SANTIAGO.- La conducción autónoma es una de las tecnologías que se ha tomado por completo la industria en los últimos años, con los desarrollo de casi todas las compañías líderes enfocadas en la creación de softwares y vehículos que permitan olvidarse de conducir en el futuro, las dudas sobre la viabilidad de esta opción comienzan a tomar mayor fuerza.
Probablemente quien está más avanzado en esta carrera es Elon Musk, con su empresa Tesla, que ya tiene cientos de vehículos en diversos países funcionando con Autopilot, su programa que aún requiere la asistencia de una persona detrás del volante para tomar el control en caso de ser necesario.
La realidad en Chile es aún algo en desarrollo. En 2015, el entonces subsecretario de Transportes, Cristián Bowen, viajó hasta California, Estados Unidos, para reunirse con ejecutivos de esta industria con planes de comenzar las pruebas de esta tecnología en Chile, oportunidad en que detalló que "es necesario tomarle el peso a estas innovaciones, yo preferiría que fuese más temprano que tarde".
Por su parte, el docente investigador de la Facultad de Ingeniería UDD, Álvaro González, en conversación con Emol asegura que "en el corto plazo, cinco años por decir un número, veo difícil [la llegada de estos vehículos] porque para que circulen, tienen que pasar algunas cosas que tienen relación con la infraestructura vial urbana y también con el comportamiento de los conductores".
Los problemas del "error humano"
Uno de los principales desafíos a los que deben enfrentarse las empresas es la factibilidad de que los vehículos sean capaces considerar todas las variables a las que se enfrenta un ser humano tras el volante. Desde las correctas normas de conducción hasta los choferes más imprudentes que no las respetan, así como los factores sorpresa que requieran una rápida reacción.
"Si bien en Chile se ha mejorado muchísimo la calidad de conducción general, todavía estamos a una distancia importante de países desarrollados, donde el comportamiento que tienen los conductores es bastante más estandarizado", añade el experto.
"Los vehículos podrían tener una expectativa mayor de lo que en realidad son los conductores", puntualiza el académico.
La realidad de las calles en Chile
En un comienzo, el vehículo de Google, y de Apple, cuyo proyecto se mantiene en secreto, necesitaban de un mapeo exacto de las rutas para lograr moverse sin la asistencia de una persona. Tecnología que está cambiando con la inclusión de diversas cámaras y sensores en torno al auto que le permitan registrar su entorno a medida que avanzan por la ruta.
"Es un tema la infraestructura vial urbana en Chile, porque aún tenemos bastantes deficiencias. Existen pavimentos que tienen baches y que no están en buen estado, y este tipo de situaciones podría afectar la respuesta de estos vehículos, porque probablemente van a estar calibrados bajo condiciones bastante más ideales".
Uber, Tesla y Waymo, la filial de Google en conducción autónoma, han mostrado sus sistemas con sensores en diversas ciudades de Estados Unidos con variables resultados. Por ahora, Elon Musk es el único que se ha dedicado a incluir este software en vehículos disponibles en el mercado.
Aún falta para que estos vehículos se produzcan de manera comercial y lleguen a Chile fácilmente, sin embargo, los expertos concuerdan con que esto es una discusión que se debe tener a medida que avanza la tecnología.