Como un "liderazgo popular" entre candidatos "acomodados" se ha perfilado la abanderada presidencial del Partido Comunista, Jeannette Jara.
El carácter de su candidatura, que la exministra de Trabajo manifestó en su primer acto de campaña, sosteniendo que viene del "Chile real", y bregando por liderazgos "desde abajo", fue profundizada por ella este miércoles, en que se sindicó como un "liderazgo popular".
"Hay muy buenas intenciones también en quienes pueden estar en los sectores socioeconómicos más acomodados, pero la verdad es que quienes venimos de otra realidad, tenemos una conexión con lo que ocurre, que no tiene que ver con lo que nos cuentan o lo que leemos en libros, sino que con lo que se ha vivenciado, y eso contribuye mucho a la formulación de políticas públicas de una manera más acertada", dijo ayer en Radio Futuro.
Su planteamiento molestó a algunos de los competidores de la primaria, como al candidato de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS), Jaime Mulet. "Llama la atención que la exministra Jara intente apropiarse del discurso de los 'sectores populares' como si se tratara de una membresía exclusiva, entregada por algún comité de autenticidad clasista. Más curioso aún es que lo haga descalificando a otros candidatos como 'pituquitos', como si el mérito, la trayectoria o el origen fueran atributos que solo ella puede exhibir", dijo a Emol.
Junto con defender que "yo vengo de una familia de clase media trabajadora y además de provincia", reparó que "el clasismo, incluso disfrazado de discurso de inclusión, sigue siendo clasismo".
Este miércoles, en conversación con EmolTV, el candidato del Partido Liberal, Vlado Mirosevic, instó a tener "ojo con apropiarse la representación absoluta del pueblo, eso no ha terminado bien de ninguna parte".
"No creo que uno pueda arrogarse, nadie, la representación absoluta de un sector, no lo creo. Sinceramente creo que hay que ser un poco más humilde respecto de eso", sostuvo.
Pero al margen del debate oficialista, analistas aquilatan el recurso enarbolado por Jara y las posibilidades de que apuntale su candidatura para permitirle imponerse en la primaria.
La cientista política, Javiera Arce, consideró que "salvo por lo de Cuba y la democracia diferente, que en ningún índice de democracia esto puede caber,
me parece que ella es un diálogo muy interesante".
"Ella tiene un background que te puede dar. Estuvo allegada en la casa de sus abuelos, es una mujer súper trabajadora, fue a la universidad, fue dirigente, después estudió dos carreras, ha trabajado en el sector público, nadie puede dudar de sus méritos, como ministra fue estupenda
, pero además demuestra su origen popular en una política además que está cargada de elitismo", sostuvo.
Y acotó que "Chile es súper elitista, es súper clasista además", por tanto, "hacer un análisis desde esa perspectiva puede tener réditos bien interesantes, sobre todo hacer una identificación de clase con quienes están cansados de que personas que, por el hecho de tener una posición socioeconómica más alta, más allá de las candidaturas, diría incluso en el gobierno, tienen como el derecho a estar ahí, versus ella que trabajó y medio se merece también estar ahí".
Dicho eso, afirmó que el de Jara "es un relato súper interesante que puede generar interés también en la población, un interés súper genuino, un interés además en la gente que se siente postergada, entonces claramente puede haber una identificación muy fuerte hacia ella, sobre todo en las clases más bajas y las clases medias".
Otro fue el planteamiento del investigador asociado a Faro UDD, Rodrigo Pérez de Arce. "Evidentemente Jeannette Jara tomó como bandera de su candidatura el hecho de tener un origen social diferente como una estrategia para diferenciarse en una primaria, en la cual hay una oferta bastante amplia. No solo está ella, Tohá y Winter, sino también Paulina Vodanovich, Jaime Mulet y Vlado Mirosevic e incluso puede ser que tenga Marco Enríquez-Ominami".
"Mi impresión es que junto con tratar de diferenciarse del resto de los candidatos, lo que busca hacer es hacerse una figura más empatizable, o con la cual sea más fácil empatizar, tratar de parecerse más a los potenciales votantes de esa primaria", consideró, y agregó que "probablemente de manera de desplazar el eje desde las pésimas declaraciones respecto a Venezuela y Cuba de hace algunos días, a ver quién tiene más o menos credenciales de orígenes populares".
Si bien indicó que "puede ser interesante", reparó que "es una estrategia que tiene un alcance relativamente corto. No sé si alcanza, no sé si da para mucho más, porque creo que particularmente en la izquierda va a ser una discusión mucho más programática esta primaria, porque van a estar todas las identidades del sector representadas en los debates y en la parlamentaria".
Por lo demás, consideró que "hay un error en pensar que la única manera correcta de representar a alguien se tiene que ser igual o parecido a ese alguien".
A su vez, el académico de la Universidad de Talca, Mario Herrera, sostuvo que "la primaria oficialista se gana bajo dos claves: hablarle al votante moderado de centro izquierda, pero teniendo siempre algunos guiños al votante adherente de partidos. El sello de Jara incorpora dos elementos centrales para su campaña".
"Primero, tiene el elemento popular que simbólicamente es importante para el votante de izquierda. Es un concepto que tradicionalmente se asocia con el PC y, por ende, es un guiño a los adherentes al partido. Segundo, es una idea que marca diferencias efectivamente, en comparación con el resto de las candidaturas del oficialismo", explicó.
Ahondando en lo último, Herrera apuntó que "la única candidatura que proviene de las bases partidarias es la de Jara. Es, además, el único apellido común del sector. Por tanto, la idea de liderazgo popular marca diferencia con su sector y además obliga a un debate desde su trinchera".