"Hoy los gobierna prácticamente un comunista que los está por hundir" y Chile "perdió la batalla cultural". Las frases son de Luis Caputo, ministro de Economía de Argentina, a un medio de ese país, y que durante la tarde de ayer motivaron el envío de una nota de protesta desde la Cancillería chilena.
Se trata de otra de las muestras de la fría relación que hay entre ambos gobiernos, y que en este primer año de la llegada de Javier Milei al poder, no despega: al contrario, parece estar en su punto más bajo.
Y es que las señales de pragmatismo que intentó dar el Presidente Gabriel Boric cuando llegó a la toma de mando de Milei en la Casa Rosada, en diciembre del año pasado, no dieron pie para que se afianzara una relación, pese a las evidentes y amplias diferencias ideológicas entre ambos presidentes.
En rigor, no hay relación, pero sí han existido episodios, incómodos o casi provocativos, de algunos personeros del gobierno trasandino. Y es que lo de Caputo no es inédito.
En abril de este año, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, también dio paso a que el Gobierno enviara una nota de protesta a ese país, luego que apuntara a la presencia del grupo terrorista Hezbollah en Chile.
El Presidente Gabriel Boric salió a "
exigir respeto" para Chile y llamó a Bullrich a que "no entregue antecedentes así al tun tún y a la rápida sin probar absolutamente nada". Poco después, la ministra del Interior, Carolina Tohá -quien también desmintió a Bullrich-, salió a señalar que su símil argentina la había llamado por teléfono para excusarse de sus dichos.
Además, quedaron en "profundizar conversaciones", para fortalecer la colaboración entre ambos países para enfrentar la seguridad y crimen organizado, aunque desde entonces, no se han conocido estrategias conjuntas.
En mayo de este año, Milei conversó con El Mercurio, donde pese al impasse de abril, dio ciertas señales de pragmatismo. "Cuando ganamos las elecciones, el Presidente Boric me llamó y aun reconociendo nuestras discrepancias ideológicas, ambos señalamos que lo más importante era el bienestar de los habitantes de nuestros países. Esto no es menor. (...) Y esto está por encima de las preferencias que uno pueda tener en términos ideológicos".
Viaje exprés a Chile
En agosto, el presidente Javier Milei realizó un viaje exprés a Chile, en el marco de un evento donde se conmemoraron los 27 años de la creación del gasoducto binacional GasAndes. Eso sí, la embajada argentina había remitido una carta a Cancillería, explicitando que el Mandatario venía a Chile con una agenda privada.
Eso sí, En el segundo párrafo de esa misiva y en no más de dos líneas, se indicaba que de haber voluntad para una bilateral, Milei tenía disponibilidad en cierto bloque horario, para recibir a Boric el Hotel Mandarín Oriental. Pero el Ejecutivo desestimó el encuentro, en cuanto se consideró que una semana no es un tiempo prudente para organizar una reunión de este tipo.
Durante el evento, Milei hizo énfasis en la gestión económica de Chile, y afirmó que el país "ha sido un gran ejemplo de lo que hay que hacer para sostener el desarrollo económico en el tiempo", y alabó las "sanas económicas entre lo público y privado".
"Retroceso monumental de la economía chilena"
Los halagos de agosto quedaron rápidamente en el olvido en noviembre, luego que Javier Milei señalara, en medio de un discurso en la Fundación Faro, que la economía de Chile atraviesa un período de contracción, incidida por las políticas adoptadas por las administraciones que él denominó como progresistas.
"Los argentinos lo hemos vivido en carne propia. Habiendo tenido un modelo de país que nos convirtió en la primera potencia mundial, pero que fue abandonado importar el corporativismo europeo de principios del siglo XX. Lo mismo ha ocurrido en Chile, que en los últimos 40 años ha sido protagonista de una de las historias de progreso más impresionante de la región, y sin embargo
se ha visto envuelto en un proceso de retroceso monumental en los últimos años", comenzó señalando el mandatario trasandino durante su alocución.
Para sustentar su afirmación,
Milei citó a Axel Kaiser y atribuyó a la "pérdida de la batalla cultural" el avance de la centroizquierda tanto en Chile como en el resto de los países de la región.
Kaiser también fue mencionado ayer, y en los mismos términos, por el ministro Luis Caputo, quien volvió a ser destacado como un "ejemplo" de quien lidera "fuertemente" la batalla cultural.
Relaciones entre cancillerías
Las relaciones entre Chile y Argentina se han centrado principalmente entre las cancillerías, y hasta cierto punto, fluían con mejor gracia que la de los mandatarios, especialmente entre Diana Mondino y Alberto Van Klaveren.
En agosto, cuando una posible reunión entre Milei y Boric era una expectativa que no se concretó, la entonces canciller argentina dijo a El Mercurio que el encuentro no ocurrió porque "hay un tema de agenda bastante obvio, porque el presidente (Milei) llegaba bastante tarde y el Presidente Boric no estaba en Santiago. Ojalá se hubiera podido lograr, pero ya vamos a tener otra oportunidad".
Por su parte, el canciller Van Klaveren dijo que el Presidente Boric "lamentablemente" tenía una agenda muy llena hoy, aunque precisó que "no hay que dramatizarlo, el valor de esta reunión es celebrar el valor de la relación energética de ambos países".
Mondino salió del cargo en octubre, después de que ese país votara en la ONU a favor del levantamiento del embargo contra Cuba. Su baja del gabinete de Milei se resintió en la Cancillería, porque Mondino se mostró muchas veces más moderada de lo esperado con Chile, y de cierta forma, significó un corte de los contactos políticos, que ya eran escasos.