Casi una semana después de que se celebraran los comicios presidenciales en
Venezuela, todavía hay mucho que decir. Las dudas en torno al triunfo de
Nicolás Maduro -proclamado mandatario reelecto por las autoridades electorales- persisten y se han tomado la agenda de todos los países de la región.
Y Chile no ha estado excluido de esta discusión.
De la mano del Presidente Gabriel Boric, el país ha estado involucrado desde el minuto uno en este proceso, con los cuestionamientos del Mandatario a los resultados oficiales, que provocaron la decisión del régimen chavista de expulsar al personal diplomático de Chile y otros seis países (Argentina, Uruguay, Perú, República Dominicana, Panamá y Costa Rica). Este rol también le ha traído críticas a nivel interno, sobre todo del Partido Comunista, uno de los socios del Ejecutivo.
Avanzaron los días y Chile ha mantenido su postura crítica con Venezuela, no obstante,
también ha evitado proclamar el triunfo del candidato opositor, Edmundo González, como sí lo han hecho Argentina, Perú, Uruguay, Ecuador, Costa Rica, EE.UU. y Panamá. Así lo dejó claro este sábado el canciller,
Alberto van Klaveren, al señalar que "es prematuro" hablar de un ganador, aunque "es probable" que la victoria se la haya llevado el abanderado antichavista.
¿Cómo calificar la acción del Ejecutivo? "Parece decir que la línea que está siguiendo el Gobierno del Presidente Boric es más bien una posición intermedia entre no reconocer el triunfo mientras no se transparenta el proceso y en segundo lugar, o en paralelo, buscar más bien una salida multilateral regional, a diferencia de lo que han hecho Argentina, Perú", afirmó a Emol el director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central, Marco Moreno.
En esa línea, el analista sostuvo que "lo que parece que está empujando el Presidente Boric es una respuesta más bien multilateral. Por eso las conversaciones con Colombia, con Brasil, para de esta manera articular una respuesta más contundente frente a lo que está ocurriendo en Venezuela".
Por su parte, Mauricio Morales, analista de la Universidad Diego Portales, recalcó que "hasta ahora el Gobierno ha estado impecable en todo sentido. Sin embargo, necesita dar un paso más. Ya sabemos que la elección en Venezuela fue ilegítima y fradulenta".
Eso, sumado a una una serie de hechos como violaciones a los derechos humanos y persecuciones a la prensa y líderes opositores,
"es más que suficiente para declarar a Maduro como dictador, y reconocer el triunfo de la oposición".
Para este especialista, "el Gobierno tomó la estrategia de ir lento pero seguro", entendiendo también que, a diferencia de otros países, tiene en su coalición a un partido que es aliado de Maduro. "Por tanto, no le es tan fácil sumarse de inmediato al coro que proclama como ganador a González. Sin embargo, todo indica que se inclinará por esa alternativa más temprano que tarde", remarcó.
Moreno, por su parte, cree que lo que está buscando el Presidente Boric es "una respuesta multilateral a la cual unirse, que Chile no aparezca aisladamente reconociendo el triunfo de González, sino que la respuesta sea racional".
Así, si Chile se suma a un anuncio de manera colectiva, "él (Boric) puede a la interna de Chile y a su organización de Chile decirle que esta fue una respuesta de América Latina (...) es una respuesta racional, y eso es lo que el presidente busca de alguna manera para cuidar su flanco, para no descuidar su flanco por la izquierda en su coalición", añadió.
Presión interna
Y es la presión interna, tanto de la oposición como del Partido Comunista, uno de los puntos que ha tomado en cuenta el Gobierno. Para Moreno, esto refleja la idea de una "venezuelización" del debate político en Chile. "En la medida que esa presión comienza a crecer, evidentemente empuja al Gobierno a tener que adoptar una solución o una posición más clara", remarcó.
"Se estaba esperando la llegada del embajador Gazmuri temprano en la mañana para que entregara él una visión in situ de lo que efectivamente está ocurriendo ahí, y con esos elementos probablemente el Gobierno tome una posición más clara más allá de no reconocer los resultados, que es lo que ha hecho hasta ahora. Esto un poco también porque empieza a aparecer el matiz de la posición de Estados Unidos, que es reconocer el triunfo de Edmundo González pero no su condición de presidente", agregó.
Para el académico, si se mantiene este debate, podría incluso incidir en las elecciones municipales de octubre próximo. "La gente toma su decisión cada vez más cerca del momento de la elección, entonces en la medida que esta conversación se mantenga,
probablemente este sea un factor para que se establezca un clivaje en los ciudadanos, una división entre los que deciden apoyar, están con Maduro, y los que están en contra de Maduro, y eso lo van a expresar electoralmente votando a favor o en contra, dependiendo de si los candidatos toman posición o no en este tema".
Morales, en tanto, sostiene que el Gobierno de Chile "debe olvidarse de la presión interna, defendiendo de manera directa y sin ninguna vacilación los principios de la democracia. Hacer las cosas a medias tintas o con declaraciones tibias no sirven en estos casos".
"Si el gobierno espera que Maduro libere las actas oficiales, queda como un actor ingenuo. Además, nada garantiza que esas actas oficiales sean las actas reales. Por último, creer en esas actas a una semana de la elección, es francamente absurdo", enfatizó.
De todos modos, el analista concede que el canciller Van Klaveren "poco a poco" se ha inclinado a reconocer el triunfo de Edmundo González. "No lo ha dicho de manera explícita, pero el gobierno sabe que es así, aunque se ha tomado algo de tiempo antes de sumarse a la declaración de otros países. Me parece que es inevitable ese reconocimiento en el corto plazo, lo que por cierto traerá una nueva polémica con el PC. Sin embargo, el costo de defender la democracia es menor al costo de insistir en declaraciones tibias para evitar la salida del PC de la coalición de gobierno", indicó.
