"En el primer corte estuvimos alrededor de 48 horas sin electricidad. Desde el jueves 1 al sábado 3 de agosto. Por eso, cuando volvió a ocurrir este domingo, pensamos lo peor", relata Rodrigo Reyes, vecino de Ñuñoa y uno de los 44 mil clientes que el domingo volvieron a sufrir la pérdida del servicio y a enfrentar, nuevamente, la incertidumbre de cuánto se prolongaría el nuevo episodio. El único punto a favor, según relata, es que esta vez "estábamos mucho mejor preparados, habíamos comprado linternas, velas e incluso una radio a pilas que hicimos funcionar". El profesional, socio de una agencia de comunicaciones, relata que también sintió preocupación por los nuevos efectos que podría tener la emergencia para su madre, avecindada en La Reina, que ya enfrento un corte de suministro por cuatro días. La razón que nuevamente privó de este servicio básico a ese cliente fue la falla en una subestación, la cual se solucionó la misma noche del domingo. Así lo confirmó Enel, mediante un comunicado en el que descartó su responsabilidad en la interrupción del servicio.