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Crisis educacional: La urgencia de traer de vuelta a clases a los estudiantes que el Gobierno no ha logrado subsanar

Hacer las escuelas más atractivas y garantizar la continuidad de los estudiantes en los mismos establecimientos, son parte de los desafíos que se presentan ante un flanco multidimensional.

26 de Junio de 2024 | 23:06 | Redactado por Daniela Toro, Emol.
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Más de 600 mil estudiantes registraron inasistencia grave durante abril de este año.

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Hay varios problemas en educación que aún se siguen arrastrando desde la pandemia. Uno de ellos, y de los que más preocupación ha generado en el último tiempo es la dificultad que han tenido las autoridades para conseguir que 676 mil estudiantes no tengan inasistencia grave.

Las cifras, emanadas de un análisis de Acción Educar, mostraron el escenario de abril de este año, que si bien es menor a la registrada en 2023 (con 880 mil alumnos con inasistencia grave), de todos modos es un 48% más de lo que había en el mismo periodo en 2019, y 54% más que comparada con la de 2018.

Es decir: entre abril de 2023 y 2024 se redujo la cantidad de alumnos con inasistencia grave, uno de cada cinco alumnos de educación básica y enseñanza media se encuentran en esta situación.

Las cifras son similares a las que muestra el último informe del Centro de Estudios del Mineduc, donde la insistencia grave se cifra en 662.233, correspondiente a un 20% de las otras inasistencias medidas. En 2023, la cifra llegaba a 754.259 (22,7%), mientras que en 2018 era de 475.503 (14,5%).

Se trata de una recuperación que está siendo lenta, y que pese a los esfuerzos que se han hecho, no logra hacer que los niños, niñas y adolescentes retornen a las salas de clases. Esto, considerando que son múltiples los factores por lo que las escuelas no parecieran resultar tan atractivas, y en algunos casos, tampoco seguras, a causa de los niveles de violencia escolar.

De hecho, en marzo de este año, cuando estuvo en entredicho el Sistema de Admisión Escolar del Mineduc, la propia subsecretaria de Educación, Alejandra Arratia, reconoció que el problema de los cupos también se debía a que "no hay suficientes establecimientos que sean atractivos y se ajusten a las expectativas de la familia". Si en 2021 las familias postulaban a 3,03 establecimientos en promedio, en el último proceso, fue de 2,6 colegios por estudiante.

Para la ex ministra de Educación, Adriana Delpiano, la inasistencia en el mundo parvulario es atribuible "a los padres"; y por otro lado, hay alumnos que comienzan a faltar a clases, lo que trae como consecuencia, "sentirse atrasado, no querer ir porque hay prueba, es un círculo vicioso que se va agrandando".

Un "círculo vicioso" y sus consecuencias


Son varios desafíos por delante: poner especial atención a la inasistencia grave y diseñar estrategias específicas para ello, o el poder entregar y garantizar una continuidad de estudios a todos los alumnos, en todos los niveles.

Delpiano, partidaria de esta última tesis, comenta que para conseguir que se dé la continuidad, es necesario "ponerle mucho más atractivo al colegio", y ojalá que se lograra que "si tu estás en primero básico, 1°A, con tu grupo curso puedas pasar al liceo que no queda en la misma comuna, pero es el mismo grupo curso".

"Esta deserción escolar tiene consecuencias graves. Por una parte, reduce oportunidades laborales, ampliando las desigualdades sociales en los mas vulnerables, por otra parte y no menos importante, afecta negativamente la productividad y competitividad del país".

Daniel Serey, investigador Facultad de Educación USS
Por su parte, Daniel Serey, investigador de la facultad de educación de la USS, comenta que "la pandemia impactó significativamente a la población escolar chilena, con más de 40.000 estudiantes que han abandonado la escuela. Esta deserción escolar tiene consecuencias graves: por una parte, reduce oportunidades laborales, ampliando las desigualdades sociales en los mas vulnerables, por otra parte y no menos importante, afecta negativamente la productividad y competitividad del país".

A su juicio, para enfrentar este problema, "se deben implementar estrategias como programas de apoyo académico y emocional, mejorar la infraestructura escolar, pero también desarrollar políticas de flexibilidad educativa, programas de reintegración escolar, campañas de sensibilización y sistemas de seguimiento para identificar y apoyar a estudiantes en riesgo".

"Con estas medidas, es posible revertir la tendencia y asegurar que todos los niños y niñas completen su educación. Es mas sano un niño en la escuela, que en la calle", zanjó.

María Eugenia López, directora ejecutiva de Fundación Portas Educación, comenta que otro aspecto tiene que ver "con el sistema laboral, los cuidados y las posibilidades de que hoy día se movilicen los recursos y las condiciones necesarias para que, tanto padre y cuidadores, tengan la posibilidad de llevar a sus niños al colegio, que también nos den más acceso frente a cambios en la suerte laboral que ha habido después de la pandemia".

"Y creo que el tema quizá es mucho más profundo y que tiene que ver realmente con cómo los instituciones y los colegios también están preparados para atender a los estudiantes y no les permiten las oportunidades que existen para que realmente el colegio se transforme en el espacio formativo más importante de toda la familia, y que también hoy día perdió mucho valor", sostuvo.

Plan de reactivación educativa


Uno de los principales focos del Ministerio de Educación en 2023 fue la implementación del Plan de Reactivación Educativa, que busca mejorar la asistencia a clases y revincular a estudiantes excluidos del sistema educacional para superar el impacto de la pandemia en la educación.

En medio del debate por la inasistencia grave, el secretario ejecutivo de Reactivación Educativa, Joaquín Walker, y la coordinadora nacional de la Unidad de Currículum y Evaluación, Viviana Castillo, enviaron una carta a El Mercurio donde detallan las estrategias que se han desplegado.

"Hay campañas comunicacionales, el fondo de reactivación de más de $12 mil millones para la contratación de equipos sostenederos públicos que permitan traer de vuelta al sistema a quienes han salido y están con inasistencia grave; y la gradual implementación del Sistema de Protección de Trayectorias Educativas, para que las comunidades puedan contar con información actualizada, alertas y mecanismos de apoyo para resguardar la asistencia y permanencia, entre otras iniciativas", detallan.

En el texto, reconocen que "resulta fundamental asumir otros desafíos que influyen en la presencialidad, como la motivación de los estudiantes por el aprendizaje. No por nada, un estudio de la OCDE plantea dentro de las principales razones del ausentismo global el aburrimiento en la escuela".

Por ello, señalan, están sometiendo a consulta pública una actualización curricular de 1° básico a 2° medio que -tras un proceso participativo con 800 mil personas- "pone énfasis en aprendizajes que respondan a temáticas significativas para el mundo actual, junto con fortalecer el bienestar y aprendizaje socioemocional, que son claves para construir ambientes de aprendizaje que también contribuyan a la asistencia".
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