SANTIAGO.- Niños y preadolescentes en distintos rincones del planeta están sumergidos en una creciente tendencia en el mundo de los videojuegos: ya no sólo se sientan en sus casas a intentar pasar niveles y avanzar en sus historias, sino también se dan el tiempo de ver videos de otros jugadores, youtubers generalmente con un poco más de experiencia que muestran sus habilidades en algún título determinado.
El principal género que abarca este tipo de prácticas es el de los juegos de estrategia, aunque no es exclusivo. ¿Las razones para sentarse a ver a otros jugar? Según los expertos pueden ser muchas: buscar mejores técnicas para superar algún nivel o etapa en el juego, mirar un nuevo tipo de entretenimiento e incluso generar comunidad con sus iguales.
Si bien no es recomendable que los niños y preadolescentes se sienten durante horas a jugar frente a una pantalla, o en su defecto ver a otros jugar a través de videos compartidos en YouTube, con un horario controlado puede ser una buena práctica que les ayude a su desarrollo personal.
El psicólogo de Clínica de Atención Psicológica de la Universidad de Chile (CAPs) Pedro Olivos, conversó con Emol para detallar los beneficios y problemas que esta tendencia puede generar en los jóvenes. "Ellos sociabilizan a través de estos juegos y es con estos compañeros de chat que muchas veces comparten sus angustias y problemas que no quieres socializar con los adultos", detalla el experto, ya que los niños se encuentran en una comunidad con personas que identifican como sus iguales.
Estímulos y consecuencias
Muchos son los títulos que tienen videos de "gameplay" -también conocidos como "Let's Play" ("juguemos")- y entre ellos destaca "Minecraft", que no sólo es una de las franquicias con más contenido en YouTube, sino también cuenta con una amplia audiencia de jugadores que se dedican a ver una y otra vez estos videos, que relatan desde estrategias para construir más y mejores "mundos", hasta historias que crean los propios youtubers.
Las consecuencias que pueden aparecer tras un permanente consumo de este tipo de contenidos aún se encuentra en estudio debido a que se trata de un fenómeno relativamente nuevo, pero Olivos destaca que "cada actividad que realizamos se asocia a determinados funcionamientos biológicos y, en este sentido, el hecho de estar frente a un juego de video no colabora con actividades más reflexivas e intelectuales, porque estimula rápidamente los centros cerebrales, lo que puede propender a mayor impulsividad, sobre todo si es algo constante en el tiempo".
Un problema que se ha estudiado en los jóvenes que dedican muchas horas a los videojuegos, es la intolerancia a la frustración, ya que a través del cumplimiento de objetivos, obtienen recompensas de manera fácil o sin mayor esfuerzo por parte de ellos, más que la combinación de algunas habilidades en la plataforma. "Hay una pérdida de esfuerzo y de adaptación a la realidad, en el sentido de que la realidad demanda mayor constancia para enfrentar situaciones diarias, mientras que con los videojuegos uno se abstrae o se aísla de aquello", señala el psicólogo.
Los nuevos líderes pop
En medio de todos estos videos que están disponibles en internet, algunos youtubers se destacan por su gran cantidad de seguidores, instancia en que también los niños comienzan a crear comunidad con personas que identifican como sus iguales. "Otro factor es el momento evolutivo y el desarrollo en que se encuentran los niños, en esta sociedad en que las figuras de proyección quedan más lejanas, los niños toman de referente a todos estos youtubers o a estos jugadores", explica el psicólogo. "Ellos son los nuevos ídolos pop", puntualiza.
Existen comunidades en videojuegos como "League of Legends" (LoL), que "es un juego con campeonatos a nivel mundial, donde hay equipos de distintos países. Hay una comunidad de deportes digitales y ahora muchos niños quieren ser jugadores de LoL. Se genera esa pertenencia y esas ganas de ser parte de aquello", comenta el especialista, quien añade que "en estas instancias también se está apelando a un tema más biológico: cuando uno ve un video, se siente jugando también".
Así es como "estos youtubers se transforman en referentes para niños de 9 u 11 años que se identifican con estos personajes porque los ven populares y quisieran ser como ellos", explica el psicólogo. Es en este momento que se debe tomar atención, porque "hay momentos en que los niños se aíslan con estos ídolos y estas comunidades cada vez más cerradas y puede terminar siendo negativo, porque al final son pocos los que logran ser populares en la comunidad o campeones en estos torneos".
"Es como sentarse a ver fútbol"
Para las nuevas generaciones, los videojuegos -y los videos que se relacionan con ellos- tienen la misma relevancia y sensación que para generaciones anteriores tiene jugar (o ver) un partido de fútbol o algún otro deporte, según han observado estudios. Su masividad ha significado que cadenas deportivas de televisión como ESPN hayan creado filiales para transmitir competencias de los denominados e-sports.
"Actualmente los niños ven los deportes tradicionales y sus videojuegos como similares de una actividad que realizan entre amigos", comenta Olivos y añade que esto, en la medida que es ilimitado y sin ningún control por parte de los adultos, "es cuando puede generar efectos negativos". Sin embargo, cuando se trata de situaciones controladas, puede ser parte de una etapa de desarrollo de los jóvenes.
"Mientras exista una negociación con los papás, y sean ellos quienes mantienen el control de la situación, yo creo que no hay riesgo y creo también que se pueden potenciar los aspectos positivos", concluye.
