La Comisión de Salud del Senado revisó la ejecución presupuestaria del Ministerio de Salud durante este año, sector que se ha visto afectado por la abultada lista de espera, la inseguridad y violencia al interior de los recintos y también por temas financieros, los que han obligado a diversos centros de salud a cerrar pabellones o pausar compras por falta de recursos.
En la instancia participó la jefa de la Unidad de Paciente Crítico (UPC) del Hospital San Borja Arriarán, la doctora Francisca Ríos, quien además de manifestar que las complicaciones al interior del centro de salud se debe a una falta de supervisión, eficiencia y prevención, sumado a una mala utilización del presupuesto, entregó un orden cronológico de las múltiples ocasiones que denunció diversas fallas durante años, colapsando con la más reciente, la semana pasada, sin poder aguantar las lágrimas.
"En salud pública a uno le enseñan que la labor de prevención en más eficiente, en cuanto a gasto, que tratar patologías graves, como las que se tratan en la UPC", comenzó, señalando que esta unidad "está en crisis (...) en medicina nos enseñan que hay síntomas que permiten prever que sucederá una catástrofe", expresó.
"Está ya sucedió y aun así siguen las mismas personas continúan administrando esos recursos. ¿Qué más austero que seguir trabajando en un hospital siniestrado?", cuestionó, "parece ser que se le premia a estos directivos, habiendo existido señales".
Lo anterior se permite, ya que el San Borja es autogestionado, es decir, "ellos hacen su propia cuenta pública, ellos mismo muestran en qué se gastan sus recursos", agregando que "parece absurdo mostrar que gasto en remodelar la fachada cuando no he reparado los daños internos".
Frente a la crisis, informó que cuentan con 26 camas en todo la UPC, lo que incluye a la UCI (8) y UTI (18), estas últimas son las que planean cerrar las autoridades, dijo Ríos. Lo que no solo "bajará la productividad" sino que también obligará a que pacientes sean derivados a otros centros, lo que -cuestionó- podría "aumentar más el gasto por no haber realizado una labor de prevención y evitar que sucedieran los daños que vienen sucediéndose desde el año 2020".
Así entregó un listado cronológico de correos electrónicos que envió por años sobre problemas en la UPC, principalmente sobre filtración de agua constantemente, sobre los pacientes y doctores, desde las luminarias, en los pasillos, salas de atención, como también en la residencia médica. Lo anterior, implica el corte de agua de toda la torre y esto, que se suspendan las labores en los pabellones.
Esta situación comenzó en 2020 y continúa en la actualidad, la mayoría del los correos no fueron respondidos. "Así de triste cuando yo digo no se me escucha. Y creo que era importante escucharme, ¿o no?", expresó Ríos sin lograr contener las lágrimas, al recordar lo sucedido la semana pasada que colapsó la situación.
"Cae agua sobre mi cabeza y sobre la doctora. Y aun así, mi jefatura directa me dijo que esto corresponde a mantención. ¿Cómo no va a ser gestión clínica asegurarse que los clínicos y los pacientes estén bien? ¿Cómo no va a ser necesario que mi jefatura directa se apersone mientras yo estoy ahí tratando de proteger mis insumos?", cuestionó.
Finalmente, dijo que podría "parecer absurdo", que ella se subiera en una silla y comenzara a guardar los insumos, pero "no lo es si es que el presupuesto se acabó en octubre. Así de austeros somos (...) ¿Les parece que no es austero trabajar así?", cuestionó volviendo a quebrarse.
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