Un nuevo paro nacional de profesores está anunciado para este miércoles 7 de agosto, en el que los docentes reclamarán por los problemas de acoso y maltrato en su contra, el incremento de la violencia y la urgencia por legislar en la materia.
Sin embargo, diputados de la Comisión de Educación y expertos en la materia alertaron de los efectos negativos que esta nueva pausa en la jornada escolar podría tener, con las evidentes -y diversas- debilidades que actualmente enfrenta la educación del país.
Y es que, sin duda, la educación se encuentra en una profunda crisis, con una larga lucha por disminuir las históricas cifras de deserción escolar y de inasistencia, que se profundizaron tras la pandemia. A lo que se suma la violencia desenfrenada que se vive al interior de muchos establecimientos educacionales a lo largo del país, con agresiones entre los estudiantes -y hacia los docentes- que han terminado con menores gravemente heridos y hasta muertos.
Se suman las constantes paralizaciones, que se traducen en la cancelación de la jornada escolar, la postergación del calendario escolar y un retrato en los contenidos, los que muchas veces, aseguran, no son recuperados. Este es el escenario que denunciaron diversos padres y apoderados.
Desde la Fundación Escuelas Abiertas realizaron una visita a una de las regiones más afectadas por la crisis: Antofagasta. En este contexto informaron que tras intensas conversaciones con apoderados, estos manifestaron que sus principales preocupaciones era la constante interrupción de clases, la violencia que se vive al interior de los establecimientos, la mala gestión de recursos junto con la falta de transparencia en los gastos y falta de vigilancia.
Esto último se vuelve esencial tras las denuncias de algunos apoderados, que aseguran que personas mayores de edad se infiltran en diversos colegios y venden droga a los estudiantes. Tampoco se realiza una revisión de mochilas, por lo que se permite el acceso con todo tipo de objetos.
Los apoderados también manifestaron su rechazo a una nueva paralización, asegurando que no resuelve los problemas y, peor aún, no se realiza la recuperación de días perdidos.
La preocupación escaló cuando el personal de Escuelas Abiertas consultó por la gestión de recursos. Los padres manifestaron que hay poca cantidad y mala calidad de alimentos, un apoderado expresó que "los presos comen mejor que nuestros niños".
Consultados por Emol, desde Acción Educar también rechazó la próxima paralización. El director de estudios, Manuel Villaseca, sostuvo que "un paro docente, en circunstancias en que la asistencia está lejos de las cifras pre pandemia, perjudica todavía más los aprendizajes de los estudiantes. Justificar esta paralización apelando a la aprobación del proyecto de convivencia escolar del Gobierno, de alguna manera, soslaya la realidad de millones de estudiantes y el hecho de que el proyecto de ley no soluciona los principales problemas de la convivencia escolar. En definitiva, un paro no es la solución, sino que agrava el problema".
A juicio del ex ministro de Educación y actual director del Instituto de Políticas Públicas de la UNAB, Raúl Figueroa, "es innegable y lamentable que estamos frente a una crisis educativa de proporciones. Los efectos de la pandemia aún están vigentes. Y lamentablemente los esfuerzos que se han hecho por recuperar el sistema han sido muy débiles. En ese contexto, el llamado que hace el Colegio de Profesores a una paralización simplemente no se entiende y, no hace más que profundizar la crisis en la que se encuentra nuestro sistema educacional".
De esta manera sostuvo que "la cultura de la paralización que ha promovido el Colegio de Profesores ha significado un daño profundo a la educación pública y me parece fundamental dejar en evidencia como esa actitud solo perjudica a los estudiantes y hace más difícil lograr recuperar los aprendizajes luego del impacto de la pandemia y de otras paralizaciones que ha promovido el gremio".
Desde la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, Karen Medina (PDG), también se mostró en contra de la convocatoria. Según expuso, es una decisión "irresponsable de parte de los gremios estar llamando a paro viendo las condiciones que han vivido nuestros estudiantes, donde se le han suspendido las clases por distintas razones. Hoy día sumar un día más de pérdida de clases, de entregarles los contenidos, es también una falta o un incumplimiento hacia los deberes que tienen los docentes".