Los alrededores de la estación Puente Cal y Canto, de la Línea 2 del Metro, se han transformado en un punto crítico de inseguridad para la comuna, según reclaman vecinos y advierten autoridades. La instalación de cocinerías ilegales, incivilidades y delincuencia han complicado el libre tránsito y la seguridad de los pasajeros, algo que preocupa considerando que la estación del centro de Santiago alcanza una afluencia diaria promedio de casi 66 mil pasajeros. Esto forzó a Metro y a la Municipalidad de Santiago a evaluar el cierre de uno de los accesos de la estación insigne de la línea amarilla.