El escritor y ex convencional constituyente Patricio Fernández se refirió a la negativa que recibió junto a los senadores Felipe Kast (Evópoli) y Rojo Edwards (PSC) de entrar a Venezuela para los comicios y comparó la situación con quienes si ingresaron, como el diputado Boris Barrera (PC) y Marco Enríquez-Ominami.
Primero, aclaró que él no iba como observador internacional (como los parlamentarios y el ex candidato presidencial) sino que había sido invitado por el embajador chileno en Caracas, Jaime Gazmuri.
Ahora bien, y en conversación con Radio Universo, fue consultado por Enríquez- Ominami, quien ha estado en el foco de las críticas ante sus dichos por las elecciones venezolanas.
A través de su cuenta de "X", el ex candidato presidencial primero dijo que "estoy en Venezuela como observador de las elecciones reunido en el Consejo Nacional Electoral. Es importante acompañar procesos democráticos, por eso hay que ir a elecciones y no a eventos de proselitismo político como hicieron en Cúcuta. He visto un proceso en paz sin violencia".
Luego, y tras conocer que Nicolás Maduro fue reelecto, sostuvo que "he sido prudente sobre controversia por resultados de la elección en Venezuela para colaborar con esfuerzos de gobiernos y organismos para contrastar resultados. El pueblo habló. Se sabrá su veredicto cuando se publiquen actas del CNE. Así se disiparán las dudas y habrá certezas".
Frente a ello, Fernández respondió que "Marco (Enríquez-Ominami) tiene hoy día el reto, le doy el beneficio de la duda, de que cuando le corresponda hablar, va a decir la verdad".
"Si no es así, creo que simplemente se va a cubrir de ignominia. Es la pérdida total de cualquier posibilidad de respeto y valoración como alguien que defiende y respete la democracia", añadió.
Al ser consultado por las razones detrás de que Barrera y Enríquez-Ominami pudieran entrar a Venezuela, el ex convencional manifestó que "un régimen que permite entrar a esos que sabe fieles para ver una elección e impide el ingreso a cualquiera que sabe crítico, se llama por donde sea dictadura, autoritario, control de la libertad de expresión, llámale como sea, pero son todos no precisamente valores democráticos".
"Lo que van a tener que cargar ellos en sus vidas, si es que no hablan con claridad y no tratan de actuar con la verdad, van a ser justamente los avales de un fraude, avales de un fraude de un gobierno abusivo y los invitaría a recordar si qué es lo que les parecería a ellos esos que hubieran querido jugar ese rol para el plebiscito de 1988 en Chile", añadió.
Relato al ser deportado
Quien fuera asesor presidencial para las actividades de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado detalló cuando fue avisado que no podría entrar a Venezuela, pese a ir con visa "que me dio el consulado venezolano".
"Yo iba como un ciudadano curioso que viaja registrando lo que ve, que está muy atento al devenir de América Latina y había conversado antes con amigos míos en Venezuela, con el embajador (Jaime) Gazmuri que me habían invitado muy entusiastamente", añadió.
En ese sentido aclaró que no iba como un observador internacional y que no fue convocado por ningún movimiento "de nada".
"Llegué a Caracas y el aeropuerto estaba prácticamente vacío. Me bajo, me apuro para llegar rápido a la fila de migraciones. Ahí, antes de que llegara a la ventanilla de migraciones, se me acercan unos militares, como a todos los que iban llegando y me pide el pasaporte, lo empiezo a mirar, se quedó interrogándome durante como una media hora de por qué estaba ahí, qué es lo que hacía, que a qué venía", relató.
Luego, dijo que "mientras tanto otros militares le pedían el pasaporte a otro, y alguien se llevó mi pasaporte, me dijeron 'espere aquí por favor', me quedé ahí una media hora, cuarenta minutos, se llevaron el pasaporte, deben haber indagado quién era uno, y al cabo de ese rato vuelve un militar con cinco pasaportes en la mano".
Fernández cuenta que el militar "dice los nombres, en medio de que la mayor parte de la gente que había llegado en el vuelo había ido pasando, quedábamos solo algunos, y entre esos nombres que dice, dice el mío, nos pide que lo acompañemos".
"Yo pensé que nos estábamos dirigiendo a una sala donde seguiría esta conversación, o este interrogatorio, porque uno no es ingenuo, yo sabía lo que estaba, sabía más o menos de qué estamos hablando, y en lugar de llevarnos a una sala, nos llevan directamente hasta la puerta del avión, habían ahí tres bolivianos, una argentina y yo", concluyó.
