EMOLTV

Inseguridad, deterioro económico, crisis de instituciones: Tres focos para calibrar el "ánimo" de Chile este "18"

Distintas voces analizan el cruce entre las celebraciones de estas extensas Fiestas Patrias con los contextos que ha tenido que lidiar la ciudadanía a lo largo del año. Para algunos hay puntos más altos y rescatables, y otros, apuntan a un "momento de inflexión".

15 de Septiembre de 2024 | 09:30 | Por Daniela Toro, Emol.
imagen
JM Vilches, Emol
Este año, las celebraciones por Fiestas Patrias serán "XL", puesto que los días oficiales del 18 y 19 sumarán un feriado, el viernes 20 y un fin de semana para continuar con los festejos. La gran cantidad de días feriados resultan un bálsamo para los chilenos, quienes ven en estos días una oportunidad de compartir con sus familias o, incluso, viajar.

El devenir del año -a sólo tres meses de terminar- no ha estado exento de contextos intrincados que han acompañado todo el año a la ciudadanía; son, al menos, tres dimensiones. La primera, y probablemente una de las más presentes, es la crisis de seguridad que afecta al país.

No han faltado esfuerzos en dicha materia, pero las encuestas siguen marcando que todo lo hecho hasta ahora aún es "insuficiente" para la ciudadanía. La sensación de poder ser víctima de un delito, tanto dentro como fuera del hogar, continúa como una constante en la vida de los chilenos y chilenas.

Por otro lado, Chile atraviesa un estancamiento económico que se arrastra hace años, y que escasas proyecciones de mejorar tiene para la siguiente década. Esto, porque en su último Informe de Política Monetaria (IPoM), el Banco Central (BC) estima un crecimiento que apenas alcanzará un 1,8% entre 2025 y 2034.

Las instituciones, por otra parte, arrastran sus propias complicaciones que no hacen más que aportar a la desconfianza ciudadana; la última dosis fue aportada por el Poder Judicial, en concreto, con la polémica que envuelve a ministros de la Corte Suprema, salpicados por el caso Audio.

En ese sentido, y de cara a una de las más largas celebraciones de Fiestas Patrias de los últimos años, vale la pena preguntarse acerca del "ánimo" con el que los chilenos y chilenas enfrentan la festividad.

En conversación con Emol, voces de distintas áreas de las humanidades revisan cómo llega Chile -y sus ciudadanos- a vivir este "recreo", en estas dimensiones clave.

Crisis de seguridad


"En materia de seguridad nos vemos enfrentados a cuestionar esa idea de Chile como un país homogéneo y amante de las instituciones". Así lo plantea Joaquín Sáez, antropólogo social y co-coordinador de Internacionalización de la Universidad de Antofagasta.

El experto comenta que "el aumento de ciertos tipos de delitos y la migración como un factor desafiante de abordar por el Estado, con los medios actuando como cajas de resonancia que aumentan la sensación de inseguridad, generan esa sensación de anomia que nos lleva a sentir un constante estado de alerta".

La opinión es compartida por Alfredo Sepúlveda, escritor y académico de la UDP. A su juicio, el "temor número uno", y por lejos, es a la delincuencia. "Esto es básico, ya que esta percepción sí entra en las experiencias cotidianas de las personas. La respuesta del Estado es percibida como insuficiente e ineficiente, y me parece a mí que eso aumenta la sensación, como en un círculo vicioso".

Por su parte, Pablo Carvacho, director de Investigación y Desarrollo del Centro Justicia y Sociedad UC, apunta a que Chile está pasando por un momento "de inflexión en materias de seguridad y de institucionalidad en seguridad y justicia".

"Dado dado el diagnóstico de que hay patrones criminales más complejos, tenemos la opción de enfrentarlo con altura de miras, basado en evidencia, y promover políticas que no solo permitan una mejor reacción al delito y el encarcelamiento de quienes están involucrados en delitos graves, sino también una institucionalidad y políticas que fomenten y permitan la prevención social y comunitaria del delito", sostiene.

De acuerdo al académico, para eso se requiere "cambiar el foco de lo que ha sido hasta ahora la discusión en seguridad y dirigirla a las causas que están detrás de la conducta criminal y del involucramiento de niños en bandas organizadas del delito (...) Por eso yo diría que el momento de Chile es un momento clave, donde tenemos que definir si vamos a caminar o transitar el camino de los países populistas punitivos a lo Bukele -donde la democracia y finalmente los derechos humanos salen perjudicados-, o de una manera más bien basada en la evidencia, en las buenas prácticas y en una mirada a largo plazo para solucionar los problemas".

Economía


Andrea Repetto, directora de la escuela de Gobierno UC, reflexiona en esta línea que estos años "no han sido fáciles para el país". "Luego del estallido social, vino la pandemia y el exceso de gasto, que a su vez llevó a la necesidad de normalizar la economía con los costos que ha significado".

"Las ideas de avanzar hacia un Estado social y democrático de derecho y una inserción social que dependa menos de condiciones que están fuera del control de las personas -como el barrio que habitan, el género y la escuela a la que asistieron-, siguen estando pendientes y pasan por reformas estructurales difíciles de debatir en el ambiente hostil de la política actual", acota.

Sepúlveda, de la UDP, atribuye, en parte, a que esta idea de "desarrollo" que se iba a alcanzar podría ser una causa de lo que percibe como "una sociedad mucho menos orgullosa de sí misma", al menos, si se compara con la que fue en los años '90 y 2000.

"La 'sensación de futuro' que existía entonces, de que de alguna manera el "desarrollo" se iba a alcanzar dentro de las trayectorias vitales de cada cual, parece haberse ido, y no me queda claro con qué se ha reemplazado", precisa.

Por su parte, Gonzalo Delamaza, sociólogo de la Universidad de Los Lagos, acota que "sorteamos con éxito la altísima inflación heredada de las medidas tardías ante la pandemia y los retiros de las AFP y retomamos un modesto crecimiento. Pero no hay desarrollo, ni menos equidad, con un modelo basado en la extracción de recursos naturales, que siguen siendo las apuestas, ahora litio e hidrógeno. Eso falta y la élite económica no lo entiende".

Institucionalidad


La crisis de la institucionalidad que ha tocado a varios ministerios e instituciones como la PDI -con la salida de su director, Sergio Muñoz-, además del caso Convenios y el caso Audios, con sus múltiples aristas, han hecho mella en el ánimo de la ciudadanía. Algunas voces, incluso, retrotraen esta sensación a lo ocurrido en los años previos, tras dos procesos constitucionales fallidos.

"De 'arriba y de abajo' la coyuntura social nos constriñe a pensar en ciertas fracturas del contrato social como los casos de corrupción y trafico de influencias que afectan a los tres poderes del Estado", reflexiona el antropólogo Joaquín Sáez.

Para Delazama, en efecto, hoy el punto más débil es, precisamente, la institucionalidad. "No logramos una nueva constitución, que necesitamos, y tenemos un claro debilitamiento, no sólo de la política, sino de la confianza pública en todo tipo de instituciones. Estamos como el día de la marmota: Hermosilla y su larga secuela de socios, es nuestro nuevo Penta, SQM y Caval (2014)", remarca.

¿Y cómo entonces sobrellevar ese malestar? Sepúlveda plantea en este aspecto su teoría más optimista: "el zapateo dieciochero va a ocurrir con la misma fuerza de siempre, puesto que los ciudadanos aún separan sus vidas privadas de la gran política".

Es más: Álvaro Vergara, investigador del IES, pone el foco en la atmósfera que rodeó los procesos constitucionales y el "vuelco" que surgió tras los plebiscitos de 2022 y 2023 en torno a los simbolismos y tradiciones que durante Fiestas Patrias adquieren protagonismo.

"Las últimas fiestas han sido especiales no solo por su suspensión debido a la pandemia, sino también porque los símbolos patrios y muchas de las tradiciones han sido revalorizadas tras el ataque por parte del octubrismo y la Convención Constitucional. Lo que inicialmente se percibió como una amenaza que intentó menospreciar tradiciones y espacios importantes para la ciudadanía, terminó por fortalecerlas y reafirmar su valor para el pueblo", comentó.

¿Y el deporte no ayuda a subir el ánimo?


En materia deportiva, Chile ha tenido grandes luces este año, con medalla de oro incluida en los Juegos Olímpicos y la llegada a cuartos de final de la Copa Libertadores de Colo Colo.

Sin embargo, la selección chilena ha dejado penurias y pocas esperanzas de volver a tener esa "generación dorada" que otorgó bálsamos a baldadas en un pasado.

De todas formas, para Delamaza, hay raya para la suma: "Me quedo con el deporte (olviden el fútbol profesional por un momento): estamos mejor que nunca".

"En competitividad tenemos a Francisca Crovetto y el team Chile. En paraolímpicos, lo mismo. Y nunca hubo tanta gente corriendo, trotando, haciendo gimnasia, usando la bicicleta. Lo que anda mal es la alimentación -sobre todo de las niñas y niños- y una infraestructura de parques y áreas recreativas en los barrios populares", sostiene.

Por su parte, Sáez, retoma el ambiente dieciochero para subrayar que "a diferencia de otros países, no tenemos grandes carnavales, nuestro gran carnaval que nos une en nuestro país se da en el mes de la patria, particularmente el 18 de septiembre. Se habla de la resiliencia frente a catástrofes naturales y los triunfos deportivos como factores de cohesión social, pero las fiestas patrias son nuestro gran mecanismo para liberar tensiones y unirnos en torno a la comida y la bebida".
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?