo de manifestaciones. "Las protestas estudiantiles parecen poco explicables y multicausales. No se observa una causa principal que aglutine a los estudiantes, sin embargo, pareciera ser que el impacto socioemocional de la pandemia sobre la población en Chile exacerbó los ánimos y la desesperación por encontrar soluciones a los problemas cotidianos de la vida y la subsistencia", explica.
Y agrega que desde "lo educativo, pareciera ser que la infraestructura de los establecimientos y la situación también de los adultos no han ayudado a generar las condiciones propicias para un reencuentro humano y positivo".
Con respecto a la cultura de violencia, el experto sostiene que radica a niveles generales, ya que menciona que "en Chile hemos aprendido a resolver los problemas por la fuerza y no por el diálogo y la razón (...) tenemos la impresión de que cada individuo tiene la razón y nos cuesta ponernos en el lugar del otro, y no nos han enseñado a dialogar y respetar nuestras diferencias".
Finalmente, sobre las soluciones ante hechos de violencia de tal magnitud, Treviño concluye que "este debe ser un trabajo intersectorial y con múltiples actores. El Mneduc, los sostenedores, docentes y directivos junto a estudiantes. Se deben hacer labores de formación y prevención. La Defensoría de la Niñez y el Ministerio del Interior podrían también colaborar en apoyar formas de prevención y contención".
"Sin embargo, es tan delicada la situación que en caso de que se cometan ilícitos se deben perseguir y tratar también con foco en la reinserción. Este fenómeno nos acompañará por un par de años más, al menos", zanjó el experto.