Sergio Muñoz fue presidente de la Corte Suprema entre 2013 y 2016.
El Mercurio/Archivo
Este miércoles se
aprobó la acusación constitucional impulsada por Chile Vamos contra
Sergio Muñoz -que venía desde la Cámara de Diputados unida con la de Ángela Vivanco, pero que se votó por separado en el Senado-, lo que marcó la destitución del ministro de la Corte Suprema.
El libelo contra Muñoz no estaba ligado al caso Audio -como el caso de Vivanco-, sino que apuntaba a las filtraciones que habría hecho a su hija, la
jueza Graciel Muñoz, para que pudiera tomar beneficio en torno a un negocio inmobiliario.
El escenario para Muñoz se complicó luego que el quórum requerido para aprobar el libelo acusatorio bajara a 25 votos. En definitiva con 26 a favor fue destituido.
Así las cosas, quien cumpliera 42 años en el Poder Judicial, en distintos roles, enfrenta ahora una estrepitosa caída y queda además inhabilitado de ejercer cargos públicos por cinco años.
Trayectoria en el Poder Judicial
Sergio Muñoz (1957), oriundo de Linares, es abogado de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV). Ingresó al Poder Judicial en enero de 1982, como Oficial Segundo del Tercer Juzgado del Crimen de Valparaíso.
En 1987 fue relator suplente de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, y entre diciembre de ese año y febrero de 1988, pasó por el Juzgado de Letras de Putaendo y el de Los Andes, como juez suplente. En marzo, asumió como secretario titular en Los Andes, y como relator interino de la Corte de Apelaciones de Valparaíso.
Ya en 1989 su trayectoria en el Poder Judicial se comienza a trazar en la Región Metropolitana. Fue relator titular de la Corte de Apelaciones de San Miguel, y en 1994 se convirtió en juez titular del Duodécimo Juzgado del Crimen de Santiago.
Su primera aproximación a la Corte Suprema ocurrió el 1 de marzo de 1996, como relator titular; y entre 1998 y hasta 2005, fue ministro titular de la Corte de Apelaciones de Santiago.
En 2005 es propuesto por el ex Presidente Ricardo Lagos como ministro de la Suprema, cargo que mantenía hasta la fecha. Ya en ese entonces, batía un primer récord: fue el juez más joven en llegar al máximo tribunal, a sus 48 años.
Arribo a la Corte Suprema
En su paso por la Corte Suprema se instaló su fama de juez "influyente" o "provocador", "con carácter" -incluso algunos cuestionaron el personalismo o "muñoísmo" de su actuar-, sumado a que algunos de sus fallos eran más bien considerados "populistas".
De todas formas, la Tercera Sala -la misma que compartió con la exministra Ángela Vivanco- es quizás una de las más llamativas, al menos en lo mediático, por revisar materias constitucionales, entre ellos, fallos ambientales que paralizaron millonarios proyectos, o aquellos relativos a la salud, en desmedro de las isapres.
En diciembre de
2013, Muñoz volvió a subir otro peldaño importante y se convirtió en el presidente de la Corte Suprema. Ya por entonces, tenía a su haber investigaciones de alta connotación pública, como el caso Riggs y la muerte del expresidente de la Anef, Tucapel Jiménez.
Pese a que el juez ha sido ligado al sector de la izquierda, su postura, al menos en los escasos discursos públicos, denotaba un intento de no ser vinculado con materias partidistas. Tras asumir como máximo líder del alto tribunal, sostuvo que "quienes llegan a asumir esta responsabilidad tan alta deben hacerlo por sus méritos y no basado en temas políticas partidistas".
Un informe del Observatorio Judicial, que analizó los fallos de la Tercera Sala de la Suprema, entre el segundo semestre de 2016 y 2017 ya apuntaba a estos ribetes de personalismos. "La sala parece haberse uniformado en torno al liderazgo del ministro Sergio Muñoz, quien pasó desde la posición minoritaria a liderar la mayoría. Asimismo, la gran disidente del periodo fue la ministra Rosa Egnem, observándose una marcada rivalidad con el ministro Muñoz", señala el informe.
Muñoz permaneció como presidente de la Suprema hasta 2016, cargo que luego obtuvo el ministro Hugo Dolmestch. Ese día inauguró la nueva sala de conferencias y exposiciones del Palacio de Tribunales, y se tomó un momento para compartir su visión sobre los casos Penta y SQM que se tomaban la agenda pública. A su juicio, los actos de corrupción en Chile eran "excepcionales".
"Causó sorpresa el conocer distintos aspectos que el común de la población no manejábamos, esto es excepcional, todos los políticos, todos los empresarios y todos los chilenos, son gente decente y ejemplar (...) las excepciones podrán ser diez, veinte o incluso cien y somos 17 millones de personas en Chile", afirmó.
