En sus palabras finales, Boric afirmó que “sería injustificable ante la historia larga de Chile que dejemos pasar la oportunidad para llegar a un acuerdo sobre el futuro del sistema de pensiones en Chile y sobre los montos que reciben los actuales pensionados; y también sobre nuestro compromiso para terminar con las listas de espera, para avanzar en sala cuna universal, para financiar una respuesta maciza a la delincuencia y el narcotráfico, y financiar políticas que vayan al cuidado de quienes cuidan, para saldar las cuentas pendientes que aún tenemos en materia educativa”. “En particular, como he señalado, la reforma a las pensiones debe ver la luz. Es un imperativo moral. Este año es el momento de hacerlo. O avanzamos por el camino del diálogo social y los acuerdos, dando respuestas concretas a las urgencias de nuestros conciudadanos, o nos arriesgamos a cíclicas indignaciones e inestabilidad”, afirmó.
Al respecto, afirmó que “todos tendremos que ceder, aceptar fórmulas híbridas, acuerdos sub-óptimos, y no descansar ni levantarse de la mesa hasta encontrar un acuerdo. Todos en este salón lo saben (…) No podemos fallar”.
“Sabemos las deudas que debemos saldar, y estamos abiertos a construir una hoja de ruta común para lograrlo. Lo que corresponde ahora es saber si este Congreso comparte o no estas prioridades. Si es así, confío en que seremos capaces de encontrar las herramientas para construir un nuevo pacto fiscal”, señaló.
Anunció que “durante las próximas semanas tocaremos todas las puertas y tendremos todas las conversaciones que sean necesarias, con el mundo político, social, empresarial y laboral. Hecho esto, a fines de julio mi gobierno insistirá en el Senado para que retomemos la tramitación legislativa de la reforma tributaria, de modo de conciliar las herramientas para financiar las prioridades acordadas. Estamos disponibles a conversar, a mejorar, a encontrarnos. Ésa es mi invitación”.