El jueves pasado hacía mucho calor en Santiago. Durante la tarde los termómetros volvieron a superar los treinta grados de temperatura y el departamento de la exministra Carolina Tohá, ubicado cerca del parque forestal y decorado con cuidadoso buen gusto, no escapaba a este término álgido del verano. Tampoco la agenda de la actual precandidata presidencial. Han sido días intensos. Pero reconoce que involucrarse en esto "ha sido natural y que la tiene contenta". "Hemos cambiado un frenesí por otro", dice. Salvo que "me he dado tiempo para limpiar los vidrios del departamento que hace dos años esperaban un buen aseo". Se le nota tranquila y muy segura. Hija del ministro de Interior de Allende, José Tohá; exdirigenta de la Fech, rostro del NO, exdiputada, exalcaldesa de Santiago y exministra de Bachelet y Boric, tiene oficio en estas lides y es consciente de los riesgos que se corren. Lo que sí, se nota algo de nostalgia por haber dejado el gobierno. Trabó lazos con los otros ministros, sus equipos y el Presidente. "La decisión de mi salida se tomó la semana anterior, pero la conversación estaba abierta desde mucho antes", reconoce.