La mañana del 23 de octubre 35 estudiantes del Internado Nacional Barros Arana (INBA) de entre 15 y 18 años que cursan de primero a cuarto medio, resultaron quemados luego de la explosión de bombas molotov y el posterior incendio de uno de los baños del recinto educativo.
Ese mismo día el Ministerio de Salud informó que 25 alumnos estaban hospitalizados (16 de ellos en estado de gravedad). El último informe oficial, entregado el 18 de noviembre, informaba que 13 permanecían en centros hospitalarios, ninguno de ellos en riesgo vital.
Tras la explosión, los alumnos fueron derivados a distintos centros asistenciales. Algunos
incluso en los autos particulares de los docentes, mientras llegaban las ambulancias del SAMU a socorrer a los heridos. Así lo revela un reportaje de La Segunda.
Más de 30 profesionales –entre médicos, kinesiólogos, enfermeras y técnicos– se hicieron cargo de los menores, haciendo aseos quirúrgicos en pabellón, intubando y reanimando. Al finalizar el día, algunos fueron derivados a centros de especializados en quemados.
Trece hospitalizados a un mes de la explosión
En conversación con Diario La Segunda, una de las abuelas de los afectados desde la entrada de la Unidad de Cuidados Intensivos de Quemados de la Mutual de Seguridad –uno de los centros especializados en esta materia en la capital–, asegura que “desde temprano estamos aquí, todos los días. Yo no los he podido ver... a ellos (los padres) en la tardecita les dejan verlo un poquito, pero a través de un vidrio porque está aislado”, comenta.
“Ha sido tremendo, porque si bien la vida sigue allá afuera, para los que estamos acá... la vida se quedó en pausa”.
Abuela de uno de los heridos
De los 35 heridos,
su nieto es quizás el más complicado médicamente: tiene más de la mitad de su cuerpo quemado y ha enfrentado cuadros de anemia, infecciones, injertos y una traqueotomía. “Ha sido tremendo, porque si bien la vida sigue allá afuera,
para los que estamos acá... la vida se quedó en pausa”, dice la abuela del menor.
Los llamados por donadores de sangre de él y otros estudiantes hospitalizados son frecuentes, y rápidamente aparecen voluntarios: en su mayoría son del colegio y familiares.
Las comunidades educativas del INBA y otros liceos emblemáticos también han manifestado su ayuda a través de la realización de velatones, tocatas y choripanadas para apoyar económicamente a las familias de las víctimas.
En total son cuatro los alumnos hospitalizados en la Mutual de Seguridad. Aunque desde el Minsal aseguran que ningún menor está en estado crítico, la abuela del joven asegura: “Mientras mi nieto no salga de la UCI, sigue en riesgo”.
Otros nueve alumnos permanecen hospitalizados en otros centros de referencia del área quemados: hay siete en la Posta Central y dos en la Clínica Indisa. Ninguno en estado crítico.
El uso de ventilación mecánica en quemados
Según especialistas, los pacientes quemados son los más complejos de atender. Esto, debido a la vulnerabilidad fisiológica por la pérdida de la piel que protege el cuerpo del entorno externo, además de mantener el equilibrio interno y la termorregulación del cuerpo.
“Un 1% del cuerpo quemado es como la superficie de la mano palmar completa, incluyendo los dedos. Si te quemas 5 veces eso, hay que ir al pabellón para un aseo quirúrgico o intervención”, explica a Diario La Segunda la doctora Pilar Troncoso, directora de Gestión Médica de Coaniquem.
Según Troncoso, la parte más compleja de tener grandes superficies quemadas es que “hay una respuesta de todo el cuerpo frente a esa pérdida de piel: pierdes fluidos, volumen, proteínas, sales... Se produce una reacción multisistémica y quedas expuesto a cualquier germen”.
Es por ello que se conecta a los pacientes a ventilación mecánica: “El problema es que uno intuba al paciente y lo conecta al ventilador mecánico, y aumenta la posibilidad de infección en la vía aérea. A veces la lesión se recupera y el paciente se complica por infecciones secundarias”, añade la doctora Troncoso.
Tras la superación de la etapa de mayor cuidado, viene la rehabilitación integral. Al menos 8 de los heridos tras la explosión en el INBA ya están en contacto con Coaniquem para iniciar esta etapa, ya que tiene convenio con la red pública para para recibir a estos pacientes.