Pese al ánimo de acuerdo que movilizaba al Gobierno este 11 de septiembre, la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado derivó en la agudización de dos síntesis contrapuestas del mundo político.
Mientras el oficialismo acusa que la fecha estuvo cruzada por la relativización del "11" y de los retrocesos democráticos por parte de la derecha, los aludidos apuntan que el Ejecutivo terminó por polarizar el debate público y por tanto, minar toda posibilidad de arribar a un compromiso transversal del arco político.
Por lo demás, entre el Gobierno y la UDI -que emanó una declaración para este 11 donde responsabiliza al Gobierno de la Unidad Popular del quiebre democrático- quedó abierto el debate respecto a si era evitable, o no, el golpe de Estado.
Con el debate en foja cero, analistas proyectan lo que puede deparar para el país el 2033, cuando se cumplan 60 años del bombardeo a La Moneda.
En conversación con Emol, el cientista político y académico de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, Kenneth Bunker, partió por advertir que "no veo ninguna diferencia entre los 20, los 30, los 40 y los 50 años. Cuando ha estado la izquierda, la centroizquierda, el punto ha sido el mismo, el nunca más y se ha insistido en ese discurso y se ha profundizado".
"Yo pensé que era una buena oportunidad para los 50 años para promover un discurso de unión, promover acuerdos para finalmente dar vuelta la página y empezar la reparación de verdad. Claramente no fue el caso, creo que simplemente hubo una repetición de lo que se había visto antes y por lo tanto, no tengo ningún evidencia, pero tampoco ninguna duda de que así serán los 60", afirmó.
Y advirtió que "ese es un conflicto que claramente va a ser mucho más profundo en el tiempo de lo que cualquiera quiere, yo creo que los 60 va a ser prácticamente lo mismo si es que es la oposición, si es la centroizquierda o la centroderecha en el poder, o la derecha o la izquierda. Va a seguir siendo un tema que es divisivo y que se va a utilizar, de cierto modo, cuando se está en el poder para tratar de ganar algo, aunque no necesariamente sea el caso".
En el fondo, Bunker afirmó que "este es un conflicto profundo que puede durar 100 años, porque no hay ánimo de ninguno de los dos sectores de ceder y claramente las generaciones que vienen por abajo, los que no cargan con la misma mochila emocional, tampoco parecen estar dispuestos a ceder. Entonces, no creo que sea tan diferente al menos de esta perspectiva de hoy día".
A su vez, el analista y académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, si bien reparó que "los recuerdos no responden a lógicas de calendario, sino más bien a la intensidad que los hechos vividos tienen en los actores", añadió que "el tiempo va atenuando las pasiones, porque los actores que los protagonizaron ya no están y porque para las nuevas generaciones dejan de tener esa carga emocional".
"Es probable que conforme sigan pasando los años el tema perderá cada vez más tracción en los ciudadanos y en la opinión pública. En las élites quizás se mantenga algo más porque estas son más refractarias y lentas al cambio y están cada vez desacompasadas de las demandas ciudadanas", agregó.
Al respecto, el analista y académico de la Universidad de Talca, Mario Herera, consideró que "los 30 años fueron de "nunca más", los 40 de los "cómplices pasivos" y los 50 serán recordados por el recambio generacional y por la democracia como forma de Gobierno. Posiblemente para los 60 años no lleguemos con una verdad única y eso es lógico".
"Encontrar una verdad única de un acontecimiento de quiebre político y social es particularmente difícil. De hecho, dado el nuevo sistema electoral y la incorporación de nuevos actores políticos, es probable que enfrentemos los 60 años con más polarización de la élite y mayor fragmentación partidaria, suponiendo que no hayan cambios institucionales".
Así las cosas, Herrera consideró que "lo que sí quedará de los 50 para los 60 es el mínimo común de la democracia y su respeto irrestricto como forma de Gobierno".
