La abogada Catalina Álamo Misleh se querelló en el 4° Juzgado de Garantía por el delito de estafa residual luego de que fuera víctima del robo de varias de sus joyas, avaluadas las que estarían avaluadas en $11 millones. Lo llamativo es que la presunta autora del ilícito sería una gitana que "le vio la suerte".
Según consignó La Tercera, el ilícito ocurrió el pasado 30 de mayo y la profesional presentó la acción judicial el 4 de junio. Según se relata, la afectada se dirigía a una sucursal bancaria de Avenida El Golf.
Cuando caminaba por Avenida Apoquindo, una persona se le acercó y "comenzó a hablarme con un acento gitano muy marcado. Me pidió indicaciones para llegar a la
Clínica Alemana de Las Condes, y después de proporcionarle la información, me dijo: 'Como me ayudaste y me miraste, yo te voy a bendecir, tengo poderes'".
"A partir de ese momento la mujer mostró una habilidad impresionante para manipular y engañar. Comenzó a adularme, diciendo que yo era muy hermosa, y continuó inventando historias elaboradas sobre cómo muchas personas me envidiaban y me habían maldecido. Con un tono convincente y lleno de seguridad, me aseguró que ella tenía poderes para liberarme de esa maldición y que, a partir de su intervención, todo en mi vida mejoraría significativamente", agregó La Tercera
De acuerdo con lo detallado, la presunta estafadora habría realizado gestos en una de las palmas de la víctima y, posteriormente, le afirmó que debía bendecir las joyas de la abogada "para que el hechizo funcionara".
Las especies eran un anillo de compromiso -de diamantes y platino-, avaluado en $10 millones, además de su argolla de matrimonio avaluada en $600.000 y una cadena de oro, que su valror rondaría en $500.000.
Si bien la profesional se habría negado en primera instancia entregar las especies, finalmente accedió a la solicitud de la presunta estafadora. Tras eso, la gitana le quitó las joyas a la afectada para "bendecirlas" y las envolvió en una tela. Además, le pidió a la abogada que la mirara a los ojos: de lo contrario, el "ritual" no funcionaría.
La supuesta estafadora también le pidió que no abriera la tela con las joyas durante dos horas. Luego, según se señala en la acción judicial, "revisé las telas solo para descubrir, con horror, que solo había monedas; mis joyas no estaban. Con amargura, comencé a llorar desconsoladamente, sintiendo una profunda traición y desolación. Jamás pensé que alguien pudiera tener tanta maldad y ser tan siniestro".
Por instrucción de la Fiscalía Oriente, personal especializado de Carabineros quedó a cargo de las diligencias del caso.
