A una semana de la segunda vuelta en la Región Metropolitana, el candidato
Francisco Orrego (RN) y el gobernador a la reelección
Claudio Orrego (IND), protagonizaron ayer un encendido debate en televisión abierta. Espacio que estuvo marcado por sus propuestas en materia de seguridad, temas de gestión, pero también de probidad.
En el debate organizado por el programa Mesa Central de Canal13, abordaron varias polémicas y se defendieron de ellas. En el caso del primero, enfrentó los cuestionamientos por no tener una carrera en el mundo público, afirmando que "la crítica en particular de la experiencia es muy válida. A mí la gente me conoció en política a través de un programa de TV, pero desconocen mi trayectoria, no saben de mis capacidades académicas o mi experiencia laboral".
Mientras que el segundo, sostuvo que "es importante que alguien se pueda sentar con todos los alcaldes, yo no solamente lo prometo, yo lo he hecho (...) no es una elección o un plebiscito al Gobierno, es quien tiene las mejores credenciales para trabajar con todos".
¿Servirá la instancia para que los candidatos logren captar votos de aquí al domingo o quién fue el ganador del debate? Son parte de las interrogantes que responden un grupo expertos consultados por Emol.
Evaluación a los candidatos
El académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, comentó que "Claudio Orrego está realizando un trabajo territorial con fuerte énfasis en las comunas que le son afines ideológicamente, tomando como base el respaldo de alcaldes en ejercicio y de alcaldes electos (...) Esto, por cierto, no implica una transferencia directa de estos apoyos pero es un avance muy sustantivo. En el debate hizo alusión a este tipo de cosas, mencionando los avances que han existido en materia de seguridad, por ejemplo, lo que tiene como sustento su experiencia en gestión y en el ejercicio del cargo. En tal sentido, no está haciendo nada distinto a lo que hace un incumbente".
"Francisco Orrego, en tanto, busca la polémica permanente y la crítica constante hacia su contendor. Nuevamente, no es nada distinto a lo que siempre hacen los desafiantes. Por tanto, si bien se ha dicho que esta competencia es anómala desde un punto de vista político y de trato de un candidato a otro, en realidad refleja lo que siempre hemos observado cuando se enfrente un incumbente y un desafiante", consideró Morales.
Para Axel Callís, director tuinfluyes.com y académico de la Universidad Central, "son dos personas que tienen una vasta trayectoria en medios, uno en un programa como de trincheras y otro siendo autoridad por 30 años. Lo que se nota es una diferencia entre alguien que habla de lo que ha hecho, versus alguien que habla de lo que va a hacer, porque el candidato Francisco Orrego es todo en posición de futuro, en el fondo son hipótesis, en el caso de Claudio Orrego él habla de su gestión, ahí se nota la diferencia de experiencia que tienen".
A su juicio, "eso genera un contraste importante, porque los debates son siempre entre personas que tienen experiencia o han hecho algo. El candidato Francisco Orrego lo que ha hecho es ser cuatro meses, entre comillas, asesor en la Municipalidad de La Florida, no tiene una trayectoria, no puede hablar de su obra".
"Lo que me impresionó fue ver a Francisco Orrego vestido de lo que él no es, con chaqueta y corbata, me pareció que fue súper arriesgado, porque su sello es su forma de ser, cambiar es súper arriesgado sobre todo un domingo cuando la televisión y los espacios en general dan para mayor informalidad", recalcó Callís.
Por su parte, Miguel Ángel Fernández, académico de Faro Universidad del Desarrollo, expresó que "los debates se pueden evaluar en tres aspectos: En términos visuales, Francisco mostró mejor lenguaje corporal que Claudio; este último se vio incómodo a momentos. En términos de contenido, los candidatos utilizaron diferentes estrategias; mientras Claudio buscó persuadir a través de su experiencia, Francisco explotó la seguridad como principal eje. Por último, en cuanto a la claridad de las respuestas, Claudio se enredó frente a los cuestionamientos por el caso ProCultura, y Francisco no respondió directamente los emplazamientos sobre costos y formas de implementar sus propuestas".
El académico de la Universidad Mayor, Alejandro Olivares, consideró que fue "un debate relativamente tenso y eso es básicamente, porque hay un estilo de uno de los candidatos que es el de señor Francisco Orrego que es un polemista, sin mucho contenido, con bastante verborrea, con un estilo de hablar bien particular, desarrollado con su experiencia en programas de televisión que buscan la cuña fácil y la agresividad y eso ha marcado el debate".
Con ello, apuntó que el foro fue como son "este tipo de instancias, bastante superficiales, con algunas ideas de fondo, muy pocas, algo sobre seguridad, áreas verdes y algunos planes de desarrollo. (Fue) muy general, muy en lógica de posicionarse cada uno de los nombres de los candidatos y diferenciarse".
¿Hubo ganadores?
En ese contexto, el académico de la Universidad Mayor, cree que este tipo de instancias "en general no sirven mucho a los indecisos, sino que más bien sirven a las personas que ya están decididas para que tomen argumentos a favor de sus candidatos o en contra del otro candidato y para que ellos puedan salir a convencer a los indecisos".
Con ello, Olivares sostuvo que por "la dinámica de este tipo de debates no hay un ganador claro, cada uno de los que participan tienen expectativas y pueden acercarse al cumplimiento de aquello o no. Yo creo que la expectativa de Francisco Orrego era verse como una persona más seria, por eso fue de corbata, trató de hacerse cargo de las críticas de su falta de trayectoria, de experiencia y en cierta medida lo logra, se hace cargo de eso. En el caso de Claudio Orrego es diferenciarse del estilo tan confrontacional que tiene su contendor, plantearse él mismo como un estadista y lo logra".
Callís coincidió en que "los programas políticos los ve gente que ya tiene la decisión súper tomada, esto no es un debate que fue a las 10 de la noche. Los programas políticos los ve gente absolutamente convencida (...) son el voto duro y lo que hacen es ver esos debates para confirmar que su opción es la mejor. Eso públicos recogen de esos debates argumentos para convencer a otras personas. Ahora lo que hace la comunicación política moderna es que se toman extractos y esos extractos en redes sociales sí pueden ser importantes para personas indecisas".
Según el director de tuinfluyes.com, "los debates se ganan en virtud de los objetivos que tenga cada candidato, claramente ninguno de los dos cometió errores que le van a costar la candidatura (...) es un debate dentro de un programa político y por tanto, el público que está ahí está convencido de sus acciones, no hay ningún voto en disputa, lo que sí es que hay materia prima para redes sociales y otras cosas. Los vi a los dos bastante seguros en sus posiciones, uno en base al cambio y el otro en base a la experiencia".
Al contrario, Morales manifestó que "la balanza se cargó hacia las polémicas, lamentablemente. Esto juega a favor del desafiante. Un incumbente prefiere hablar de gestión y resultados, mostrando a los electores sus capacidades para ejercer el cargo. El desafiante, en tanto, y en el ánimo de conquistar a los votantes indecisos, golpea al incumbente y lo arrincona, tratando de desnudar sus debilidades. Esto, en el marco del voto obligatorio, podría favorecer más al 'polemista' que al 'gestor', especialmente en el grupo de votantes indecisos".
Además, el académico de la Universidad de Talca opinó que "si bien la mayoría considera que el debate lo ganó Francisco Orrego, desde mi perspectiva 'hicieron tablas'. A veces parecía un diálogo de sordos entre las críticas de Francisco y los números relativos a gestión relevados por Claudio, lo que no permitió comparar los programas de gobierno de ambos candidatos".
En tanto, Fernández precisó que "si bien la atención en redes se centró en torno a polémicas sobre la gestión, campaña y estilo de las candidaturas, durante el debate se dio espacio a una conversación sobre propuestas y énfasis de las candidaturas. Quedó claro que la fuerza de la campaña de Francisco está centrada en la seguridad, mientras Claudio apostó a buscar rendir cuentas sobre su gestión y su capacidad de articulación. Por supuesto, la parte más llamativa son las interpelaciones directas entre candidatos, donde pareciese que Francisco logró hacer sentir más incómodo a Claudio a ratos".
Fernández insistió, al igual que otros expertos, en que "los debates solo tiene capacidad de influir en la decisión de voto de las personas a medida que los candidatos utilizan cuñas de sus intervenciones para viralizar. En ese sentido, ambas candidaturas tienen material para ganar momento en sus campañas en la recta final de la competencia. En términos generales, declarar un ganador es complejo puesto que si el objetivo del debate es persuadir a los votantes a apoyar a una determinada candidatura, el debate en sí mismo poco aportará a ello y será, entonces, la estrategia comunicacional posterior al evento lo que podría generar algún efecto".