Hace poco más de dos años, exactamente el viernes 9 de septiembre de 2020, comenzaría una nueva etapa en las infraestructuras del Metro de Santiago.
Así, durante la madrugada del día anterior, el ex presidente Sebastián Piñera, junto a la por entonces ministra de Transportes, Gloria Hutt, y el otrora presidente del directorio de Metro, Louis de Grange, dieron a conocer la reapertura de Trinidad y Protectora de la Infancia, las últimas dos estaciones que faltaba que volvieran a operar luego de los incendios y destrucción sufridos durante las manifestaciones del 18 de Octubre. Cerrando así el proceso para que el servicio de transporte público que conecta a una buena parte de Santiago volviera a funcionar en su totalidad.
En aquella ocasión, Piñera manifestó su alegría por la ansiada reapertura total de la red, asegurando que "esos delincuentes y violentistas no lograron doblegar o destruir el alma de nuestra ciudadanía, el espíritu de nuestros compatriotas, que nos hemos puesto de pie y que juntos hemos ido reconstruyendo con sentido de urgencia las estaciones".
Sin embargo, en su momento el balance de los daños fue prácticamente catastrófico: de las 136 estaciones de la red de Metro, 118 estaciones presentaron daños de diversa magnitud. De éstas, 25 estaciones fueron incendiadas, resultando 7 estaciones completamente quemadas, mientras que las restantes 93 estaciones afectadas por las llamas y los destrozos presentaron múltiples daños, principalmente en torniquetes, vías y equipamiento para el apoyo del servicio.
Respecto a los trenes, 13 presentaron daños de diversa consideración en las Líneas 1 y 4, donde 7 de ellos, fueron incendiados.
De igual forma, los costos fueron millonarios. Así, según se cifró en la Memoria de Metro de 2019, inicialmente se presupuestó que los costos equivalentes ascendían a los US$ 376 millones, aunque finalmente fueron cerca de US$ 100 millones menos.
Por entonces, el Estado dio un apoyo explícito a las obras de reconstrucción, autorizando en primera instancia la flexibilidad transitoria en el uso de los aportes del año 2019 de proyectos de expansión para estas obras de reconstrucción, y posteriormente, autorizó aportes extraordinarios de capital para financiar el costo total de la reconstrucción.
El primero de dichos aportes, se estipuló fuera realizado en diciembre de aquel año con cargo a la Ley de Presupuestos del Sector Público de 2019 y el segundo considerando Ley de Presupuestos del Sector Público para el año 2020.
El proceso de recuperación
Para realizar las labores de reconstrucción los trabajos fueron divididos por entonces en tres fases.
La primera, que comprendió el período noviembre y diciembre del año 2019, consistió en la reparación de 17 estaciones que presentaron daños por vandalismo y destrozos. Frente a esto fue necesario reponer puertas, vidriería, cámaras de seguridad y reparación de ascensores que funcionaban en las distintas estaciones.
Este proceso concluyó con la habilitación de la estación San Pablo de Línea 5 el lunes 30 de diciembre de 2019. De esta forma, el Metro de Santiago cerró su primera etapa de reconstrucción de las estaciones dañadas, completando 111 disponibles, de un total de 136 estaciones. Es decir, al término de 2019 la red contaba con el 82% de su red operativa.
La segunda fase, contempló el período desde enero a abril de 2020, y consistió en la reapertura de 18 estaciones que requerían trabajos de mayor profundidad de reparaciones o reconstrucción, que se estipuló debieran volver a estar operativas a fines de abril de aquel año, completando para esa fecha más del 95% de la red operativa.
En dicha instancia, las estaciones consideradas en esta etapa fueron: 3 estaciones de Línea 1; 1 estación de Línea 3; 1 estación de Línea 4; 3 estaciones de Línea 4A; y 3 estaciones de Línea 4A; 8 estaciones de Línea 5; incluyendo, además, la habilitación de combinaciones Líneas 1 y 5.
La tercera fase contempló que, para fines del 2020, se realizaran intervenciones en un tercer grupo de estaciones que requerían obras mayores de reconstrucción e infraestructura, además de trabajos de recableado y habilitación de sistemas ferroviarios, por lo que su puesta en operación se estipuló que demorará cerca de un año. Las estaciones consideradas en esta etapa son: 5 estaciones de Línea 4 y 2 estaciones de Línea 5.
Entre estas últimas, las estaciones de Trinidad y Protectora de la infancia.
"Esta ha sido una tarea que se ha ejecutado en paralelo con los proyectos que Metro lleva adelante, como las extensiones de las líneas que están en construcción más las nuevas líneas. Esto fue agregado como una tarea adicional que hoy se da por cumplida", comentó por entonces la ministra de transportes Gloria Hutt, quien celebraba el estreno de las dos últimas estaciones que faltaban para que el servicio volviera a funcionar con normalidad prácticamente 3 meses de lo presupuestado.
Los costos finales y la actualidad
Hoy en día, la exministra valora el esfuerzo realizado por aquellos años por parte de todo el personal encargado de su reparación.
"Fue una de las prioridades de las más críticas por el impacto que tenía para la movilidad de millones de personas. Así que todos los equipos de Metro y todos los recursos posibles se pusieron en marcha para despejar y recuperar, algunas estaciones tenían daños que eran recuperables más fácilmente, otros fueron muy estructurales y se trabajó en simultáneo en todas", señala Gloria Hutt.
Además, la otrora ministra de Transportes, señaló que cumplir de manera previa con los plazos implicó un desafío alcanzado gracias a la coordinación de los diferentes equipos involucrados.
“Eso merece un tremendo agradecimiento a los equipos de Metro y a los contratistas con los que trabajaron. Se hizo un esfuerzo monumental para que el tiempo de impacto fuera el más breve posible”, acota.
La reapertura estas estaciones vino por entonces acompañada de un refuerzo en todas las medidas de seguridad, según se informó por entonces.
"La reconstrucción de las estaciones de Metro consideró un reforzamiento tanto de los accesos como de los perímetros de seguridad, y al interior de las estaciones se cambió la materialidad. Esto lo reforzamos con la incorporación de nuevos sistemas de televisión de vigilancia y el ajuste de ciertos protocolos", explicó en 2020 , De Grange.
De esta forma, los costos finales por la quema y los daños sufridos en la infraestructura del Metro de Santiago alcanzaron los US$ 255 millones. La cifra, dijo el presidente del directorio de la estatal en aquella durante el anuncio del fin de los arreglos, es "inferior a los US$ 376 millones que preliminarmente habíamos estimado".