La beca indígena es un beneficio monetario destinado a estudiantes de la educación básica, media y superior con ascendencia indígena acreditada por la CONADI.
Mario Quilodrán, El Mercurio.
Durante el seminario "Beca Indígena: Una política exitosa de reducción de la desigualdad étnica en Chile", organizado por la Pontificia Universidad Católica de Chile, expertos y autoridades
reconocieron los resultados positivos de este beneficio gestionado por la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb).
Según el estudio, la beca destinada a niños, niñas y jóvenes con ascendencia indígena ha generado un aumento promedio del 22% en los ingresos laborales de los beneficiarios nacidos entre 1992 y 2000, consolidándose como un motor de movilidad social. Asimismo, se reportó un incremento del 10% en la inserción laboral, con una mayor representación en sectores técnicos y profesionales, junto con subrayar una reducción de las brechas educativas al notar mejoras en los resultados Simce, particularmente en las áreas de Lenguaje y matemáticas.
Camila Rubio, directora nacional de Junaeb, destacó el esfuerzo de la institución por aumentar la cobertura de la beca. En 2024, el presupuesto fue incrementado en $700 millones, y para 2025 se inyectarán $2.011 millones adicionales, alcanzando un total de $29.192 millones. Este aumento permitirá beneficiar a 2.333 nuevos estudiantes, fortaleciendo el impacto de este programa.
Además, Rubio recordó que “hasta el 31 de enero mantenemos abiertas las postulaciones a través de nuestro Portal Unificado de Becas, facilitando el acceso a beneficios que son clave para reducir la desigualdad y garantizar oportunidades de movilidad social”, señaló Rubio.
Por su parte, Patrick McEwan, académico de Estudios Latinoamericanos
y Economía de Wellesley College, resaltó que la implementación consistente de la Beca Indígena ha permitido analizar su impacto a largo plazo, convirtiéndola en una política "exitosa" y "única en América Latina".
Según McEwan, esta iniciativa representa "un ejemplo de cómo las políticas
públicas pueden reducir la desigualdad y promover el desarrollo humano, con resultados
medibles en múltiples dimensiones, por medio de transferencias directas y renovables
durante varios años a población indígena, aumentando los aprendizajes, especialmente
debido a los incentivos de la nota promedio mínima”,