Fue el jueves 29 de julio de 1958 el día en que el Presidente republicano Dwight Eisenhower aprobó la Ley Nacional del Espacio y de la Aeronáutica que creaba la NASA. Entonces, el cuerpo militar estadounidense secundaba la carrera espacial que codeaban con la Unión Soviética y su satélite recién lanzado: el Sputnik 1.
La normativa, junto con traspasar el ejercicio aeronáutico a la Agencia Espacial, declaraba “que la política de los Estados Unidos es que las actividades en el espacio se dediquen a fines pacíficos en beneficio de toda la humanidad”.
“Ninguna nación que espere ser la líder de otras naciones puede esperar mantenerse atrasada en la carrera por el espacio”, afirmaba en septiembre de 1962 el Presidente John F. Kennedy, frente a una multitud expectante en la Universidad Rice de
A un mes de que la NASA cumpliera recién tres años, el demócrata volvía a demostrar explícitamente sus intenciones de llevar a un estadounidense al satélite natural y así aventajar a la URSS. “Nosotros escogemos ir a la Luna y hacer otras cosas, no porque sea fácil, sino porque es difícil”, declaró.
El ingeniero aeronáutico y piloto naval Neil Alden Armstrong tenía casi 40 años, el 21 de julio de 1969, cuando se convirtió en el primer hombre en pisar la superficie lunar. El estadounidense comandaba la misión Apolo 11 que cuatro días antes había despegado desde Cabo Cañaveral en Florida.
"El águila ha alunizado”, informó Armstrong cuando la nave se sostuvo sobre el astro. Seis horas y media después, tras preparar la primera actividad extravehicular, descendió a la superficie y expresó una de las frases más famosas de la época contemporánea: “Un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad”.
El programa del transbordador espacial, oficialmente llamado Space Transportation System (STS) o Space Shuttle, se despidió el 8 de julio de 2011 cuando llevaba 30 años de ejercicio. Durante su trayectoria, fue el único vehículo espacial utilizado para trasladar a los astronautas estadounidenses desde su territorio y llegó a despegar en más de 134 misiones que se extendían hasta por 16 días fuera de la Tierra.
“Queremos expresar nuestra gratitud en nombre de la oficina de astronautas por todo lo que han hecho aquí en el Centro Espacial Kennedy, la seguridad que han incorporado en los vehículos y el cuidado meticuloso que le brindan al orbitador”, señaló Chris Ferguson, el último comandante en volar de la STS. Y agregó: “Tan pronto como nos pusimos en órbita, me sorprendió que todo en Atlantis funcionara tan bien. Todo se ve hermoso por dentro”.
Un minuto y 13 segundos. Este fue el tiempo que duró el transbordador espacial Challenger en su propulsión, el martes 28 de enero de 1986, antes de explotar y desintegrarse sobre la costa de Florida en lo que se catalogaría el mayor accidente aeronáutico de la historia. ¿La razón? Falló una pieza de su acelerador.
La misión, que buscaba el posicionamiento de dos satélites de comunicaciones estadounidenses en el espacio, llevaba a bordo a siete tripulantes que perdieron la vida a 14 mil metros de altura: “A veces, cuando intentamos llegar a las estrellas, nos quedamos cortos. Pero hay que volver a levantarse y seguir adelante a pesar del dolor”, manifestó el Presidente Ronald Reagan tres días después del accidente.
La sonda fue lanzada este año desde Florida, Estados Unidos y tiene el propósito de estudiar la corona del astro. Se acercará hasta 6,1 millones de kilómetros del Sol, 17 veces más cerca de lo que ninguna otra sonda ha llegado.
Parker Solar Probe se ubicará dentro de su atmósfera exterior donde las temperaturas alcanzan los millones de grados Kelvin. Gracias a este nave, la agencia espacial pretende conocer nuevos aspectos de la estrella.
Este programa tiene como propósito indagar aún más sobre el Sistema Solar. Se creó el 2003 y se encuentra vigente hasta el día de hoy. Entre las misiones que destacan dentro del proyecto se encuentran Juno, que tiene la tarea de estudiar en profundidad a Júpiter, New horizons, que es la primera nave en estudiar a Plutón y sus lunas. Por último está OSIRIS-REx, la primera misión en traer muestras de asteroides, restos del proceso de formación del Sistema Solar.
La agencia aeroespacial se ha propuesto estudiar si es que existe vida más allá de la Tierra, es por eso que se encuentran trabajando en variadas misiones para que en un futuro puedan finalmente afirmar si es que hay presencia de vida extraterrestre.
Es por eso que la NASA tiene como objetivos explorar Marte y Europa, una de las lunas de Júpiter. Estos dos destinos son importantes para la agencia ya que se cree que tienen las condiciones para que exista vida.
El 2021 está previsto para que sea lanzado el telescopio en el cohete Ariane 5. Tiene el objetivo de encontrar las primeras galaxias, u objetos luminosos, formados después del Big Bang. Además, será fundamental para conocer la evolución de las galaxias y su comportamiento.
Por otro lado, gracias a sus avanzados instrumentos, como un espectrógrafo infrarrojo cercano o sensores de guía fina, el telescopio tiene la misión de observar la formación de estrellas y la búsqueda de planetas fuera del sistema solar, denominados exoplanetas.
Tras encontrar agua líquida en el planeta rojo, la colonización de este planeta no suena tan lejana. La NASA tiene planeado enviar seres humanos en la década del 2030, pese a esto, los estudios de Marte ya comenzaron.
El rover Curiosity, desde 2012, se encuentra recopilando información sobre el cuarto planeta del Sistema Solar más cercano al Sol. Además, se prevé que para 2020 arribe el rover “Mars 2020” que estudiará los recursos marcianos, para eventualmente enviar un equipo para colonizar el planeta.