En 1954 un chileno se adjudicó la Luna, en 1959 la Unión Soviética impactó el satélite con el primer objeto construido por humanos y 10 años después la NASA logro "clavar" una bandera en la superficie lunar. Así, 109 misiones, de siete países u organizaciones de naciones, han intentado llegar a este objetivo con lo que, han asegurado, son intenciones científicas. Ante esto, cabe la duda de quién es el dueño de la Luna.
A pesar de todas estas hazañas, la Luna no tiene un dueño en particular más allá de "toda la humanidad", al menos así está establecido en el Tratado de Espacio Exterior de la Organización de las Naciones Unidas que fue firmado por Estados Unidos, la Unión Soviética y el Reino Unido en enero de 1967 y que entró en vigor en octubre del mismo año.
Esto significa que ningún país puede adjudicarse el satélite natural de la Tierra -ni otro cuerpo celeste fuera de nuestro planeta-ya que pertenecen a toda la humanidad.
Aunque el documento fue creado en el contexto de la Guerra Fría y tenía como objetivo evitar la instalación o prueba de armas nucleares en la superficie lunar, en la actualidad más de un centenar de países ya forman parte del tratado que se mantiene vigente a la fecha y evita que alguien se adjudique este territorio.
La duda vuelve a estar en la contingencia ahora que han pasado 47 años desde que la última persona puso un pie en la Luna puesto que se ha activado una nueva carrera espacial con muchos más actores de los que existían en la década de 1960 que el planeta estaba polarizado en dos potencias.
En los últimos años países como China, India, la Unión Europea e Israel han intentado llegar al satélite para continuar la investigación y actualmente la NASA ya le ha puesto nombre y fecha a las misiones con las que esperan ser nuevamente líderes en los viajes a la Luna. De acuerdo al cronograma propuesto por el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, y avalado por el administrador de la agencia espacial, Jim Bridenstine, el programa Artemis llegará con una misión tripulada en 2024.
Sin embargo, incluso si Estados Unidos logra posicionarse nuevamente en este cuerpo rocoso, no tiene la autoridad para reclamar ningún territorio como propio, ya que continúa siendo parte del documento de la ONU le entrega la Luna a toda la humanidad.
Una situación que puede tener complicaciones en los futuros años ya que muchos planes actuales de las agencias espaciales incluyen la instalación de bases científicas que les permitan la investigación del espacio y el uso de estructuras como zonas intermedias en viajes interplanetarios como la llegada de humanos a Marte.
A esto se le suman iniciativas como las de Jenaro Gajardo, el chileno que se adjudicó la Luna y que tras fallecer en 1998 le entregó el satélite al pueblo chileno, -un documento sin validez ya que nuestro país es uno de los 103 que ha firmado el tratado de la ONU- o las transacciones realizadas por el empresario estadounidense Dennis Hope que ha vendido más de 1.500 "parcelas lunares" desde 1980.
Desde hace unos años, expertos han asegurado que es necesario actualizar el tratado internacional para evitar estas situaciones con respecto a los cuerpos existentes en el Universo, tomando en consideración las actuales capacidades científicas para su exploración.