Decapitado al interior de su celda en el Centro Penitenciario Biobío, en Concepción, fue encontrado ayer un recluso. Había sido asesinado por un compañero.
El hecho encendió el debate sobre el real control de los penales en Chile, a un día de que el ministro de Justicia,
Jaime Gajardo, dijera el domingo a El Mercurio que
"Gendarmería tiene el control efectivo de todas las cárceles del país".
La frase fue rebatida por la ex alcaldesa Evelyn Matthei, quien el lunes presentó un Programa Integral de Infraestructura Penitenciaria denominado "Plan Cárceles 2025-2030" que contempla más de 32 mil nuevas plazas, cinco nuevos recintos penitenciarios y la expulsión de 3 mil reos extranjeros.
"Me parecieron raras las declaraciones del ministro de Justicia, señalando que el Gobierno o el Estado tiene control de las cárceles, no es así. En las cárceles se siguen cometiendo delitos, se lidera (desde ahí) la comisión de delito y siguen sin estar bloqueados los celulares. Obviamente que tenemos diferencias de fondo", expresó Matthei.
Esto mientras en paralelo se conocían detalles del macabro crimen ocurrido en Concepción. Según los primeros antecedentes, el autor del homicidio tuvo en "enajenación mental" y lo habría realizado como parte de un "ritual satánico". "Este es un suceso bastante grave, pero además inédito en nuestra historia penitenciaria", reaccionó el titular de Justicia.
Consultado por si mantenía sus dichos tras lo sucedido, Gajardo expresó que "cuando uno dice la institución penitenciaria controla los establecimientos penales, lo hace también en relación con lo que ocurrió en otros países, donde el Estado ha tenido que ingresar a los establecimientos penales para retomar el control de los mismos. En otro país eso no ocurre. Gendarmería tiene el control total de todos los establecimientos penales a lo largo y ancho de nuestro país".
Sin embargo, el ministro indicó que a veces "ocurren situaciones como las que estamos viviendo y por lo mismo es tan relevante que inmediatamente tomemos acciones rápidas (...) investigar también si estos sucesos ocurren por alguna falla en nuestro protocolo, en nuestro sistema". Además, el secretario de Estado descartó que en dicho recinto exista sobrepoblación.
¿Qué opinan los expertos?
Al respecto, el académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, Daniel Soto Muñoz, planteó a Emol que "la efectividad del control de las cárceles en Chile por parte de las autoridades es un asunto que genera debate. A pesar de que Gendarmería sostiene que tiene el control total de los establecimientos penitenciarios, recientes incidentes de violencia, como el homicidio de un reo en la cárcel de Concepción, ponen de manifiesto deficiencias permanentes en los protocolos de seguridad y vigilancia".
Según Soto, "la insuficiente supervisión y la inadecuada clasificación de los internos, sugieren que el sistema presenta fallas estructurales, lo que plantea dudas sobre la capacidad real de las autoridades para mantener un entorno seguro para todos los reclusos".
Con ello, el también doctor en Ciencias Sociales y consultor internacional en derechos humanos y seguridad, recordó que "las obligaciones del Estado chileno respecto a las condiciones de detención están claramente definidas en diversos instrumentos internacionales de derechos humanos, que disponen la protección de la vida e integridad de todas las personas bajo custodia estatal. Específicamente, el Estado debe implementar medidas efectivas para prevenir la violencia y garantizar la seguridad en los centros penitenciarios. La omisión de estas responsabilidades, así como el trato inadecuado a los internos con problemas de salud mental, revela un incumplimiento de las obligaciones estatales".
A su juicio, "la posición del Ministro de Justicia, que no reconoce las responsabilidades estatales, ni institucionales derivadas de tales incidentes, agrava la percepción de impunidad en el sistema penitenciario. Esta elusión de responsabilidades impide una evaluación crítica de las falencias existentes y desconoce la necesidad urgente de reformas. Para lograr un control efectivo en las cárceles de Chile, es esencial que las autoridades reconozcan estas deficiencias, asuman su responsabilidad y adopten medidas concretas que refuercen tanto la seguridad como el respeto a los derechos humanos de los internos".
Por su parte, Sydney Houston, consultor de seguridad y prevención del delito, manifestó a este medio que si bien "para una persona normal entrar a una cárcel es motivo de temor, de ser violado y de ser asesinado, pero para los delincuentes permanentes la cárcel pasa a ser una zona de confort, porque llegan donde sus amigos, sus redes de apoyo, vemos cárceles que tienen piscina (...) cuando el delincuente se siente cómodo en una cárcel, inmediatamente queda de manifiesto que las cárceles no están controladas por el Estado".
Y agregó que "mientras los líderes del narcotráfico, del crimen organizado que llegan a Chile, se sienten con esta sensación de impunidad, evidentemente no están controlados por el Estado".
"El control pasa obviamente, porque la cárcel para aquellos que no se quieren reformar, tiene que ser un lugar realmente de aislamiento, pero en este caso no pasa. Cuando vemos que los mismos presos chilenos se sienten intimidados por bandas extranjeras dentro de la cárcel, que son coimeados, que le piden plata para su tranquilidad y seguridad, vemos que las cárceles no están controladas por el Estado. Lo que pasa es que si comparamos a nivel latinoamericano, estamos en mejor pie. pero vemos los fenómenos de Venezuela o Ecuador donde el Tren de Aragua nace en una cárcel", sostuvo Houston.
Para Houston, "llama la atención, a ojos de expertos, que Gendarmería no esté en el nuevo Ministerio de Seguridad. Por qué tiene que estar en Justicia, si Justicia puede estar sin Gendarmería, pero al Ministerio de Seguridad sin Gendarmería le falta mucho".
En ese contexto, el experto aseguró que lo que falta, "son cárceles de alta seguridad. Tiene que haber una cárcel de alta seguridad en el norte para el narcotráfico, en el centro de Chile para el crimen organizado y otra en el sur chileno para el tema de terrorismo". En esa línea, Houston insistió en que "la cárcel en Chile es un lugar de confort para el delincuente y mientras ese paradigma no cambie, esta situación no va cambiar. Por tanto, no comparto los comentarios del ministro de Justicia".
En tanto, Christian Alveal, ex director Gendarmería y miembro del equipo que trabajó en la propuesta de Matthei, comentó durante la actividad ayer que "el control que pretenden los criminales de las cárceles es no sólo para hacerse del mercado cautivo que tienen las cárceles, si no además para transformar los penales en centro de operaciones criminales como lamentablemente ha ocurrido en la región. Prueba de ello tenemos el PCC, Primer Comando Capital, que nace en la década de los 90 al interior de la cárcel de Brasil y hoy es la organización criminal más peligrosa de Latinoamérica".