La remoción de Patricio Cooper del Caso ProCultura fue comentario inevitable en los chats internos de los fiscales del Ministerio Público. Cercanos al persecutor lamentaban que la decisión se adoptara en medio del proceso que enfrenta en la Corte Suprema, impulsado por congresistas del oficialismo, quienes cuestionan las acciones que Cooper realizó en la investigación a la diputada Karol Cariola (PC), que también dirige. Creen que es una forma de "quitarle el piso".
También en la fiscalía hay quienes piensan que la determinación de Valencia no hace más que confirmar el "criterio" que ya venía aplicando desde hace meses y que se relaciona con responder ante cuestionamientos de los tribunales. No están de acuerdo, de esta manera, con las críticas a que la fiscalía estaría "cediendo" ante presiones.
En tanto, intervinientes en el caso, como el querellante de diputados del Partido Republicano, el abogado Sergio Rodríguez, criticó la decisión del Fiscal Nacional.
"Luego que a dos fiscales regionales les han sacado esta investigación, no queda sino plantearse al menos la duda de que algo extraño ocurre con la causa ProCultura. El problema más parece ser del superior, que cambia al persecutor de acuerdo a cómo sopla el viento. Para las instituciones, en esta lucha entre política e investigación, es extremadamente necesario un Ministerio Público fuerte, con carácter, que no sobrerreaccione y que, respetando la legalidad, no les quite el piso a sus funcionarios", señaló.
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