En el Cuarto Tribunal Oral Penal de Santiago comenzó hoy el juicio en contra del exteniente coronel de Carabineros Claudio Crespo, en el caso de Gustavo Gatica, el joven que quedó ciego de un disparo en el rostro en 2019 en el marco del estallido.
En la audiencia de preparación de juicio oral, se ofreció presentar 131 testigos, 577 documentos, 72 evidencias materiales, 734 otros medios de prueba, como imágenes y 53 peritos.
Según la investigación presentada por el persecutor
Francisco Ledezma, de la Fiscalía Centro Norte, se acusa que Crespo el 8 de noviembre de 2019 tenía en su poder "una escopeta marca Hatsan, modelo Escort, calibre 12, con cañón para brechamiento, desprovista de culata, arma de fuego que operaba con cartuchos marca TEC calibre 12, que tienen en su interior doce postas (perdigones)
de 8mm de diámetro aproximadamente cada una, los que son conocidos como munición menos letal, disponiendo la certificación institucional necesaria para su uso".
Aquel día , cerca de las 18.07 horas, Crespo realizaba, junto a otros funcionarios policiales, labores de control de orden público en la calle Carabineros de Chile, entre la calle Doctor Ramón Corvalán (por el extremo poniente) y Avenida Vicuña Mackenna (por el extremo oriente), en la comuna de Santiago.
En paralelo, un grupo de manifestantes se encontraba ubicado en la intersección de Avenida Vicuña Mackenna con calle Carabineros de Chile. La indagatoria asegura que existía "entre ellos y los funcionarios de Carabineros, incluido Crespo Guzmán, una distancia tal que impedía que, en ese momento, objetos contundentes o de otro tipo que pudieran ser lanzados hacia donde se encontraba el personal policial, pudieran poner en riesgo serio su integridad física".
Además, unos metros al poniente de Avenida Vicuña Mackenna, en calle Carabineros de Chile, los manifestantes habían instalado barricadas y una "estructura", que se interponía entre los asistentes y las fuerzas policiales, lo que "hacían difícil el paso o avance de unos y otros".
Fue cerca de las 18.07 horas que, según indica la acusación, los efectivos policiales realizaron una "arremetida", cuyo fin es avanzar "hacia los manifestantes para despejar el lugar o detener a quienes están realizando desórdenes o actos violentos".
"A las 18.10 horas aproximadamente del 8 de noviembre de 2019, y tras haberse iniciado la maniobra de avance o arremetida descrita, (...) se encontraban apostados un número indeterminado de manifestantes, quiénes proferían consignas contra Carabineros y algunos de ellos lanzaban objetos contundentes por calle Carabineros de Chile hacia el sector poniente", apunta la indagatoria.
Ahí, se acusa, Crespo "se encontraba detrás de una pared del edificio ubicado en calle Carabineros de Chile Nº 22 (vereda sur de la referida arteria) fuera del alcance de los objetos contundentes que pudieran ser arrojados, se asomó en dirección a los manifestantes y abusando de su cargo, con la intención de castigar, disparó la escopeta (...). Este disparo se efectuó al tercio superior del cuerpo de los manifestantes, los cuales se ubicaban a partir de una distancia aproximada de 21,4 metros de frente al acusado, impactando e hiriendo gravemente en ambos ojos a la víctima Gustavo Gatica Villarroel quién se encontraba dentro del referido grupo, más atrás de otras personas, a una distancia aproximada de 24,5 metros de Crespo Guzmán".
Tras eso, la víctima resultó gravemente herida en sus dos ojos. Según el Ministerio Público, ingresaron 2 de las 12 postas una en cada ojo. Lo anterior hizo que Gatica perdiera la vista de forma permanente e irreparable.
Defensa
Pedro Orthusteguy, abogado defensor de Crespo, señaló durante la instancia que "creemos haber encontrado el culpable" y que "la munición marca TEC calibre 12, que es contenedora de 12 postas supuestamente de goma. Esta munición nunca debió autorizarse por parte de la autoridad política para el control de orden público en Chile".
Sobre el último punto agregó que "aquí hubo un descuido grave, muy grande, que permitió el uso de una munición con silicio, hierro y plomo, con velocidades de salida transónica y supersónica, que por su masa, el cono de dispersión generaba larga distancia, cuyas propiedades desconocían absolutamente los Carabineros que las empleaban, los usuarios de la escopeta, los mandos institucionales y también las autoridades políticas, que debieron prever que estas municiones causarían las lesiones oculares".
Argumentó que el sitio del suceso es "escena en movimiento" producto de la serie incidentes, por lo que la PDI realizó "pericias audiovisuales y de sonido, particularmente el informe de dibujo y planimetría (...), creando una infografía en 3D, que es básicamente una animación con una animación en 3D, con la versión de la Fiscalía".
Aludió a los "peritajes nunca antes vistos en Chile", y afirmó sobre los mismos que son "experimentales, sin sustento científico y cuyos márgenes de error se desconocen".
Asimismo, abordó la "identificación balística". "Tratándose de armas de fuego con ánima lisa y proyectiles múltiples, no es posible acreditar científicamente el origen de estos proyectiles, a diferencia de lo que ocurre con las armas que tienen un cañón estriado y proyectiles únicos", afirmó.
También subrayó que es materia de la medicina, y no de la balística, determinar "de dónde vienen las postas", según señaló una perito balística involucrada en la investigación.
"El 20 de agosto le toman declaración a la persona que nosotros estimamos que es la autor de los disparos y se le tomó declaración en calidad de testigo,", planteó el defensor.