La Universidad de Playa Ancha (UPLA) enfrenta un escenario financiero desafiante que ha llevado a sus autoridades a implementar un
plan de reducción de gastos, pidiendo asesoría de la Superintendencia de Educación Superior.
Entre las principales preocupaciones está una deuda de más de $2.000 millones por parte de Fonasa, sumada a la baja en la matrícula de algunas carreras y retrasos en la entrega de fondos estatales.
El rector Carlos González explicó a El Mercurio Valparaíso que, si bien la universidad mantiene sus cuentas al día, se han visto en la necesidad de reorganizar los gastos.
"No hemos dejado de pagar, tenemos nuestras cuentas al día, todo eso está funcionando bien. Entonces, lo que hemos hecho como
Rectoría, estando atentos a todos estos elementos, es hacer un plan de modernización que nos permita justamente reorientar y reorganizarnos de manera tal que no suframos ninguna dificultad y que podamos seguir desarrollando nuestra actividad académica como corresponde", detalló.
En esa línea, agregó que "tenemos la responsabilidad de hacer esas docencias con menos estudiantes y hacer sustentables esas carreras, y en vista de eso, entonces, nosotros nos comunicamos con la Superintendencia de Educación Superior porque queremos hacer un plan, lo estamos definiendo y queremos su acompañamiento, justamente para no cometer errores y faltar a los principios que nos inspiran como universidades del Estado. Así que no es que estemos en una crisis económica, pero sí hay factores que de alguna manera hacen que nuestras economías se ralenticen".
Uno de los principales factores tras el escenario adverso que enfrenta la institución, recae en la deuda de $2.000 millones que mantiene Fonasa con la universidad, derivada de los pagos por licencias médicas de funcionarios que no habrían sido reembolsados en un tiempo razonable.
"Eso claro que lesiona las actividades que nosotros tenemos que hacer y tenemos que posponerlas, demorarlas. Entonces, cuando estamos hablando de una optimización estamos pensando en estas cuestiones, en ser más eficientes en la exigencia de esos recursos, que son recursos nuestros y que las instituciones públicas no nos entregan oportunamente", subrayó González.
"Eso claro que lesiona las actividades que nosotros tenemos que hacer y tenemos que posponerlas, demorarlas"
Carlos González, rector de UPLA, por deuda de Fonasa con la universidad
En cuanto a un despido de personal, desde UPLA aseguran que "no hay ninguna posibilidad de aquello" y que incluso se encuentran trabajando en una serie de proyectos que podrían implicar la incorporación de nuevos profesionales, ahondando en el hecho de que es la institución la que hará el plan de modernización, sino, "tendríamos a la Superintendencia adentro", advirtieron.
Sin embargo, el rector reconoció que ha pedido a los funcionarios "optimizar, porque yo no quiero que sigan subiendo los gastos, de repente están todas las luces prendidas, están las llaves con el agua corriendo y eso sube los costos, ha subido hoy día la energía; entonces, lo que le he pedido es que seamos cuidadosos".
Estos problemas financieros se suman a los de otras universidades públicas en Chile como la Universidad de la Frontera (UFRO) y la Universidad de Aysén.
Ciper reveló este año que UFRO hizo un mal manejo de los recursos provenientes del Fondo Solidario de Crédito Universitario, además de la contratación de deudas millonarias sin cumplir con los requisitos legales y el uso inapropiado del Aporte Institucional de Universidades Estatales, resultando en la desvinculación de 298 funcionarios y la renuncia del rector.
Por otro lado, la Universidad de Aysén registró un déficit de $415 millones a diciembre 2021, lo que llevó a la Superintendencia de Educación Superior (SES) a iniciar una investigación en julio de 2023 por problemas de gestión financiera y administrativa.