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¿Incentivos económicos ante baja natalidad?: Expertas advierten "efecto limitado" y llaman a "construir estrategia" ajustada a Chile

La propuesta del candidato José Antonio Kast reabrió el debate en torno a las fórmulas para enfrentar esta realidad que afecta al país. No obstante, varias voces subrayan que las medidas deben ser "multifactoriales".

24 de Abril de 2025 | 18:35 | Por Daniela Toro, Emol.
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Chile es el país con la menor tasa global de fecundidad de Latinoamérica.

El Mercurio
El debate por la baja natalidad en Chile -aunque es una tendencia de hace años- tomó fuerza en marzo, luego que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), publicara su boletín demográfico donde daba cuenta de una caída histórica en los nacimientos.

Luego, con los primeros resultados del Censo de Población y Vivienda 2024, se volvió a constatar que Chile está envejeciendo, y que además, es el país con la menor tasa global de fecundidad de Latinoamérica.

En estos últimos días, el tema fue recogido por el candidato presidencial del Partido Republicano, José Antonio Kast, quien ayer propuso crear el "Plan Chile renace", que entre otras medidas, busca impulsar la natalidad a través de la entrega de un bono de $1 millón para la madre, y otro bono de $1 millón, para el ahorro del hijo. El costo de esta "asignación universal por hijo nacido", llegaría a los US$380 millones.

Además, se plantea que analizarán la viabilidad de establecer exenciones del impuesto a la renta para aliviar la carga económica de las familias y promover la natalidad, entre otras medidas.

No obstante, rápidamente surgieron reparos. La senadora RN, Paulina Núñez, tildó de "machista y populista" la iniciativa de Kast, y llamó a abordar estos temas con mayor empatía. Entre algunas iniciativas que podrían ayudar, a su juicio, está "corresponsabilidad social en poder flexibilizar las jornadas y, por lo tanto, en poder dejar a las madres que teletrabajen de mayor manera. O incentivarlas para que tengan un trabajo formal, pudiendo hacer uso de sus derechos laborales sin que esto termine siendo un favor del empleador", además de la sala cuna universal.

Desde el Gobierno también hubo reparos, en voz de la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, quien dijo a Radio Duna que "la verdad, es que lo que nos muestra la experiencia en todos los países es que se requiere una combinación. Porque, en primer lugar, el impacto en la vida económica de las familias de un hijo es harto más que eso".

Un problema mundial


De todas formas, la baja natalidad que existe en Chile no es exclusiva de esta zona. Y varios países han empezado a tomar medidas -más o menos cuestionadas-, en torno a los incentivos para que más mujeres decidan tener hijos.

Según recoge El Mercurio, la administración de Donald Trump anunció hace pocos días que evaluaba implementar "un bono para bebés" de US$5.000 para promover la natalidad, además de contemplar que el 30% de las becas Fulbright sea para solicitantes casados o con hijos.

China, por su parte, dijo hace un mes que implementará nuevas políticas y subsidios para promover los nacimientos, que incluyen la posibilidad de ampliar coberturas para técnicas de reproducción asistida, permisos de paternidad más largos, reducir a 18 años la edad legal del matrimonio (actualmente es de 22 años para hombres y 20 para las mujeres), y eliminar restricciones en torno al número de hijos.

En Israel, por ejemplo, se financia la fertilización in vitro de mujeres menores de 45 años.

Incentivos económicos: "efecto limitado"


¿Qué impacto real tienen los incentivos económicos para apuntar a un aumento en la natalidad? Para Emilia García, directora de estudios de IdeaPaís, "valorar la maternidad y la paternidad como bienes sociales, y que el tema de la natalidad comience a estar en la agenda pública es un avance relevante, sobre todo en año electoral".

"La evidencia internacional muestra que las transferencias monetarias directas, como los bonos por hijo, tienen un efecto limitado y transitorio en las tasas de natalidad. Si bien en el corto plazo pueden generar un aumento marginal en los nacimientos, en el mediano plazo las cifras tienden a estabilizarse o volver a caer".

Emilia García, directora de estudios IdeaPaís
"Sin embargo, la evidencia internacional muestra que las transferencias monetarias directas, como los bonos por hijo, tienen un efecto limitado y transitorio en las tasas de natalidad. Si bien en el corto plazo pueden generar un aumento marginal en los nacimientos, en el mediano plazo las cifras tienden a estabilizarse o volver a caer", subraya.

Esto se debe a que el fenómeno responde a causas más profundas —económicas, culturales y demográficas— que no se resuelven exclusivamente con incentivos económicos. "Por eso, si bien medidas económicas pueden ser parte de la respuesta, enfrentar esta crisis exige una estrategia integral que combine políticas sociales robustas con una reflexión cultural sobre el valor de la maternidad, la paternidad y la familia", comenta.

En la misma línea, Sofía Salas, docente investigadora en Bioética de la Universidad del Desarrollo, comenta que "la transferencia de 1 millón de pesos a la mujer que ha dado a luz puede parecer 'atractiva' para mujeres vulnerables, de muy bajo nivel socioeconómico (influyendo de manera desmedida en su decisión de tener hijos y, por lo tanto, en su autonomía), pero no aborda de manera integral las actuales barreras para tener hijos (o para tener más de un hijo)".

Por eso, "la forma de intentar revertir esta crisis debe ser planteada como incentivos a largo plazo, sostenibles en el tiempo", subraya.

Cómo avanzar en Chile


Con todo, las expertas destacan que son pocos los países que han logrado revertir la baja en la natalidad pese a las medidas que, afirman, deben ser "multifactoriales", por lo que cualquier propuesta que aborde sólo un aspecto, "es limitada".

En ese sentido, García comenta que "la situación chilena tiene particularidades que no la hacen asimilable a otro país y que dificulta la implementación de una agenda económica y material robusta en esta materia".

"Más que replicar modelos, Chile debe construir una estrategia propia, gradual, que combine medidas culturales, fiscales y de bienestar familiar, sin caer en soluciones de corto plazo que no enfrentan la raíz del problema".

"Hoy enfrentamos un déficit fiscal importante que limita seriamente la capacidad del Estado para sostener políticas pronatalidad de alto costo. Medidas como la sala cuna universal o el bono por hijo requieren financiamiento permanente y significativo. Por eso, más que replicar modelos, Chile debe construir una estrategia propia, gradual, que combine medidas culturales, fiscales y de bienestar familiar, sin caer en soluciones de corto plazo que no enfrentan la raíz del problema", añade.

Por su parte, Salas propone que otras medidas que se podrían barajar pueden ser "incentivos tributarios, pero estos solo serían utilizables por un subsegmento de la población que paga impuestos; carga compartida entre padres y madres al momento del cuidado de los hijos pequeños, que no sea sólo un costo para el empleo femenino; mejora en acceso a vivienda (subsidio de arriendo, por ejemplo)".

A ello, suma "mejor y mayor cobertura de salas cunas, disponibles para todos, independiente del tamaño de la empresa o del número de mujeres contratadas; y financiamiento de programas de medicina reproductiva para las personas que los requieren para poder tener hijos".

"A fin de cuentas, si bien lo económico puede jugar un rol en la falta de hijos, más relevante parecieran ser los factores culturales", cerró.